Que sí, que la alta cocina está muy bien y además está de moda. Eso de ir a que te cobren trescientos euros para descubrir deconstrucciones del cocido que te hacía tu abuela, o de las albóndigas de tu madre debe ser una experiencia única. Pero que después, en casa, tienes que acudir al socorrido bocadillo para apaciguar el hambre que no ha conseguido saciar tan oneroso manjar. Obviamente, esta opinión sobre la haute cuisine no es más que una exageración. Aquí no somos tan cínicos y sabemos apreciar tanto la obra de los más que reconocidos chefs como la de los que no lo son tanto. Pero al igual que a esta cocina hay que reconocerle y darle su sitio, el bocadillo de toda la vida también merece nuestro respeto y admiración. Y cuando hablamos de bocadillo no nos referimos a elaborados platos cuya presentación final aparece entre dos trozos de pan o sucedáneo de éste. Cuando nos referimos a bocadillo, nos referimos al que podemos prepararnos ahora mismo acudiendo a ingredientes comunes que encontramos en nuestras cocinas. Y es que a esta pieza de supervivencia a veces la hemos recibido con más veneración que al plato más suculento que podamos encontrar en el mejor restaurante cargado de estrellas Michelín.
Los periodistas Toni García y Óscar Broc debieron pensar esto, y es por ello que han hecho este homenaje al bocadillo popular en forma de libro donde repasan comunidad por comunidad aquellos bocadillos emblemáticos de las distintas zonas de España donde han arraigado estos humildes manjares emparedados entre dos piezas de pan. Ambos autores, cada uno con una carrera sólida dentro de su profesión, saben de comida. Ambos, conductores del podcast “Seriefobia”, ya tienen experiencia en esto de escribir sobre gastronomía, y ahora, como señalan en el breve prólogo que aparece en “Bocatas…” hacen hincapié en lo denostado que está esta delicatessen a pesar de ser la preparación más democrática que existe, puesto que aunque no sepas freír un huevo, eres capaz de abrir un mendrugo de pan y meter embutido dentro.
En su indice podemos ver las distintas categorías en la que se divide el libro, que va desde los “Carnívoros” como pueden ser el pepito de ternera, chivito, albóndigas con tomate, solo por citar algún ejemplo; pasando por “Del mar” donde aparecen algunos tan originales como el de bacalao con pimientos del piquillo o sepia a la plancha con alioli; sin olvidar los imprescindibles “Clasicazos” que son el serranito, calamares tortilla de patatas…, que no por ello hay que olvidar a los “Nuevos clásicos”. Y nos premian con un “Bonus track” que cierra el libro como no podía ser de otra manera, con el “Brioche de Tomás Abellán”, un brioche relleno de helado de avellana, casi nada. Bocadillos con denominación de origen que como dicen sus autores: «Dime qué bocadillo comes y te diré de dónde eres». Podéis ver, por los ejemplos, que se trata de bocadillos muy accesibles, donde los ingredientes son económicos y de toda la vida, que podemos conseguir en cualquier tienda de alimentación, sin tener que acudir a ninguna especializada en comensales sibaritas. Bueno, no quiero olvidar a Mariano Segura, quien firma el epílogo de este libro, y que ha sido el encargado de recorrer los mercados y hacer posible la elaboración de los bocadillos que aparecen en las páginas de esta obra, y que confiesa que alguno de esos ingredientes nos fue tan fácil de localizar, ya que, reitero, se trata de recetas muchas regionales, elaboradas con ingredientes característicos y localizables, algunos, solo en el punto geográfico de donde procede.
Cada bocadillo va acompañado de una introducción que nos enseña alguna curiosidad asociada a su origen aderezada con el sentido del humor que caracteriza a sus dos creadores. Seguido del listado de los ingredientes necesarios para elaborar el bocadillo en cuestión. A continuación encontramos brevemente las instrucciones —en los más elaborados— de cómo preparar los alimentos que compondrán el elemento gastronómico. Mención aparte merecen las fotografías de Xavier Torres-Bacchetta, donde nos muestra tanto el proceso de preparación como la de obra final a todo color.
Lo que tal vez se echa en falta, a pesar de haber usado en sus recetas 18 variedades de pan diferentes, es no encontrar ninguna receta de esta parte tan importante del bocadillo, sé que no es un recetario de tipos de pan, pero tal vez algún pequeño inciso o recomendación para los más atrevidos a elaborar la parte esencial de un bocadillo. Pero aun así se trata de un libro muy completo que cumple su objetivo y que no trata de engañar a nadie, puesto que sus autores, a través de la editorial Debate, nos presentan un libro sencillo repleto de recetas sencillas de este humilde e imprescindible manjar, demostrándonos empíricamente lo que enuncian en su contraportada, y es que «España es un país de bocadillo, no de pandereta.»