La primera y la segunda parte de La familia Máshber fueron publicadas en 1939 y 1948, respectivamente, en lengua yiddish. Una vez traducida al inglés, nada menos que en 1987, su editor norteamericano, Edwin Frank (NYRB Classics), describió la novela como «una obra maestra inclasificable, un mensaje llegado en una botella desde otro mundo, e incluso uno siente la tentación de decir del Otro Mundo». Pero no. Se trata de un mundo palpitante que existió y que este gran autor de la literatura yiddish en Rusia devuelve a la vida en su libro.” (del prólogo) LEER MÁS
Quizá sea por eso que cuando recibo una nueva obra traducida del yiddish siento una emoción especial. Me ha sucedido con la trilogía de Morgenstern publicada por Funumbulista y, ahora, las sensaciones de aquellos primeros libros han regresado con La familia Máshber.
Estoy de acuerdo con el editor estadounidense de esta novela en clasificarla de obra maestra. Tanto su estilo, composición, estructura y técnica, como los aspectos temáticos, trama, personajes, tempo, etc, han sido tan cuidados, tan exactos y tan perfectos que a su lado palidecen el resto de las novedades de este año y de los treinta anteriores.
Der Níster, el oculto, escritor, filósofo, traductor y crítico ucraniano realmente llamado Pinjas Kahanovich (1884-1950), fue una figura clave del modernismo ruso. Su gran amigo fue el pintor Marc Chagall, quien ilustra la portada del libro, que parece hecha ex profeso reflejando uno de sus personajes, el extraño, Sruli Gol.
Der Níster no se aparto tanto de la realidad como Chagal al dibujar a sus personajes, los hermanos Máshber, a quienes ubica en la ciudad de N. símbolo de Berdichev, la ciudad que vio nacer al propio autor, a Joseph Conrad, y a Vasili Grosmann entre otros. Viajamos con los personajes hasta finales del siglo XIX donde Moishe el hermano menor vive una existencia tranquila y prospera como buen negociante judío y seguidor de su religión y tradiciones. Luzzi el hermano mayor, el primogénito, resulta ser casi adorado por toda la familia de Moishe cuando realiza sus visitas periódicas a la ciudad. Todo parece fluir con normalidad hasta que algunos sucesos varían el equilibro familiar. Luzzi pese a ser el más estricto cumplidor de la Tora -o precisamente por eso- se adhiere a una pequeña secta del judaísmo ,denostada por los puristas, cuyos miembros son las personas más sencillas y humildes de la ciudad. Su hermano Moishe no ve con buen ojos el cambio de su hermano, la luz espiritual de su familia. Dos apariciones más completan el cuadro, por un lado Sruli Gol, un extraño y complicado ser que revolotea sobre toda la trama, y el hermano oculto, Álter, quien vive encerrado en la buhardilla mezclando la mayor sabiduría con la mayor locura.
Una vez están las piezas sobre el tablero, el autor las mueve de una manera magistral creando un mundo completo centrado sobre la crisis familiar. No en vano Máshber significa crisis en yiddish. La descomposición de la familia, la religión y el pueblo judío en el siglo veinte es el hilo conductor de toda esta obra que con sus casi novecientas páginas da para muchísimas horas de agradable lectura.
Yo no tengo ninguna duda, si tengo que comprar un sólo libro en la Feria del Libro de Madrid seguro que es este, y si tengo que regalarlo tengo por cuenta que los mejores euros invertidos serán esta Familia Máshber.
¡Genial el acierto de Libros del Silencio al traérnoslo!
Marc Canela