El niño nos cuenta en primera persona los acontecimientos más notables vividos por él: su relación con los niños Allain, que suponía una libertad desconocida para él; el incendio de los cañaverales; la fuga de su hermano Del a la sierra con los rebeldes; sus breves juegos con Everly y con otros niños; la caza del tiburón martillo con su hermano; y las reacciones de la familia ante la creciente avalancha que finalmente les echó del país donde había nacido. Malcolm Stites, el padre, dirige la compañía y a su familia manu militari. Y está al pie del cañón cuando la plantación es incendiada por los insurgentes castristas.
La versión de la niña nos es narrada en tercera persona, y visitamos con ella el interior de las familias (los Carrington, los Mackey, los LaDue, los Havelin…) que viven en ese mundo especial, en ese cerrado universo donde hay unas barreras invisibles que les impiden relacionarse con los otros, los que no son como ellos, los cubanos, los jamaicanos, la gente de color. Salvo si pertenecen al servicio de la casa.
Asimismo se nos presenta un punto de vista radicalmente opuesto: el del activista-mercenario francés La Mazière y sus relaciones con la bailarina zazou Rachel K, amante de Batista y a la vez colaboradora de Castro, pero también amante de Stites. Es la otra vida, el mundo adulto. Situados en La Habana, en el Tokio, club nocturno donde la chica de las medias de malla pintadas, atrae a unos y a otros a su camerino. Para contar el universo mental de La Mazière, la autora emplea otro tono; incluso parece escrito por mano diferente, quizás la parte más floja del libro. En ese mundo habanero no podía faltar un breve cameo de Hemingway en su amado Floridita.
A base de ofrecernos distintos ángulos o puntos de mira, acabamos por hacernos una idea, de componer el rompecabezas cubano, pero no tanto de los hechos más conocidos, aunque también nos cuente algunos. Lo más importante es ese recorrido por el interior de las casas y las familias, el ambiente, las conversaciones entre las esposas norteamericanas, las reuniones en el club, las fiestas de los niños, lo que comentan con los criados, lo que ven y lo que imaginan, lo que sueñan y lo que realmente sucede.
El difícil equilibrio que la Compañía trata de guardar entre los sucesivos dictadores y los rebeldes de la sierra, los barbudos, a veces se hace insostenible: Batista es un impresentable, y además, ¡mulato! Los hermanos Castro, hijos de uno de los grandes terratenientes cubanos y plantadores de caña de Oriente, son el garbanzo negro. Oscilando siempre entre unos y otros, pero con la esperanza de sacar adelante la Compañía, Stites y todo su mundo se desploma con la toma del poder por Castro: la evacuación en barco de la mayoría de la población norteamericana es un relato demoledor, contado con la voz de los dos adolescentes, K.C. y Everly: la descripción de la huida y muerte del mono Poncho, está cargada de simbolismo, a la vez que una amarga ironía.
Novela atractiva, con el encanto y la frescura de la ingenuidad, esta novela despliega al lector un conjunto de detalles interesantísimos y muy ilustrativos de los últimos años de la Cuba pre-castrista. Sin mostrar preferencias pero con un inevitable punto de vista, la mirada de Kushner se dirige al interior de las mansiones de los directivos de la Compañía, a su centro neurálgico, y también a las casas de los empleados, los criados, los niños, las esposas, el pequeño mundo de los norteamericanos en la isla y sus relaciones con los cubanos. Se centra, sobre todo, en las dos ciudades costeras Preston y Nicaro, pero no sólo nos habla de la vida de los anglos, sino de cómo viven y trabajan los macheteros, los capataces, la guerrilla en la sierra, el ambiente que se respira en la ciudad, la sordidez de los clubs nocturnos, las plantaciones de caña de azúcar, y las minas de níquel.
Rachel Kushner (Eugene, Oregón, 1968), periodista, editora, ensayista, estudió en la Universidad de Columbia, NY. Ha escrito diversos relatos para revistas y esta es su primera novela, publicada en 2008. Su madre pasó varios años de su adolescencia en Cuba, en el complejo de la United Fruit Co., que poseía casi toda la provincia de Oriente de la isla. Por tanto, maneja información de primera mano sobre la vida cotidiana de esos años en los que se fue gestando la revolución castrista y la caída del régimen de Batista.
Ariodante
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