Bineka, una adolescente que sobrevive al brutal ataque de su tribu, y Lola Freixidó, una directiva de éxito, son las grandes protagonistas de esta vertiginosa y conmovedora historia que traslada a los lectores hasta los espectaculares parajes de la República Democrática del Congo, un país que nos cautiva y atrapa con emoción. Ambas mujeres, de mundos tan opuestos, se verán unidas por el amor a una tierra víctima de las acciones más terribles del ser humano, aunque también escenario de las más desinteresadas. Esa dualidad entre estos dos personajes femeninos hará disfrutar al lector de una trama contemporánea repleta de dosis de intriga, momentos de acción y giros inesperados con el continente africano como contexto.
La novela tiene como punto de partida el asalto que sufre la aldea de Bineka, la joven congoleña de ojos verdes, su aldea es un lugar idílico situado en la provincia de Tshopo. La joven verá cómo un violento grupo de hombres acaba con todo lo que encuentra a su paso, quema las chozas y asesina a sus gentes, aunque logrará escapar de sus captores hiriendo a uno de ellos. La protagonista, aún en shock por lo vivido, demuestra una fortaleza fuera de lo común. Sin ninguno de los suyos ni en su entorno cercano, Bineka es capaz de sobrevivir durante meses junto a un grupo de chimpancés, del que estudiará su comportamiento y aprenderá sus hábitos. A pesar de integrarse con acierto en el clan, Bineka no se sentirá del todo segura.
LOS TEMAS
Nada más empezar la novela, el autor aborda dos grandes temas que se mantendrán hasta el final. Estos son el fuerte arraigo a un lugar extraordinario, con la selva como telón de fondo, y la crueldad del ser humano llevada hasta el extremo. Todo lo que sucede en sus páginas pasa por ambos. Sin embargo, esta historia también nos muestra los sorprendentes límites de nuestra supervivencia y nuestra enorme capacidad de resiliencia ante situaciones extremas.
Tomando África como leitmotiv, La bruma verde escenifica cómo este continente, rico por naturaleza, ha sido despojado de todo y sigue padeciendo la huella colonial y la explotación del mundo occidental. Precisamente, esa dicotomía entre el primer y el tercer mundo también surge en la novela, donde el autor no tiene inconveniente en evidenciar las grandes tragedias humanitarias que vive su población y, a su vez, la sencillez con la que encaran el día a día. De alguna manera, Lola experimenta algo parecido al llamado síndrome del cooperante, ese choque cultural que le hace, en realidad, replantearse el sentido de su vida y el desarraigo hacia una civilización con un orden de prioridades que nada tiene que ver con lo verdaderamente importante.
Otros de los temas que el lector percibirá en La bruma verde son la encomiable labor que realizan los cooperantes, la corrupción del sistema en todos sus estratos, la persecución por los delitos financieros, el trabajo de los científicos en África, las similitudes entre el comportamiento de los primates y los humanos –que en esencia no es tan distinto–, la convivencia entre especies, el mito de la niña salvaje, los amores imposibles y las segundas oportunidades que casi todos necesitamos.
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