Así hallamos que la hipocresía centra muchos de los textos. La falsa religiosidad se entremezcla con la primera. La vanidad ocupa otros tantos. (curioso es el comentario que dice que en la ciudad de Vanidad las personas desaparecen de repente, como burbujas, sin que nadie aparentemente las eche en falta ni se percate). El egoísmo y el deseo de prominencia es otro de los defectos sociales atacados por Hawthorne. (En Una reunión selecta es muy sagaz que cuando aparece La posteridad como personaje, todos acudan a ella para conocer de si mismos, pero ella les responde que no conoce ni sus caras ni sus nombres). El falso amor que solo encubre el interés y el afán por la perfección física son otras instantáneas de sus cuentos. (Nos enseña que el amor romántico no existe, si no solo el amor por la propia pasión).
Múltiples lecciones vestidas de impresionantes y fantasiosos vestidos que nos hacen viajar de a reinos lejanos, crear hipotéticas realidades y descubrir en ellos reflejos de ese yo interior, de esa conciencia que todavía nos queda y que las moralejas de estos cuentos nos dejan al descubierto.
Bueno como libro de fantasía y maravilloso como libro de reflexión y autoayuda, Hawthrone sobrevive a su tiempo y a su sociedad para hablar solo de hombres y mujeres de carne y hueso, perdón, de sus vergüenzas y miserias.
Nos ha gustado mucho: La capacidad envolvente de sus relatos fantásticos
Nos ha gustado menos: Algunos temas resultan recurrentes
RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL
Nueve años después de Cuentos contados dos veces (Acantilado, 2007), en 1846, Nathaniel Hawthorne publicó esta segunda colección de relatos, lograda expresión de una poderosa imaginación poética que cautivó a sus contemporáneos y estableció de manera definitiva el reconocimiento unánime de su genio. En los veintiséis relatos alegóricos, fantásticos e históricos que forman Musgos de una vieja casa parroquial, Hawthorne ahonda en esa exploración oscura y compleja del mal, la conciencia moral y el pecado que, a ojos de Edgar Allan Poe, le condujeron a las más altas esferas del arte. Henry James dijo de Hawthorne que fue capaz de «transmutar la pesada carga moral del puritanismo en la substancia misma de su imaginación; evaporarla en los ligeros y delicados vahos de la creación artística».
Título: Musgos de una vieja casa parroquial |Autor: Nathaniel Hawthorne | Editorial: Acantilado | Traducción de Marcelo Cohen | Colección: Narrativa del Acantilado, 150 | Páginas: 488 | Precio: 28€
Desde luego parece muy interesante y, como señalas, útil en estos tiempos que vivimos, en que lo estadounidense vuelve a cobrar cierto valor a nuestros ojos. Saludos cordiales.