El yo narrador está ubicado en el triste y desorientado esposo que no se separa de su amada ni un segundo. Parece simplemente dormida pero no hay manera de que despierte. Mil ideas le surgen pero ninguna fructifica. Pasado, cruel presente y se negro futuro agolpan su mente impidiéndole pensar con lucidez. Cuando todo parece mejorar es cuando comienza el final.
Kimball escribe telegráficamente, comenzando muchas de sus frases con la forma verbal. No se explaya en los detalles, ni en los sentimientos, ni las reflexiones, procura ser muy aséptico para no empalagar al lector con un melodrama simple. Lo consigue, el tono grave se superpone a la parquedad gramatical y empapa nuestro ser de una tristeza pesada y oscura.
Más adelante el nieto de ellos descubre su historia y los recuerdos se mezclan entre ambas generaciones que no han podido mantener contacto directo.
Un homenaje para los sentidos y un monumento al cariño.
Pepe Rodriguez
SINOPSIS
Una profunda desolación embarga al protagonista de Lo que queda de nosotros cuando su mujer sufre un colapso y comprende que, si se recupera, tal vez se convierta en una enferma terminal. Para intentar despertarla del coma en que se ha sumido, el hombre dispensa a su mujer delicados cuidados y le lleva objetos que le son familiares: sus libros, su cepillo del pelo, flores del jardín, e incluso grabaciones de los ruidos cotidianos de su casa, como pisadas sobre el entarimado o el runrún de los electrodomésticos. La preocupación por su bienestar es tal que el hombre pierde la noción del tiempo, y al final su único deseo es reunirse cuanto antes con ella. Años después, el nieto vuelve a contar la agónica muerte de su abuela, en un intento por comprender la existencia que ésta llevó, lo que significó para su abuelo y, sobre todo, cuánto amor puede acumularse durante una vida en común, para que perdure incluso más allá de la muerte.
Título: Lo que queda de nosotros| Autor: Michael Kimball | Editorial: Tusquets | Páginas: 176 | Precio : 16€ |