La vida de Asher Lev comienza contada desde la perspectiva final, las llamadas a ser últimas páginas son las primeras. De este modo no se engaña a nadie, todos sabemos hacia donde nos lleva. Después comienza una cuesta arriba, desde donde este niño judío de una familia ultraortodoxa nos explica su forma de ver la religión, la familia, las tradiciones y cómo no, su don, la pintura.
Jamás hemos leído de un personaje en el que sus “no lo sabía” y sus “no conteste” nos digan más acerca de si mismo, de su psicología y su razonamiento. Todo las piezas encajan en el desarrollo, ni sobra ni falta nada. Todo es previsible, pero a la vez angustioso, emotivo. Podemos sentirnos como Asher Lev, pero también somos su madre y sus razones cariñosas, somos su padre y su apego por las raíces, somos el rabino y su esfuerzo por cuidar a otros, somos la galerista y somos el maestro pintor. Llegamos a conocerlos tan íntimamente que sufrimos en sus largas conversaciones, conocedores del desenlace.
Un inmenso libro, literatura con mayúsculas, fuerte, especiado pero a la vez sencillo y humano. Notamos las influencias recibidas de Bashevis Singer en Sombras sobre el Hudson y las influencias dejadas para Amos Oz quien en su Historias de Amor y Oscuridad realiza un ejercicio muy parecido al primer tercio del libro.
Sinceramente impresionante, ¡no se lo pierdan!
RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL
Asher Lev es un niño judío observante que pertenece a una familia profundamente religiosa. Asher Lev también tiene un don: es un genio que no puede dejar de pintar el mundo que ve y siente. Pero en este don está la semilla del conflicto con lo que más quiere: su familia y su comunidad. En esta novela conmovedora y visionaria, Chaim Potok realiza un agudo retrato del artista y de su mundo. Todo un clásico moderno.
Título: Mi nombre es Asher Lev |Autor: Chaim Potok | Editorial: Encuentro | Traducido por Horacio González Trejo | Páginas: 319 | Precio : 25€
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