“La noche feroz”, publicada originalmente en 2006 y ganadora del Premio de Novela Casino de Mieres (reeditada ahora por Seix Barral), al margen de lo que aporta artísticamente en sí misma, sirve también para atisbar una serie de características o rasgos que han ido apareciendo con cierta cotidianeidad en las posteriores obras del asturiano. LEER MÁS
“La noche feroz” es principalmente la recreación de un “paisaje”, tanto externo como interno, de lo más oscuro, siniestro y vengativo. Situado en Promenadia, un lugar ficticio pero no difícil de ubicar de manera real y que aparecerá en otras novelas del autor, la historia cuenta la búsqueda y persecución de los supuestos culpables de una agresión a una menor. No será sin embargo lo principal de la narración este aspecto, sino la sugerente mirada a una galería de personajes, y su entorno, en los que la pesada carga que todos llevan encima hace que se imponga su lado más terrorífico.
Aunque no estamos ante una historia típica de la guerra civil, sí se hace trascendental esa contextualización histórica (año 1936), no tanto por sus connotaciones concretas como por su esencia trágica y bárbara que resulta idónea para completar la atmósfera. Dicho lo cual la temática política y religiosa sobrevolará de manera latente, de la misma manera que esa nieve presente en toda la narración.
Se trata de una novela que se le intuyen influencias de William Faulkner pero también de referentes más locales como “Los Santos Inocentes” o la película “Furtivos”. Todo ello para mostrar esa España profunda y rural de la época, oscura, decadente y trágica. Ese será el contexto en el que se muevan diferentes personajes, entre los que destacan Homero, el maestro laico y bolchevique; Aguirre, un cura siniestro o el misterioso potentado del pueblo, Irizábal.
Todo ello dirigido por una escritura donde el calado poético está totalmente presente, incluso excesivo en ocasiones, pero que en su mezcla con el tono trágico y apocalíptico consigue transmitir la sensación angustiosa que pretende y por momentos dar la sensación de ser en un gran poema narrado, incluido el sentido metafórico de la noche como final trágico del ser humano tal y como reza el famoso palíndromo “In girum imus nocte et consumimur igni”.
Al margen de la importancia, o la curiosidad , de esta novela como antesala de las obras de más éxito de Menéndez Salmón también tiene su peso específico en cuanto a calidad, dando forma a una llamativa e impactante descripción, tan oscura como lírica, de la representación del mal en las personas.
Kepa Arbizu
Opinión: https://www.culturaenguada.es/opinion/65-la-noche-de-las-alimanas