Los fabulosos monos marinos eran unas mascotas que se vendían por catálogo hace años. El kitconsistía en unos sobres que había que diluir en agua para que nacieran aquellos seres misteriosos, pequeños monos adaptados al medio acuático: un engañabobos, sí, o una excusa para soñar con algo parecido a un terrario para hormigas, pero mucho más entretenido. El anuncio prometía horas de diversión y la creación de un verdadero microcosmos en la pecera. La novela de ÓscarGuales esta pecera demencial: lo inquietante es que el lector no sabe si observa desde fuera o acaba sumergido en ella. LEER MÁS
A medio camino entre el libro de relatos (bien hilados) y la novela (deconstruida), Fabulosos Monos Marinos es ante todo un escenario: la ciudad-mito de Sierpe. En ella se mezclan alusiones a la historia reciente de España con alusiones a la cultura popular, conformando un cuadro bizarro y oscuro. Sierpe es una especie de GothamCity que nace de un centro penitenciario experimental desmantelado: un lugar distópico, corrupto y siniestro en el que se suceden distintos planos de realidad.
En Sierpe se dan cita todos los vicios y excentricidades: un policía convertido en detective que investiga la muerte de su hija, concursantes de un realityshow alucinante y alucinado, el Espíritu de la Transición («tan poderoso como un rey») y el fin del mundo en persona. La sombra dePulpFictiono El gran Lebowski dan cobijo a esta historia; la banda sonora la pone Metallica y al lector corresponde la tarea de seguirle el paso a Gual, que esquiva con habilidad los obstáculos propios de una novela fragmentaria y añade otros (por ejemplo, esas notas al pie que hay que sortear en el relatoIdentity).
Decididamente marcada por referentes norteamericanos, Fabulosos Monos Marinos consigue sin embargo dar con la combinación adecuada de narración lisérgica y realista. Se suceden las alegorías y simbolismos pop, pero impera ante todo un afilado sentido del ritmo: Gual domina el pulso narrativo y logra con esta segunda novela un apasionante ejercicio de pirotecnia.