Treinta años después Nathaniel tiene su vida familiar propia y sus recuerdos de aquella época son ahora brumosos, hasta que un día Jerome le llama de nuevo para hablar con él. A partir de ahí la inestabilidad vuelve a aparecer hasta el grado que de nuevo Nathaniel no tendrá muy claro quién es en realidad.
La primera parte setentera está sumamente bien conseguida y ambientada, creemos estar leyendo algún libro de Doctorow o Ann Beattie, revivimos aquel tiempo en alta definición con aportes notables sobre los nuevos conceptos de amor, amistad, compañerismo, familia, solidaridad. Son esos conceptos desarrollados por los personajes los que sostienen la novela, gracias a que la lejanía aséptica en el tiempo nos permite disfrutar sin sentimentalismos de sus actos, pasiones y miserias.
La segunda parte cambia el registro. Estamos ante una novela actual, contemporánea, con un Nathaniel protagonista que ahora sí tiene mucho que perder y poco por ganar y que, no obstante arriesga para desenganchar ese vagón atrancado de su pasado. Bien compuesta pero totalmente diferente de la anterior.
Desde aquí todo se entremezcla y ambos registros conviven en breves capítulos creando la misma sensación de confusión en el lector que la que sufre Nathaniel, hasta que la tercera parte sirve de epílogo que sigue sin resolver nada ya que nos abre una caja de espejos donde nuestra brújula lectora se vuelve loca.
Por su contenido es una alegoría que debería tener un formato de cuento pero que el autor ha sabido extender sin menoscabar el interés a unos límites razonables, incluso cortos que no deja de maravillar por sus contradicciones bien calibradas.
Al igual que otras novelas de Baxter, el texto está lleno de detalles interesantes, dibuja soberbiamente cada escena y cada conversación como si realmente las hubiera vivido. Cada página nos acerca más a los personajes y a su forma de ver y sentir las cosas. Incluso las situaciones que parecen triviales al principio, tienen su peso en la resolución ya que al final el autor las desnaturaliza completamente.
Pero lo que hace este libro más interesante es que ninguno de estos misterios queda resuelto. Incluso la pregunta del por qué el libro se titula así plantea sus dudas. En última instancia, las cuestiones que surgen tendrá que resolverlas el lector. Preguntas acerca de nosotros mismos; ¿quiénes somos? y ¿qué es lo que nos hace ser así?
Una buena opción para lectores reflexivos e introspectivos pero que a la vez buscan una buena historia y un regusto tras cerrar el libro.
RESEÑA DE LA EDITORIAL
Durante su época de estudiante en una universidad al norte del estado de Nueva York Nathaniel Mason entabla relación con varias personas singularmente enigmáticas: la seductora pero elusiva Theresa, la veleidosa Jaimie, y Jerome Coolberg, el más misterioso y cautivador de todos, y que además parece haberse apropiado de partes del pasado de Nathaniel sobre las que este no recuerda haberle contado nada. Es Jerome quien parece poner en marcha los acontecimientos que conducirán al colapso de Nathaniel y quien reaparecerá treinta años después, cuando este ha logrado reconstruir su vida, para sugerirle que puede que en realidad Nathaniel no sea quien cree ser…
Una inquietante, lírica y sorprendente novela sobre la identidad y sus fantasmas, sobre el pasado que nos persigue, los recuerdos que nos engañan y los enigmas que ocultan las personas con quienes nos relacionamos.
Título: El Ladrón de Almas| Autor: Charles Baxter | Editorial:RBA |Páginas: 224 | Precio : 19€ |