Nino Redruello, con una gran actividad en redes sociales y en programas de televisión, es un cocinero de sobras conocido por una amplia mayoría. No sé si por esa mayoría también es sabido que proviene de una saga de restauradores que va ya por su cuarta generación. Y es que como muy bien nos narra en este libro de recetas, su bisabuelo, Benigno Redruello, procedente de un pequeño pueblo asturiano, emigró a Madrid buscando un futuro mejor para él y los suyos, donde abrió una taberna. Con el tiempo, y por distintas circunstancias, tuvo que cambiar tanto la ubicación como el nombre del local, adoptando definitivamente «La Ancha». No podía sospechar que lo que hacía era plantar la semilla de lo que sería un gran legado gastronómico que se extendería varias generaciones. Un legado del que Nino no solo se ha encargado de mantener, sino de hacerlo crecer y prosperar, siendo «La Ancha» hoy un grupo que se compone de ocho restaurantes.
Las recetas que aparecen en este libro, proceden de los distintos locales que forman hoy el grupo. Platos donde tradición y vanguardia se dan la mano. Y es que cuando hablamos de «Las recetas de La Ancha”, no hablamos de un libro de recetas al uso. Hablamos de tradición, de esfuerzo, de cariño y responsabilidad por preservar la herencia generacional. Este libro es un homenaje que Nino brinda a sus orígenes, haciéndonos partícipes de ese estilo de cocina que le hizo amar la profesión.
Desde platos sofisticados como el Foie a la sal o el Potito de patata y trufa, a otros tan divertidos como el Perrito con petigrí o variantes como la Pizza de puerro glaseado, pasando por el arroz blanco de almejas de su madre. Todos ellos explicados de forma sencilla gracias a las claras indicaciones que no se limitan a una lista impersonal de ingredientes y a una enumeración repetitiva de pasos a seguir. Todo lo contrario, cada plato se nos presenta a través de una breve explicación amena y desenfadada sobre su procedencia o nacimiento, como la incorporación a su local correspondiente, para a continuación listarnos los ingredientes y su proceso de forma clara y detallada. Yendo más allá, desvelándonos el secreto que emplean en sus cocinas, para así conseguir ese resultado profesional en casa, animándonos a prepararlos una y otra vez.
Se agradece que también facilite otras opciones para los ingredientes a usar, puesto que no siempre disponemos de todos ellos, ya sea por encontrarse estos fuera de temporada, o simplemente por que el bolsillo no lo permite. Eso sí, también nos señala la importancia de la calidad de los productos empleados para la elaboración de estos platos, en cuyo texto nos narra, de forma divertida y anecdótica, curiosidades, procedencia y consejos relacionados con cada ingrediente principal.
El libro se divide en : Entrantes, donde están presentes el pescado, el marisco o hasta la siempre modesta legumbre; Verduras y ensaladas, con las que podremos salir de la aburrida rutina sorprendiéndonos con una variedad de ingredientes que no pensábamos que pudieran entrar a formar parte de una ensalada; Tortillas, las recetas de este capítulo proceden, obviamente, del local bautizado «Las tortillas de Gabino», imaginaos lo que puede salir de un restaurante llamado así; De cuchara, aquí aparecen platos tan tradicionales y reconfortantes como las tradicionales lentejas estofadas con codillo o el potaje de vigilia; Pescados, de todas ellas, la que más me ha llamado la atención es ese Gallo envuelto en mole de pino verde, impresionante; Carnes, brilla lo sencillo, haciéndonos comprender que no hay que complicarse la vida para conseguir platos espectaculares; y Postres, que no podían faltar, y es que me ha ganado con los giros espectaculares que realiza en platos tradicionales como el tocino de cielo, o esa espectacular tarta de queso.
Libro repleto de recetas muy realizables siguiendo sus detalladas indicaciones y a los ingredientes que las componen y que están al alcance de todos. Donde tanto los expertos como los principiantes podrán inspirarse, incluso atreviéndonos con las recetas que creamos más complicadas, ya que Nino con su prosa clara consigue que entendamos cada paso y nos atrevamos a meternos en faena.