Ediciones Traspiés
Con esta obra el autor ha dado un importante giro en su estilo y género literario. De unas novelas con mucho sabor marroquí, llenas de recuerdos, poesía y nostalgia de la tierra en que pasó su infancia y a la que vuelve periódicamente, ha pasado a una narración de corte policiaco/negro, un thriller muy duro, con un lenguaje más árido y agresivo, muy acorde con el estilo policiaco, una historia llena de tensión y donde la trama recorre la podredumbre de los bajos fondos malagueños, las mafias rusas y los recorridos de la droga, girando toda la acción alrededor de un asesinato al comienzo de la novela.
Una historia cargada de dramatismo, en la que el protagonismo se diluye entre varios personajes: el inspector Iván Sotogrande, el cruel y violento Teo el Bizco, los dos policías corruptos, los dos policías legales Pancho y Maria, el lento y un poco memo Kasparov, su novia Tani, así como Qodsya, la pareja marroquí de Teo. El personaje más trabajado psicológicamente es Teo, que tiene casi el mismo protagonismo que el inspector Iván.
La acción y el punto de vista va pasando de unos a otros, con lo que el lector se mantiene en vilo, observando desde su atalaya los movimientos de los distintos personajes, que se entrecruzan, se mezclan, se alteran. La angustia de Iván por Marcela es notoria, y la parte personal devora a la parte oficial, el inspector sucumbe bajo el hombre, cuyas reacciones predominarán. El tema de la violencia contra las mujeres envuelve la narración, con las sufridas Marcela, Tani y Qodsya.
Tanto Iván como Teo están obsesionados con Marcela, personaje que funciona como eje alrededor del cual gira todo el texto, con lo que su imagen, su recuerdo, su pérdida provoca los movimientos de todos y cada uno de los personajes.
Si bien casi toda la narración se ambienta en Málaga, el autor no ha podido evitar que en la parte última la acción cruce el Estrecho y se sitúe en Tánger y alrededores. Es como si una parte de sus temas anteriores pugnaran por aflorar y durante unas cuantas páginas, el lector parece haber vuelto a las obras anteriores de Barce. Pero no nos engañemos, el tono es distinto, y de hecho la parte final recuerda a los finales tipo Apocalypse Now o los tres finales de la trilogía El Padrino.
En suma, una incursión de Sergio Barce en la novela negra, con mucha fuerza y de la que incluso podemos esperar que quizás continúe en posteriores obras.
Fuensanta Niñirola