Ambas mujeres desaparecido el nexo que les unía contraponen sus caracteres al regresar al hogar paterno. Toda la población se vuelca con Laurel, quien perdió diez años ago también a su madre, mostrando su desdén a la nueva esposa que finalmente abandona la casa durante unos días para refugiarse en su propia familia.
Es ahí donde comienza el verdadero viaje de introspección de Laurel, su niñez, la vida que su madre llevó “allá arriba, en casa” refiriéndose al hogar prematrimonial en Virginia Occidental, los éxitos del padre, la convivencia familiar, brotan naturalmente y combinan armoniosamente pasado y presente.
Acuden a su memoria los recuerdos todavía cálidos de Phil, el esposo fallecido en la guerra y que tenía esas manos poderosas y hábiles para cualquier trabajo. La soledad del hogar permiten a Laurel reconstruir toda su existencia de una forma pausada a la que antes no había tenido acceso y que ahora le motiva y da fuerzas para seguir luchando.
Welty (EEUU, 1909), cuya colección de cuentos ha publicado este mismo mes Lumen y que reseñaremos próximamente, acaricia las palabras, los objetos y las plantas a las que describe con más amor que a algunos personajes. Su gran contenido autobiográfico le hacen combinar su propia vida con características de Laurel y también de la historia de su madre. La tensión creciente y los recuerdos que acuden a borbotones están construidos con una maestría poco usual. Pero quizás sus dos escorzos más admirados están descritos en la introducción de Félix Romeo, a saber, por un lado la intemporaneidad del relato que mezcla la guerra civil norteamericana con las inundaciones de 1827, y a la vez sitúa en pocos años ago la segunda guerra mundial, cuando la televisión y la vida moderna preludia ya el hippismo de los setenta. Esa falta de línea cronológica en el horizonte deviene en el carácter de cuento de todo el relato que combina muchos de los clásicos infantiles para ofrecernos una trágica versión moderna de la vida después de la niñez por muy feliz esta sea, como así mismo califica la escritora la suya propia.
Sublime por los cuatro costados incluyendo el mimo interior del texto a la presentación exterior del mismo a la que ya nos tiene mal acostumbrados Impedimenta.
Pepe Rodríguez
RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL
Galardonada con el prestigioso Premio Pulitzer, La hija del optimista es, sin duda, la obra maestra de Eudora Welty. En la tradición de la más brillante novela sureña —de la que forman parte William Faulkner, Truman Capote, Robert Penn Warren y Carson McCullers—, narra la historia de Laurel McKelva, una mujer de mediana edad que viaja a Nueva Orleans para hacerse cargo de su padre, un juez retirado que ha de someterse a una operación quirúrgica. El juez no logra recuperarse, y muere lentamente. Será entonces cuando Laurel emprenda un largo viaje de regreso a su hogar familiar en Mount Salus, Mississippi, llevando consigo el cuerpo de su padre, y siempre vigilada por la segunda esposa de éste, Fay, una mujer orgullosa y más joven que Laurel. En la enorme casa, rodeada de sus antiguos conocidos y de las paredes que la vieron crecer, Laurel ha de enfrentarse a los fantasmas de su juventud y a las deudas del pasado.
Ficha del Libro
Título: La hija del optimista| Autor: Eudora Welty | Traducción de José C. Vales |Introducción de Félix Romeo| Editorial: Impedimenta | |Precio: 19 € | Páginas: 232 |
Nueva Orleans… me encantan las novelas de autores sureños. No conocía este libro ni a la autora, pero ya tengo dos motivos para buscarlo: que lo publique Impedimenta, lo que es una garantía; y tu lograda recomendación.
Sigo de paseo por tu blog.