En cuestión de meses Austria y Rusia están en guerra y Fallmerayer lucha en el frente oriental. Su voluntad férrea de volver a verla le hace mantenerse vivo, aprendiendo ruso por su cuenta. Mueve los hilos para encontrarse en las inmediaciones de la casa de su amada. La visita y ambos se convierten en amantes.
Su idilio es interrumpido por la Revolución Bolchevique.
Aparentemente el esposo de la Condesa ha muerto en la guerra y ambos aprovecharán los bienes familiares para huir y intentar comenzar su vida en común. ¿Qué hace que un hombre de mediana edad abandone a su familia y su país para seguir a una mujer, yendo a la deriva en la Europa de la posguerra?
Roth sabía que en el género del relato corto no se puede conseguir completar el cuadro. Por eso desde el comienzo de la historia toda ella parece apuntar a un desenlace que dejará asomando a Fallmerayer al borde del precipicio.
Su estilo nada complicado, descriptivo y maduro nos lleva de la mano de forma determinista empujado por los deseos del protagonista. Roth construye de forma elegante una situación que nos cautiva desde la primera línea. Maravilloso relato que todos los amantes de la buena lectura disfrutarán.
Título: Jefe de estación Fallmerayer |Autor: Joseph Roth | Editorial: Acantilado | Traducción de Berta Vias Mahou | Colección: Cuadernos del Acantilado, 32 | Páginas: 64–