Desde su publicación ha sido un éxito de ventas siendo reeditada continuamente y adaptada tanto a la televisión como al cine. Siempre ha permanecido en la conciencia popular británica con altibajos periódicos que cada poco tiempo la vuelven a poner de moda. La razón es sencilla: su imaginario se repite generación tras generación y los personajes encuentran continuamente cuerpos en los cuales reencarnarse.
La difícil e impecable traducción de José C. Vales nos permite disfrutarla en su mayor parte. En ella hallamos una prosa viva, directa y fácil de leer, con diálogos francos y sinceros que generan situaciones cómicas vez tras vez. El dialecto rural de Sussex y la fértil imaginación de la autora hacen el resto; no sólo los ‘paletos’ hablan como tales sino que la exageración y la invención aderezan la historia, que pese al esfuerzo de Vales únicamente en su lengua vernácula se aprovecha del todo.
Todos los personajes son caricaturas de grupos de personas británicas de la época desde la protagonista Flora, típica niña bien que se quiere comer el mundo y arreglar la vida de los demás, pasando por el predicador, el escritor, la criada a jornal, la matriarca, etc
La burla continúa con los pasajes almibarados y churriguerescos que adoban el texto de vez en cuando, los cuales hábilmente señalados con tres asteriscos nos hacen ‘partirnos la caja’ pero que de perversos no son casi exagerados. Las frases hechas y repetitivas desde el “vi algo sucio en la leñera” hasta el “siempre ha habido Starkadder en Cold Comfort” resaltan lo absurdo de la rural sabiduría popular al igual que los libros de autoayuda inventados sirven para que la protagonista avíe el entuerto. Los nombres también son jocosos, todos implican burla en el original y retratan a los personajes y los lugares donde más les duele. Desde la señora escarabajo hasta la familia víbora.
Abreviando, nuestro consejo es que no sigan buscando libro para leer, sino que se vayan pronto a la librería a comprar La hija de Robert Poste, seguro que no se arrepienten. ¡Ah! habíamos olvidado decir de qué iba. Bueno, ahí va la sinopsis:
Ganadora del Prix Femina–Vie Hereuse en 1933, y mítico long–seller, La hija de Robert Poste está considerada la novela cómica más perfecta de la literatura inglesa del XX. Brutalmente divertida, dotada de un ingenio irreverente, narra la historia de Flora Poste, una joven que, tras haber recibido una educación «cara, deportiva y larga», se queda huérfana y acaba siendo acogida por sus parientes, los rústicos y asilvestrados Starkadder, en la bucólica granja de Cold Comfort Farm, en plena Inglaterra profunda. Una vez allí, Flora tendrá ocasión de intimar con toda una galería de extraños y taciturnos personajes: Amos, llamado por Dios; Seth, dominado por el despertar de su prominente sexualidad; Meriam, la chica que se queda preñada cada año «cuando florece la parravirgen»; o la tía Ada Doom, la solitaria matriarca, ya entrada en años, que en una ocasión «vio algo sucio en la leñera». Flora, entonces, decide poner orden en la vida de Cold Comfort Farm, y allí empezará su desgracia.
Título: La hija de Robert Poste | Autor: Stella Gibbons | Editorial: Impedimenta | Traducción: José C. Vales | Páginas 368 | Precio 22,75€ |
Creo que sería una buena idea repasar más concienzudamente la ortografía de los artículos que se cuelgan, acabo de leer la sinopis de “La hija de Robert Poste” y me he encontrado con “HAYAMOS una prosa viva (…)”, con un SOLO, muy solo, ya que no lleva acento y se trata de un sinónimo de SOLAMENTE, así que vigilemos un poco más 🙂
Por otro lado, buena sinopsis y comentarios. Un saludo.
Gracias Devon. Tienes razón. Revisaremos más concienzudamente.
;D
Debe ser que no le he encontrado el sentido del humor. Me ha parecido una novela más, entretenida, graciosa a veces y desesperante otras sobre todo cuando aparecían los asteriscos. Debe ser que no tengo el nivel adecuado para entender la grandeza de esta novela…El personaje de Flora intentando arreglar la vida de los demás y sin arreglar la suya propia, no queriendo trabajar ni tener un oficio, prefiriendo ser mantenida, ser un “parásito” como ella dice, me parece más que humorístico un tanto patético. Un saludo.
Devon sobre la palabra SOLO:
Cuando «solo» es adjetivo (‘sin compañía’) nunca lleva acento ni lo ha llevado. Cuando es adverbio (‘solamente’), antes de la reforma ortográfica de la RAE, plasmada en la Ortografía de 1999, en este caso llevaba siempre acento diacrítico (acento para distinguirlo del adjetivo); a partir de dicha reforma, la RAE recomienda acentuarlo «cuando quien escribe perciba el riesgo de ambigüedad» (RAE: Ortografía, 1999): «Pasaré solo este verano aquí» (‘solo, sin compañía’: adjetivo), «Pasaré sólo este verano aquí» (‘solamente, únicamente’: adverbio).
Muy buen comentario sobre La hija de Robert Poste
A mi me ha parecido desternillante en algunos momentos, corrosiva en otros, parabólica y en general, muy entretenida. La reseña, aunque breve, destaca sus puntos importantes,así como la labor de traducción. Por cierto, la escribe Pepe, ¿no? No la firma nadie…
Tampoco me ha parecido una obra de ineludible lectura.
Nos habla de un tiempo muy lejano, tanto en años (80) como en términos geógraficos (Sussex). Momento y cultura de los que desconocemos las claves sobre las que al parecer ironiza la autora.
Además, como en casi toda tradcción, se pierden las posibilidades que da la lengua original.
Una novelita más de escaso interés al menos para el lector castellano.
Pues qué queréis que os diga, a mi me está pareciendo infumable y no le veo la gracia por ningún sitio. Debe ser el humor inglés o la falta de referentes pero no me está gustando nada.
Qué decepción de novela, en la solapa la consideran la mejor novela cómica del siglo XX… y a mí me ha parecido aburridísima y llena de naftalina. Sus “inteligentes” juegos de palabras se pierden en la traducción, sus alusiones a otros autores del momento también… solo queda la historia de una niña pija venida a menos y encantada de conocerse a sí misma, que se dedica a gorronear en casa de unos parientes pobres y granjeros; no contenta con eso, se pasa el tiempo tratando de arreglarles la vida, porque, ya se sabe, son unos incultos de clase baja y necesitan la “experta guía” de una mocosa de 19 años, de clase alta que solo sabe ir de sarao en sarao. Es clasista hasta decir basta.
Encima la autora escribe un prólogo criticando a un autor de la época acusándolo de pendante y aburrido, dando a entender que ella, menos intelectual y periodista, sabe escrbir de forma más divertida y afín al público. Pues, como diría el otro, no hija no, eres igual de pedante y sosa, solo pata para british-pijas de hace cien años.
Es mucho mas divertida la novela, de esta misma colección, de Sillitoe: Sábado por la noche, domingo por la mañana.
Estoy leyendo esta ingeniosa novela.¡Qué maravilla que haya editoriales que rescaten estos libros!. Me ha encantado el comentario que hace de este libro.
Hace pocas semanas leí El libro de la señorita Buncle,de Stevenson, magnífico. Una pequeña obra de arte. Lo recomiendo. Satírico, divertido, ingenioso, con el ingrediente de ser un libro sobre un libro. Reflejo de la vida ” anodina”y de las costumbres de los habitantes de un pueblo inglés.
Adoro este libro, para mi es una obra de culto; tiene un claro inconveniente, y es que el tipo de personajes que la autora tan ingeniosamente satiriza, y que como bien señala el artículo se siguen repitiendo generación tras generación, muy probablemente no encuentren tan divertida la lectura, ni entiendan exactamente de que nos reímos los demás, lo cual, a mi entender, la hace sencillamente irresistible…….,
Leyendo otros comentarios, no puedo si no pensar lo mismo que tú 😉 Yo estoy disfrutando mucho con esta novela. Me encanta el personaje de Flora y la ironía cruel de Gibbons.