Yasmina Reza ya nos tiene acostumbrados a examinar la extraña rareza de las cosas y esta vez no podía hacer algo distinto. A medio camino entre una trama de los Cohen y el mejor libreto de Woody Allen, nos regala un “polar” divertido, tierno, profundo y patético sobre la vida del común de los mortales.
Una ingeniera de patentes entrada en la sesentena, con síndrome de nido vacío, recién huérfana de madre y con un matrimonio tedioso, decide salir de su monotonía celebrando una fiesta de la primavera a la que acuden vecinos y amigos, entre los que se encuentran, los “raritos” Manoscrivi, también en la sexta década de su existencia. Ya en la fiesta, la fórmula Reza se pone en funcionamiento a través de diálogos irónicos y surrealistas, pero no sacará toda su artillería hasta que, concluida la velada, el vecino “singular” llama a la puerta de los anfitriones para contarles algo muy grave. Sí: habrá cadáver. Y es cuando el mecanismo teatral se pone en funcionamiento entre la tragicomedia y Grand Guignol. Pero la trama con la que ha conquistado el premio Renaudot es lo menos relevante del libro.
El título es la primera ruptura de la mecánica de farsa. Babilonia es el exilio, como exilio es el barrio periférico en el que habitan los protagonistas, incluso sus vidas son las de exiliados de sí mismos…. Conchas varadas en no se sabe qué playa. La celebración y el resopón de las copas, permiten que aterrice en la historia el vodevil, el burlesque y la ironía amarga que señala lo absurdo de nuestras vidas, las relaciones de pareja, el mundo de las apariencias, la mentira de las relaciones humanas… Reza sabe afilar su pluma de modo que atenúa la crudeza de su experimento narrativo con fuertes dosis de pinceladas tan cáusticas como cínicas.
Es un libro verdaderamente neurótico, estridente, que se lee con placer gracias a la aguda capacidad de observación de su autora, su mordacidad y el jadeo poético que anida en todos sus textos.
En mi modesta opinión resulta más cinematográfico que literario. Sí que presenta interesantes reflexiones sociales pero algunas escenas me parecieron inverosímiles. Hay un detalle que me sorprendió, al nombrar la autora una conocida marca de aspiradores manuales, con fines publicitarios?, supongo…