Los aficionados a la novela negra están de enhorabuena. Nunca antes habían estado tan nutridas las estanterías de las librerías con obras de este género.
Pero como ya he comentado en otras ocasiones, el que haya tanto de un producto, también es perjudicial, puesto que todo lo que se nos ofrece no tiene por que ser bueno. Es por lo que sellos como Maeva, en concreto de la serie Noir, son los que hay que tener en cuenta a la hora de escoger títulos. Uno de los últimos que ha llegado a su catálogo es la segunda novela de la creadora de La memoria del tejo, Marta Huelves.
Con un gran número de artículos y relatos históricos publicados, demuestra su otra pasión aparte de la escritura, no en vano estudió Geografía e Historia, hecho que queda patente también en sus novelas.
En El tercer lago recupera a los investigadores de la Policía Nacional, Marina Roldán y Salvador Bedia. Esta vez les ha tocado un caso en apariencia sencillo, pero que se irá complicando a lo largo de la investigación, provocando que estos dos policías vayan dando palos de ciego y llegando una y otra vez a callejones sin salida.
Ese sencillo, en apariencia, caso consistirá en el esclarecimiento del asesinato de un reputado empresario en el salón de su casa. La víctima aparece sentado, con aparente tranquilidad, en un sillón de su casa, como si descansase tras una dura jornada de trabajo. Solo una herida punzante en el pecho delta la muerte de este.
Su problemática hija adolescente, con la única que vive, puesto que su hijo pequeño y su esposa fallecieron tiempo atrás en un accidente, no se encontraba en el lugar cuando se produjo el asesinato, o al menos es eso lo que la chica asegura. A medida que transcurre la investigación, irán apareciendo oscuros secretos no solo del empresario, si no de aquellos que lo rodean.
De lectura fácil y dinámica, vamos avanzando de forma ágil a lo largo de la novela, demostrando la autora pericia a la hora de tejer la historia, no poniéndoselo difícil solo a los investigadores, también el lector que se verá perdido sin averiguar quién es el asesino hasta casi el final de la novela, siendo esto hoy día un agradable hallazgo dentro de la Novela Negra, en la cual el aficionado ya está cansado de clichés y es capaz de averiguar quien es el asesino mucho antes que los protagonistas en historias ya manidas.
Otra baza es el despliegue histórico que acompaña a la narración, demostrando Marta Huelves que se mueve como pez en el agua, describiendo hechos históricos que tienen relevancia dentro de la narración, sin tratar de aleccionarnos, contagiándonos su pasión por estos hechos, que para más inri, se desarrollan en parajes casi mágicos de la Asturias oriental, tierra de bruxas y espíritus con los que la autora también aderezará la novela.
Los protagonistas mostrarán sus luces y sus sombras, continuando sus íntimas historias personales marcados por sus pasados, a los cuales les han empujado a cambiar sus grandes ciudades por páramos más agrestes e íntimos. Hay que señalar que si os embarcáis en este segundo libro de la saga sin haber leído el anterior, no os sentiréis perdidos puesto que de los hechos acontecidos en la anterior novela, dentro de las historias personales de la pareja protagonista, se hacen algunas alusiones que marcan el camino sin necesidad de acudir a la primera novela. Pero tarde o temprano acudiréis a ella, porque no os querréis perder ningún libro que pertenezca a esta joven saga.