Myron Bolitar, el atípico detective creado por Coben, está de vuelta con un caso relacionado de nuevo con el deporte. Esta vez se trata de ayudar a la mejor jugadora de baloncesto de la liga americana, en una trama con implicaciones políticas que hará sudar la gota gorda a Myron y sus colaboradores: el eficaz e implacable Win y la sagaz Esperanza.
Coben ha seducido a millones de lectores gracias a estos personajes, a unas historias relativamente sencillas de seguir y a un estilo narrativo cercano al cinematográfico en el que predominan los diálogos. También por el sentido del humor y ese cinismo que Bolitar exhibe siempre frente a sus contrincantes. Esa chulería divertida y la conexión policiaco-deportiva me recuerdan siempre a “El último Boy Scout” de Tony Scott, donde Bruce Willis da vida un detective capaz de acaparar todos los tópicos del género al servicio del Hollywood menos exigente. Desde luego el estilo de Coben es más contenido, pero aún así Bolitar tiende más al tópico que al realismo, lo que no es bueno ni malo, sólo una apuesta por determinado tipo de novela cuyo éxito está probado.
La trama de “Un paso en falso” es trepidante, sin concesiones. Nueva York es el marco de la acción en la que la desaparición del padre de la jugadora y amigo de Bolitar, desencadena una serie de hechos con conexiones con el pasado, que afectarán incluso a la familia del detective. Para los seguidores de la saga, la novela contiene nuevos datos autobiográficos de nuestro héroe y algunas novedades en la vida de Bolitar, en lo concerniente a su relación con Jessica y a los problemas laborales con Esperanza, aunque el foco de atención resida en el caso que propone esta nueva entrega.
“Un paso en falso” es de lectura fluida y muy entretenida. Ideal para relajarse y disfrutar con un producto típico del género bien elaborado.