En otras ocasiones he hecho referencia a la burbuja que está viviendo la novela negra. Como aficionado, espero que tarde en explotar. Gracias a ello, los aficionados tenemos mucho más donde elegir, no solo en cantidad, también en calidad, ya que los propios autores han de currárselo más a la hora de innovar y sorprender al preciado lector.
Esto también tiene sus inconvenientes para ambas partes: El lector puede verse perdido entre tanto material, y por no arriesgar acudirá a lo seguro, perdiéndose buenas historias. El inconveniente para el autor novel consistirá en que no solo se verá eclipsado por la obra del consagrado, también por las trabas de la propia editorial que no publicita lo suficiente estas obras «menores». Supongo que las campañas no son baratas, y si son de autores conocidos tienen la mitad ganada, y esto, después de todo, es un negocio.
Me gustaría llamar la atención sobre una de estas obras de un autor, por ahora, desconocido. Ha pergeñado una historia que os atrapará y sorprenderá. Su novela es Otra noche sin sombra, y su autor se llama Mario Coma. Al llevar el subtitulo de Parte uno. El anillo de Sara presumimos que habrá nuevas entregas y que estamos al comienzo de una saga. Puede ser, e incluso lo espero, pero para todo aquel que huya de sagas, avisarles que esta novela es autoconclusiva, por lo que no tema sumergirse en ella creyendo que la historia no quedará cerrada.
Para este joven madrileño esta es su primera novela. Anteriormente ya había participado en publicaciones académicas. Es licenciado en Ciencias Físicas, especializado en Física Teórica e imparte clases en secundaria y bachillerato. Para él no vale eso de «¿eres de ciencias o de letras?» porque dedicándose a una, queda demostrado que también domina la otra. Más cuando el género abordado es de los más complicados.
En ella nos narra que ya han pasado dos años desde la desaparición de Sara, la hermana adolescente de Aníbal. La última vez que habló con ella fue la noche que desapareció. Ella le pidió que la recogiera, él le respondió que llamará a un servicio de transporte con conductor. El hecho de no haberla recogido y así evitar el trágico suceso, hace que Ánibal no pueda perdonarse, y que su vida se haya quedado estancada por la culpa.
Julia, amiga de la infancia, hábil informática y hermana del único sospechoso, pedirá ayuda a Ánibal para indagar más y tratar de encontrar al verdadero culpable demostrando la inocencia de su hermano. Sus descubrimientos harán aparecer nuevos indicios que permitirán a los inspectores Alejandro e Inés, encargados de la investigación, avanzar hacia algo mucho más macabro que la desaparición de la chica.
El autor evidencia su mente matemática en lo exhaustivo de la investigación. Se nota en la forma en que sus personajes plantean y llegan a conclusiones demostradas a partir de datos expuestos. Van tirando de los distintos hilos de forma minuciosa y detallada, dotando a la historia de credibilidad. Mario huye de estereotipos con mentes privilegiadas y policías sesudos mostrándonos personajes muy humanos e imperfectos, como Aníbal, cargado de culpa, que no es capaz de avanzar sin la ayuda de la pragmática y optimista Julia, a los que secundan los constantes inspectores a los que la propia burocracia no se los pone fácil con tanto tecnicismo y legalidades en forma de su propio comisario.
La narrativa de Mario es ágil y sencilla, con diálogos directos que provocan el avance de la historia. Maneja muy bien los tiempos, y al colocar a los protagonistas en acciones y lugares diferentes al mismo tiempo, logra que el lector no se pierda y, por el contrario, le lleguen los hechos en el orden correcto, no perdiendo en ningún momento el ritmo de la acción. Otro elemento destacable es esa historia secundaria contada a través de cortos capítulos, que a su vez están titulados a modo de cuenta atrás. Lo llamativo y original de este segundo hilo es la narración de los hechos que van hacia atrás en el tiempo, de ahí la mencionada numeración. Al comienzo nos muestra el desenlace, e iremos descubriendo el origen a medida que avanzamos en la lectura, haciendo que encajen las piezas en este curioso y macabro rompecabezas.
Si he de poner un pero es en el insuficiente cariño que ha volcado la editorial BakerSt en el libro. Y digo insuficiente porque cariño han brindado vista la calidad del papel y la cuidada portada en rústica, pero aparecen reiterados errores en la separación de palabras al final de las frases, así como otros errores menores achacados al despiste, pero que me dicen están subsanados en futuras ediciones. Ediciones que espero sean numerosas porque autor e historia lo merecen.
Novela adictiva y bien contada, en la que el lector se sumergirá y no querrá salir hasta llegar a su sorprendente final, presagiando a Mario Coma un brillante futuro dentro de este trillado género, donde historias originales como esta son las que marcan la diferencia otorgando un nuevo soplo de aire fresco, recordándonos a los aficionados que aún poseemos la capacidad de sorprendernos.