Hombres salmonela en el planeta porno – Yasutaka Tsutsui

Posiblemente España sea uno de los países donde lo japonés está mejor visto. Por incomprensible que nos parezca, aquí, todo lo que haga un japonés se le perdona, desde torear a bailar sevillanas, sus huelgas, seppukus, sushis y otras consideradas rarezas por los ‘occidentalizados’ españolitos de a pie, sólo nos hacen sonreír estupidamente. Si alguien como Tsutsui hubiera nacido en Lavapies, Sarría o Marquina sería difícil que nadie le prestara atención, si acaso algunos iluminados lo usarían como santo patrón del cibersexo o cobaya del psicoanálisis evolutivo.

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Por fortuna, ese aprecio por lo nipón nos permite leerlo con delectación, por duplicado (gracias a los dos libros editados por Atalanta), y con dos registros diferentes pese a tratarse del mismo formato y del mismo autor. Esta dicotomía esta tan radicalizada que podemos decir que Hombres salmonela en el planeta porno lo escribió el Doctor Jekill, mientras que Estoy desnudo, que reseñaremos mañana, lo compuso Mister Hyde.

Más allá del asustadizo título que hará sonreír de medio lado a quienes nos vean leerlo en público, encontramos a un maestro del realismo literario. Ciertamente todos sus argumentos pertenecen al mundo de la fantasía, pero el comportamiento de sus personajes es mucho más real que cualquier novela. Los protagonistas hacen vida normal, anhelan, desean, viajan y conversan tal y como lo hacemos comúnmente. Se sorprenden y sobresaltan espontáneamente. Cuando dialogan sus frases son cortas, deslabazadas y poco elaboradas. Incluso se estorban entre sí hablando todos a la vez.
Sin embargo, el resto del paisaje pertenece al mundo onírico; los sueños y pesadillas participan de muchos de sus relatos. Por tanto los temores y miedos propios del submundo por un lado, y lo sexual u obsceno -como gusta el último relato en llamarlo- aparecen multiplicados. Por último, los escenarios son irreales, parecen los comunes en los que vivimos, pero siguen perteneciendo o bien al mundo del subconsciente o directamente a la ciencia-ficción.

Esta oposición entre personajes hiperreales y escenarios o decorados ultraficticios es el hábitat en el que sin duda Tsutsui triunfa. El bonsái Dabadaba pertenece de lleno a esta concepción, aunque después de leer el relato que da nombre al libro notamos que es un detalle de éste, magnificado y cambiado de lugar. Rumores sobre mí y El límite de la felicidad tocan desde lo absurdo temas de candente actualidad, mientras el primero resulta cómico y con sustancia, el segundo refleja la cara de la tragedía con un sarcasmo poderoso. El último fumador es simplemente una profecía de seguro cumplimiento que refleja fielmente el estado de la sociedad actual semejante a las olas del mar aventado de un lugar a otro. Mientras, El mundo se inclina es una lupa de aumento sobre la obcecación humana sín límites.

Mención aparte merece el último cuento puesto que va mas allá de lo que se espera de un texto con las características antes mencionadas. Tsutsui crea una cosmogonía impecable, con flora, fauna y humanoides sobre los que sus protagonistas tienen conversaciones más propias de unos biólogos darwinianos que de simples enviados a otro planeta. La teoría de la evolución, la de la involución, el origen de la vida en el planeta Porno se mezcla con los deseos y verguenzas de la avanzadilla espacial que tiene como misión abortar a la directora embarazada de seis meses de inmaculada concepción sin saber que bicho dará a luz. Es impresionante ese microcosmos que surge de repente creando fractales tanto desde la perspectiva real como desde la fantástica.

Por supuesto Tsutsui escribe clarito y sin tapujos (es de Osaka), su traductor -Jesús Carlos Álvarez- ha hecho un trabajo exquisito para que lo podamos dsfrutar en lenguaje actual. No es apto para todos los públicos, pero no por edades sino por idiosincrasia. A este libro es aplicable la máxima de Iwasaki quien dice escribir solo para una España, la que es capaz de reírse de sí misma. Igual sucede con Tsutsui, si no tienen esa capacidad olvídense del libro, pero si la tienen, disfrutarán como nunca con él.

Gran acierto de Atalanta que nos lo ofrece en estado puro, chocante, ácido y mordaz pero tan humano que por eso les duele a muchos.

Ojo que este es el primer Tsutsui, el Doctor Jekill, pariente de Kafka y Soseki revisitados en el siglo veintiuno y amantes del manga y la metaficción. No se pierdan mañana la crítica de Estoy desnudo o lo que es lo mismo, el lado siniestro del genial nipón acusando al mundo actual. Vamos… Mister Hyde de cabo a ‘rabo’.

Pepe Rodríguez

RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL

Una planta produce sueños eróticos, una ciudad se inclina un poco todos los días, un hombre anodino es perseguido por todos los medios de comunicación, una atiborrada masa de bañistas se aplasta en una playa abrasadora, unos científicos tienen la misión de investigar un planeta en donde todo es sexual. Bajo el prisma de un mundo absurdo, violento, cómico y sorprendente, Yasutaka Tsutsui desarrolla una despiadada crítica del mundo en el que vive.
En Japón se le conoce como el «gurú de la metaficción». Sus cuentos, frescos y rigurosos, han ganado los premios más importantes de su país, a la vez que han servido de guión para películas manga que se han convertido entre los jóvenes en verdaderas obras de culto.
Esta selección de cuentos, que incluye una entrevista con su autor, es la primera traducción al español de este prolífico escritor de culto japonés con más de treinta novelas y cuarenta colecciones de cuentos publicados.

Yasutaka Tsutsui es novelista, autor teatral, crítico literario, actor y músico. Después de graduarse en la Universidad de Doshisha en arte y estética, fundó la revista de ciencia ficción NULL. Durante los años setenta comenzó a experimentar con diferentes formas literarias aunque logró un gran reconocimiento como autor de ciencia ficción. En el verano de 1993, Tsutsui anunció que dejaba de escribir como reacción al linchamiento que había sufrido en la prensa por una protesta hecha por la Asociación de Epilépticos de Japón debido a ciertas expresiones sobre la epilepsia que aparecían en uno de sus cuentos. En protesta por la falta de libertad de expresión se negó a publicar en su país, convirtiéndose en el primer ciberescritor de Japón al haber sido internet durante una larga temporada el único medio de poder leer sus historias.
Su prolífica obra ha obtenido numerosos e importantes galardones: en 1981, el premio Izumi Kyoka por «Kyojin-Tachi» (Gente imaginaria); en 1987, el premio Tanizaki por «Yumenokizaka-Bunkiten» (La intersección Yumenokizaka); en 1989, el premio Kawabata por «Yoppa-dani eno Koka» (El descenso al Valle Yoppa); y, en 1992, el premio de CF de Japón por «Asa no Gasuparu» (Gaspar de la Mañana). En 1997 fue nombrado por el Gobierno francés «Chevalier des Arts et des Lettres».

Ficha del libro

Título: Hombres salmonela en el planeta porno|Autor: Yasutaka Tsutsui | Editorial: Atalanta | Páginas: 188| Precio : 18

3 comentarios en «Hombres salmonela en el planeta porno – Yasutaka Tsutsui»

  1. Este libro lo saqué de la biblioteca en mayo y me sorprendió. Me gustó especialmente el relato de los Hombres salmonela…
    Es un relato que consigue meternos en ese planeta imaginario y con lo que cuenta uno no puede evitar sonreir.

    • Hay diferentes clases de libros: terror, románticos, novelas, etc. Si a la ratitavmpresumida le causa risa, es que también el humor esta en los libros

  2. Leí en un periódico una reseña del libro y me interesa leerlo. El planeta imaginario es algo que me llama la atención. Un día leí: sea cierto o no la aventura del personaje, Bendita sea la imaginación

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