Cumpliendo con el título del mismo he leído este libro de microrrelatos en el tren. Ha sido una equivocación completa, pues Rogelio Guedea ha conseguido lo más difícil en este pequeño género que es emocionar hasta las lágrimas 
a su lector. En este caso la víctima he sido yo. Ya sé que estoy un poco viejo, y en otoño cojeo de melancolía, pero que se me salten las lágrimas en el Cercanías no me lo esperaba ni por asomo, y menos a las diez de la mañana. (leer más)
a su lector. En este caso la víctima he sido yo. Ya sé que estoy un poco viejo, y en otoño cojeo de melancolía, pero que se me salten las lágrimas en el Cercanías no me lo esperaba ni por asomo, y menos a las diez de la mañana. (leer más)Guedea se pone el traje de padre, de escritor, de impostor, de verdugo, de Víctor Jara, de viajero aeroportuario, de Dalí, y de muchos otros abundando en reflexiones, vivencias y escorzos ligeros, sólo pensamientos, atisbos de luz que nos deslumbran, paralizan y emocionan.
La litera del guardagujas, Portaequipaje y Vía Libre son los tres apartados en los que se divide el libro. El primero versa sobre la concepción del mundo visible del autor. El segundo agrupa los textos más íntimos y personales y el tercero abunda en simbolismos, conexiones y relatos trabados que continúan más allá de su fin.
Entre esos tres andenes circulan trenes pequeños, veloces o lentos, modernos o recargados pero que nos dejan sin habla, sentados en la estación observándoles pasar como nuestra vida sin saber hasta dónde llegará.
Una oportunidad de sentir en dosis mínimas y electrizante la vida pasar por la estación de nuestro ser.
Pepe Rodríguez
Título: Cruce de vías | Autor: Rogelio Guedea | Editorial: Menoscuarto| Páginas: 96 | Precio : 11,50€
Lo leo en La jornada semanal y me gusta mucho. Compré su Oficio:leer que también disfruté. Voy a ver cómo anda esto