Para ese momento el profesor solo es la sombra de lo que fue, frío, seco, distante, un lunático casi. Al avezado alumno goza de una vida plena, una mujer que le quiere, la satisfacción de triunfar en la vida y en la literatura. No obstante, sigue teniendo clavada una espina en su corazón: Ventura abandonó el pueblo cuando sólo era un muchacho y desde entonces no ha vuelto a saber nada de él.
La dedicatoria de su libro premiado dirigida a su mentor, trazará el hilo de conexión entre ambos, quienes se volverán a ver décadas después. El ajuste de sus nuevas órbitas resultará chocante y doloroso, ambos tendrán que esforzarse por adaptarse al nuevo papel que la vida les ha dado. La autora dibuja con su fino lápiz los contornos bien definidos de ambos personajes en los múltiples diálogos que tienen. Cual si fueran asaltos de un combate van tanteándose, midiéndose y guardándose las distancias, dando y encajando los golpes del otro, recordando aquellos años de infancia en el pueblo. Años que le dieron a Santiago el apodo de el chico de la cigüeña.
El personaje de la madre, Matilde, cobra fuerza entonces, surgiendo como el pivote sobre el que gira toda aquella relación antigua y también la razón de su desaparición.
Algunos asaltos más dirimirán el resultado final que el lector sin duda agradecerá.
Luisa Cuerda ha escrito una novela masculina con una pareja de protagonistas exquisitamente cuidados, actuando según se espera de ellos, hablando y pensando de la forma exacta a como han sido formulados, plenos, con todo su volumen, sus virtudes y defectos. Precisamente por ser masculina, es una novela sobre la amistad entre hombres, amistad en todos sus grados, desde el punto de igual a igual, hasta la ruptura total por parte de uno y otro, subiendo y bajando por todos los estados intermedios.
Al amor entre amigos, la escritora suma el amor a la familia, en este caso en la forma de la madre, y también el amor romántico, el no sucedido en el pasado y el actual del escritor con Susana, su mujer.
Poco detalladas las descripciones, totalmente vivos los diálogos, la autora nacida en Madrid, ha balanceado perfectamente la realidad, convirtiendo las conversaciones en la parte que más pesa en el relato y dejando lo circunstancial como algo meramente decorativo.
Un libro intenso, íntimo, doméstico, que nos deparará una horas de buena lectura y el sabor de boca de un buen café o una buena infusión, dejándonos el regusto de lo bien hecho.
Nos ha gustado mucho: La definición de los personajes mediante sus palabras.
Nos ha gustado menos: Creemos que los diálogos tan vivos necesitan más movimiento en los personajes.
RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL
El éxito de Santiago como escritor le permite encontrar a su maestro Ventura Vázquez, que un día se marchó del pueblo sin dejar rastro, en lo que el niño sintió como una traición, y ahora pasa sus últimos años en una pensión de mala muerte, rumiando el fracaso de su vida. A partir de ese encuentro, Santiago intenta descifrar las claves de esa ausencia, emprendiendo un camino que le lleva de nuevo a su pueblo y a su infancia, donde le esperan las respuestas que en su momento no pudo o no quiso encontrar.
Ficha del Libro
Título: El Chico de las cigüeñas | Autor: Luisa Cuerda | Editorial: Ediciones del viento | Colección: Viento Abierto | Páginas: 160 | Precio: 16 € |