Oscura monótona sangre - Olguín, Sergio S.

Oscura monótona sangre cuenta la historia de Andrada, un self–made–man quien creyendo volar realmente está cayendo por las escaleras, pensando en vivir está cavando su tumba y buscando ser libre se convierte en el hombre mas esclavo del mundo. Estas contradicciones contadas in crescendo con aires de tragedia griega está impecable

mente escrita, medida y ejecutada por Sergio Olguín lo cual le mereció ganar el Tusquets de novela 2009. (leer más)

La realidad social argentina perfectamente exportable a la actual España crea, como el sueño de la razón, monstruos. Andrada no es ni con mucho un malo malísimo; hemos leído de muchos buenos con peores intenciones que él. Sin embargo esa paulatina conversión en malvado a su estilo, ese movimiento siniestro dentro de la psique del protagonista hacia el mal moral lo hace único.

Este adalid de la familia, del trabajo, la moral y la honradez mantiene lejos de la superficie su verdadera personalidad. Sus devaneos de puticlub, sus ligues de oficina, los sobornos y coimas pagados para ascender, incluso su tendencia a la violencia física no dejan muesca en su conciencia que imperturbablemente limpia ha llegado al medio siglo sin remordimientos.

No obstante, todo cambia. Una conversación ajena, unos comentarios de camioneros sobre unas prostitutas casi niñas le hacen, siguiendo el principio bíblico de que ‘cada uno es atraído y provocado por su propio deseo’, aparecer sin pensarlo en la zona de lenocinio.

Daiana será la joven meretriz que abrirá la caja de Pandora, llevándole a una espiral de sexo, violencia, asesinato, temor, deseo, investigaciones, doble vida, pistolas que acabarán como es obvio, pero con sorpresas incluidas.

Los dos lados de la inteligencia de Andrada están perfectamente retratados, así como la lucha entre el hacer bien que desea y el mal que práctica, entre el amor a la familia y a su hija y la aberración moral en que se transforma. Ese dibujo horrendo en que se convierte se refleja de forma ideal en la portada que representa una escena del libro, ese hombre hundido en su huida hacia delante donde sólo le espera…

Olguín construye bien el paisaje urbano claramente reconocible por cualquier bonaerense actual, pero traza mejor al personaje, del cual a pinceladas vamos conociendo mejor, tanto en su pasado como actualmente. Fácil de leer, cautivadora con un ritmo progresivo y un tamaño perfecto es unos de los libros más redondos que hemos tenido entre las manos últimamente.

RESEÑA DE LA EDITORIAL

Camino de su empresa en las afueras de Buenos Aires, a Julio Andrada le gusta tomar todas las mañanas, si va solo, la avenida Amancio Alcorta porque se adentra por barrios humildes que le recuerdan su procedencia y, sobre todo, le devuelven la medida exacta de su éxito y su ascenso social. Un día, en una comida azarosa, Julio no puede evitar oír la conversación y las bromas de unos camioneros sobre el mercado sexual en uno de los barrios próximos a su trayecto habitual. Como reconocerá él mismo, ese día será el principio del fin. Guiado por una pulsión desconocida, Andrada se sorprenderá acudiendo al atardecer en coche y contratando los servicios de Daiana, una adolescente que le provocará un borbotón incontenible de deseo. Y quien ha sido un vecino y empresario modélico, preocupado por la buena imagen de su familia y atento a la comunidad, organiza con aplomo y fría inteligencia su doble vida. Poco a poco la situación precisa de decisiones rápidas y de comportamientos cada vez más resolutivos y comprometidos.
Primer capítulo

Oscura monótona sangre – Olguín, Sergio S.