Esta obra no es una novela al uso sino más bien semeja un guión de cine. Bien es cierto que Lacruz escribió un guión sobre Gaudí, el cual generó una película que no tuvo el nivel esperado, pero este no ese libreto. Con escenas cortas, poco descriptivas y de abundante diálogo vamos conociendo al arquitecto desde su época estudiantil, rebelde, “salvaje” con ganas de comerse el mundo hasta la última y retirada fase de su vida concentrado en su magna obra de la Sagrada Familia. Quizá lo más difícil de entender del catalán sea su transformación desde ser un ateo anticlerical recalcitrante hasta denunciar a los propietarios de la Casa Milà por no colocar en su fachada la imagen de la Virgen. Sin embargo, es ahí donde triunfa este texto, con pocas frases y pocas reflexiones pero incidiendo en las emociones con sus escenas cinematográficas al uso es capaz de mostrarnos el recorrido del arquitecto desde un extremo al otro, y lo que es más complicado aún, de entender las razones de ese cambio.
Texto muy agradable de leer, extremadamente visual con escenas vívidas, diálogos vehementes, anécdotas noveladas… todo esto unido a la buena documentación que uso Lacruz para componerlo, tratando con aquellos que de primera mano o de segunda trataron con Gaudí, da forma a la novela de una vida que nos deja con el agradable sabor de boca de una obra bien construida, viva, y con el recuerdo de un gran hombre de la arquitectura contado por otro gran hombre de las letras.
Pepe Rodríguez