Una colección de personajes a cual más pintoresco puebla la narración: el pastor Ojopirri, mentor de los dos hermanos al quedarse huérfanos, a los que les lega el rebaño cuando decide emigrar a América; Carmita, la amante mellada de Negrillo; Elisa Febrero, la viuda de Alberto, una rubia que enloquece a todos y especialmente a Marcial; Federico el Chato, su pretendiente, con su nariz de plata y mirada asesina; Don Andresín, el cura del pueblo; el Chicarrón, cazafantasmas con pinta de superhéroe. Todos ellos desfilan por los capítulos de la narración, contada en primera persona por el quinceañero Marcial, que entra a trompicones en la vida de adulto, entre ingenuidades y sueños, entre visiones de espectros y visiones muy reales y tangibles, como es la rubia Elisa, la mujer de Alberto, uno de los fusilados en el barranco. Y en la vida de adulto está el amor, el físico y el ideal, que en su caso andan algo embarullados. Propenso a la exaltación y fogosidad amorosa, cae rendido cuando ve a Elisa. Sin embargo, cuando Carmita se le acerca, no puede evitar encenderse un fuego en su cuerpo. El descubrimiento del anillo de boda de Elisa le hace creer que le está destinada en alma y cuerpo, y se dedica a cocinar filtros de amor para hacerla caer en sus brazos.
Como una aventura mezcla de Stevenson y de Twain a la española, el joven pastor Marcial entra en funciones de adulto por azares de la vida. Pero toda una serie de obstáculos se oponen al cumplimiento de sus deseos y sucesivamente debe, como en una carrera hípica, ir saltándolos hasta llegar al final. El autor mantiene muy bien el ritmo, los capítulos son cortos, el texto ágil, la acción es continua, con toques de humor francamente divertidos en algunos tramos, en otros, el humor es negrísimo; y aunque el pueblo está en el lado nacional, y los asesinados son republicanos, en general el autor trata de mantenerse bastante por encima del conflicto político, que queda como un telón de fondo, un marco donde se inscribe la acción. De hecho, el autor pone en boca de D. Andresín, hablando con el alcalde de Barreiro. “Estamos en guerra. Si Barreiro hubiese quedado en zona roja, otros once vecinos del pueblo, entre los que, con seguridad, estaríamos usted y yo, habrían sido obligados a subir a un camión de la CNT”, tras lo cual relata lo que le pasó en Valencia –zona roja- a su hermano Nicolás, párroco también, a su sacristán y monaguillos que le acompañaban. Contado con un humor negro, pero haciéndonos ver que en ambos bandos no se andaban con chiquitas.
Únicamente me choca el rol asignado en la novela a la Guardia Civil, que en la guerra se mantuvo fiel a la República, uniéndose a la Guardia de Asalto. Más parece el papel de la Benemérita en la posguerra, en la que Franco les dio la faena más ingrata, un poco en revancha. También resulta un poco discordante el que la única manera de que los fantasmas republicanos se tranquilicen sea su traslado al cementerio, para reposar bajo lápida y cruz (cuando es un grupo de no creyentes), pero quizás lo que más importa al autor es el que se cierre una etapa histórica colocando a todos, de uno y otro lado, en el mismo sitio: en el camposanto.
El clima de irrealidad, de fábula, que recorre muchos momentos de la novela, donde los límites realidad-fantasía se confunden, nos recuerda constantemente que estamos leyendo una novela, no una historia. Muy buena la elección de nombres, francamente originales; y los símbolos: el del cedro rojizo es muy bello, así como el de los pajarillos que en él anidan, los chazarrines; y la rama de cedro con la palabra “América” grabada, imagen preciosa con la que acaba el libro.
En suma, una novela que se lee de una tirada, que atrapa, entretiene, y que sale un poco de las clasificaciones habituales para ofrecernos una historia fresca, atractiva, entrañable. La presentación de la editorial es muy correcta: tapa dura, buen tamaño de letra, y una longitud ideal: 220 págs.
Paco López Mengual, (Molina de Segura, 1962) es un escritor murciano nacido en el seno de una familia de comerciantes. Tras concluir su formación universitaria, se decidió a continuar el negocio familiar. Desde hace unos años compagina su profesión de mercero con su pasión por la literatura. Publicó su primera novela en 2005, La memoria del barro. Le siguió El vuelo del mosca (2007) con la Editora Regional de Murcia. Tras ella, la colección de relatos La mansión de los mutantes (2008). Editorial Maeva, reedita El vuelo de mosca bajo el nuevo título de El mapa de un crimen (2009).
Ariodante
Título: El último barco a América | Autor: Paco López Mengual | Editorial:Temas de hoy | Páginas 224 | Precio 19€ |COMPRA ESTE LIBRO EN FNAC.ES Y PAGA 1€ POR LOS GASTOS DE ENVÍO