El don de imaginar las matemáticas es la narración de la interesantísima vida de Sofía Kowalevskaya, una de las matemáticas más destacadas de la historia y sin duda la más avanzada de su tiempo.
La autora Sol Antolín Herrero narra su agitada vida en esta obra con la premisa de que la ciencia más difícil de imaginar son las matemáticas.
Sofía Kovalevskaya aprendió matemáticas casi por casualidad: las paredes de su habitación de infancia estaban cubiertas con antiguos apuntes de su padre, que ella estudió a escondidas.
Partiendo de ese don de imaginar las matemáticas la autora desarrolla su vida, en parte biografía, en parte epistolar y en parte conversacional para transmitirnos los sentimientos, alegrías, desencantos y vicisitudes de su vida.
Cuando el tío de Sofia descubrió su talento, persuadió al padre para inscribirla en una escuela. En 1868, Kovalevskaya dejó Rusia para continuar sus estudios en universidades alemanas, donde algunas mujeres sí eran admitidas. En una época de turbulencias políticas tuvo que ejecutar un matrimonio de conveniencia con un nihilista para tener la libertad de estudiar y ejercer el talento innato que la desborda.
Por las páginas de este libro desfilan personajes cono Fiodor Dostoyevski que a punto estuvo de casarse con Aniuta, la hermana de Sofía, y Alfred Nobel quien le ofreció matrimonio a la matemática rusa.
Tras varias mudanzas, en 1883 consiguió un puesto como profesora de matemáticas en la Universidad de Estocolmo (Suecia). Sofía Kovalevskaya ocupó varios puestos de prestigio: fue editora de la revista científica Acta Mathematica, obtuvo la cátedra del Departamento de Mecánica y fue la primera mujer elegida como asociada de la Academia Imperial de las Ciencias de Rusia. También ganó importantes premios como el el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de Francia.
Tristemente murió de una neumonía en el traslado que hizo a Estocolmo. “Hacía mucho frío y llovía como si el cielo hubiera decidido regalar la lluvia para siempre. Como no llevaba moneda danesa no podía pagar a los mozos portamaletas y tuvo que arrastrar su equipaje en medio de un frío insoportable y una lluvia que la empapaba sin tregua. Llegó a Estocolmo con una grave neumonía”. Así fue como perdimos a la más grande matemática de su tiempo con solo 41 años.
Sol Antolín Herrero nos acerca su vida con una narración amena y amable repleta de anécdotas y conversaciones que la hacen aún más valiosa.
Un emocionante libro para quienes aman las matemáticas, defienden a las mujeres, aprecian el valor y disfrutan conociendo personas maravillosas.