Palabras moribundas – Álex Grijelmo, Pilar García Mouton

Luis Mateo Díez llamó a Álex Grijelmo “el dueño del instinto de la palabra”. Por instinto las palabras que usamos, nacen, crecen, se usan y, finalmente mueren. De las que se encuentran en esa etapa critica se ocupa esta obra basada en la sección del programa de radio No es un día cualquiera. Esta sección ha sido continuada por Pilar García Mouton quien también firma esta obra útil para rescatar del olvido a 150 palabras moribundas que hará pasar un buen rato a todos sus lectores. LEER MÁS

Palabras moribundas “es un pequeño museo de las palabras, pero un museo interactivo porque uno ve las palabras en el libro y sale con ellas”, afirma Álex Grijelmo, periodista y autor de varias obras relacionadas con el lenguaje.

Su propósito es “acercar palabras que todos tenemos en la trastienda, propias del lenguaje rural en algunos casos y que empiezan a desprestigiarse porque ya no se utilizan en las ciudades”, explica García Mouton.

Piscolabis, chiscón, patatús, entre otras son algunas palabras rescatadas del olvido. Curiosamente pueden probar con personas de cierta edad para saber si las recuerdan, cuanto más jóvenes menos les sonaran aunque la edad no es el único rasgo destacado de ellas ya que varias sobreviven en según que lugar.

Obra que se lee con una sonrisa en la boca puesto que nos trae el aroma de la nostalgia, de aquellos días y lugares en que las usábamos dotando al lenguaje de un carácter evocador que solo le atribuimos al olfato o la fotografía. A buen seguro que pasaremos un buen rato sacando en libro en una cena entre amigos y releyendo y comentados nuestros recuerdos de las mismas.

Un regalo lingüístico para los sentidos con la facilidad de uso que Grijelmo nos tiene ya acostumbrados.

Pepe Rodríguez

FICHA DEL LIBRO

Título: Palabras moribundas | Autor: Álex Grijelmo, Pilar García Mouton | Editorial: Taurus| Páginas: 392 | Precio : 20€

2 comentarios en «Palabras moribundas – Álex Grijelmo, Pilar García Mouton»

  1. Soy Pablo, de Bilbao, aunque nacido en San Martín de Unx, en la Navarra Media
    y os hablo sobre la palabra “jícara”. Cuando yo era niño, allá por los años 50, era de uso común en toda la gente, tanto en la acepción de jícara como aislante de los cables de luz como de taza pequeña de porcelana para tomar el café.
    Una vez vino un amigo de Valladolid, y mi madre le dijo:
    -Mocete, ¿quieres una jícara de café tubiente?
    Mi amigo me miró con angustia porque no entendía tanto dialectalismo y le tuve que traducir:
    “Joven, que si quieres una tacita de café tibio, ni frío ni caliente”.
    Sería una pena que se perdiera una palabra tan sonora y específica

  2. En relación con la palabara “jareta” les diré que en Cantabria está vigente y se usa como dicen para dobleces donde se inserta un cordón que sirve para cerrar algo. Yo soy Maquinista naval y he sido maquinista en atuneros y otros barcos de pesca. Jareta se usa mucho en la pesca, sobre todo la cuerda o cadena que cierra una red. Puede ser una red pequela o una red de Atunero que tiene 2.000 metros y pesa 100 toneladas. La jareta de esas redes son de cable de acero de 20 milímetros, que pasa por cientos de argollas de acero para cerrar la red que puede contener 200 o más T.m. Pero se sigue llamando jareta. Gracias por su ameno e instructivo programa

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