Siguiendo esa misma línea, se presenta “Ovejas esquiladas, que temblaban de frío” (Bartleby Editores, 2010). El misterio de la memoria que reaparece para quedarse cuando menos se la espera, para llenar de lluvia los recuerdos de una infancia ya lejana. Madrid como personaje de una vida narrada en forma de poemas y una fauna de personas que se animalizan con la brutalidad de sus actos.
Entre toda esta poesía, caben evocaciones sobre imágenes de actualidad que parecen del pasado, el hambre y la familia, posguerras que nunca han terminado y miedo en las trincheras que hay en el mundo. Si la escritura es un misterio, y hay infinitas posibilidades donde encontrar la materia prima, Gsús Bonilla hace un repaso por el todo y la nada; el camino trazado en curvas para acabar encontrándose a uno mismo.
Como hoy en día todas las camarillas de poetas (o fotógrafos, da lo mismo, están de moda ambas circunstancias) se recomienden entre ellos, yo no pienso ser menos. Como menciona Déborah Vukuŝić en el prólogo: “Muchos de los habitantes de Atrapa-tontos decían que eran poetas…”; habrá que aprender a distinguir entonces, entre los que son de verdad y los que mantienen solo una pose. Vayan corriendo a comprar el libro de Gsús Bonilla (o, en su defecto, róbenlo), aprendan sus poemas y acudan en busca del autor a escucharlos de su propia voz. Yo, al menos, es lo que pienso hacer.
Antonio J. Juliá
Título: Ovejas esquiladas, que temblaban de frío | Autor: Gsus Bonilla | Editorial: Bartleby | Páginas: 98 | Precio : 9€