Un paseante en Nueva York – Alfred Kazin

Estamos en los años treinta en la ciudad de Nueva York. La depresión económica hace estragos en todos sus habitantes, pero donde se hace más grave es entre la clase obrera. La vida de una familia judía de clase baja en el barrio de Browsville será recordada por el hijo único Alfred, quien saltando desde la generación del abuelo, un judío ruso ortodoxo y pasando por la del padre inmigrante asimilado, será quien se convierta en el primer neoyorquino genuino de la familia Kazin. (más)


Crítico literario, periodista, investigador literario y escritor, Kazin ha sido capaz de reflejar sus recuerdos de niñez y adolescencia en alta definición, con todo lujo de detalles sobre iluminación de las casas, olores de las tiendas, vestuario de los vecinos y sonidos de los trenes de la estación EL.

Es capaz de transportarnos en el tiempo y el espacio a un lugar y una época que tienen muy poco en común con el lector actual, pero que gracias a su calidad literaria, logramos percibir como nuestro desde los ritos del sabbath, cuando todos los chicos esperaban la puesta del sol para ir a comprar golosinas hasta su soledad en la escuela o jugando al béisbol sin compañeros, pasando por las reuniones de la partido comunista con su padre.

Su mayor logro, sin embargo, es transmitirnos toda esa vida durísima sin una sóla crítica, sin ningún malestar, sin un mal gesto hacia nadie, ni familia, ni profesores, ni vecinos. Todo el relato goza de un lirismo conmovedor, nos convence de que aquella vida recordada era maravillosa con una ternura y dulzura impresionante. Al fin y al cabo esa fue su vida y él logró triunfar y ser reconocido en EEUU con el premio Truman Capote de crítica literaria. No seria tan mala cuando fue su trampolín.

Un paseante en Nueva York es básicamente una obra de arte, un monumento de una literatura genial, que el lector ávido de suspenses nórdicos no sabrá cómo digerir, pero que el gourmet, el delectante lector de exquisiteces paladeará y disfrutará con una lectura reposada, meditada y sabrosa tanto en su contenido como en su presentación.
Carson McCullers la llamó obra maestra y nos guste estilo y el contenido o no, la realidad es que Barataria nos ha acercado un libro inolvidable.

RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL

Un niño, hijo de modestos trabajadores emigrantes ruso-judíos, camina por las calles de su barrio. Ésas son las señas de identidad del caminante que está a punto de atravesar el puente de Brooklyn para adentrarse en la Nueva York de los años veinte, y esos paseos serán su primer viaje que, como todo viaje digno de tal nombre –y el de Alfred Kazin en Un paseante en Nueva York lo es–, se convertirá sobre todo en un pasaje hacia el conocimiento en un tiempo vital, el de los años de la infancia y la adolescencia, propicio para los grandes descubrimientos.

Kazin, crítico literario, historiador de la cultura, observa la pérdida paulatina de una voz narrativa propia del patrimonio literario judío, que en palabras de su amigo, el político socialista Yaron Ezrahi, «cultiva la soledad, la lírica personal del individuo, la autobiografía, la voz de la primera persona del singular, el reflejo del yo. Del yo individual que narra, pero no como un soldado o como el misionero de un colectivo».

Kazin retoma esa tradición y nos enseña su barrio, Brownsville, nos adentra en las calles de la gran ciudad. Un camino que el niño tuvo que recorrer en solitario, el camino del conocimiento elemental: los libros, la lengua y la literatura, la música, la metafísica y la política, la ciudad, el campo y el mundo.

Carson McCullers decía de Un paseante en Nueva York, que «era consciente de haber leído una obra maestra».

Ficha del Libro

Título: Un paseante en Nueva York |Autor: Alfred Kazin | Traducción: Juan Castilla |Editorial: Barataria| Páginas: 152 | Precio : 17€