La apertura de la misma después de la caída del régimen marxista de Yemen permite a Jordi Esteva comprobar de primera mano aquello que su imaginación había construido durante décadas .
Junto al nieto del último sultán inicia su recorrido por las montañas del interior acompañado de unos camelleros. Entre ellos y los pocos lugareños que se cruzan conversan e inventan acerca de las leyendas de Socotra, los dragones en cuyo árbol corría su sangre, los arboles del incienso y la mirra tan inaccesibles como necesarios o el ave Roc, el pájaro gigante de Simbad que capturaba elefantes para llevarlos a su nido, sin olvidar la multitud de piratas que se alojaron en sus costas enterrando sus tesoros.
Ese lugar de sueño y ensueño se hace realidad para Esteva y también para su culto lector que disfrutara con una obra muy especial, en parte libro de viajes, en parte descubrimiento personal, en parte mito fantástico, ultima frontera, ultimo sueño.
Una gran obra para regalar, para deleitarse con ella, para dormirse y no despertar.
Pepe Rodríguez