«De entre todos los escritores y pensadores de los que (probablemente) no habías oído hablar, Wendell Berry es el más importante.
Es un sabio. Es mi héroe».
James Rebanks, autor de La vida del pastor
«La exquisita prosa de Wendell Berry nos sugiere los ancestrales ritmos cíclicos que rigen el mundo campesino». New York Times Book Review
Hace ya medio siglo desde que Wendell Berry decidió renunciar a su plaza como profesor en la Universidad de Nueva York para volver a su Kentucky natal. Sus colegas académicos lo miraron horrorizados cuando les comunicó su decisión, y trataron de disuadirle al ver cómo uno de los pensadores y escritores más lúcidos de su generación se iba a vivir a unos pastizales. ¿Qué se supone que vas a hacer allí, Wendell? Berry se fue al agreste Kentucky a trabajar y habitar unas pocas hectáreas, y a formular desde aquella supuesta periferia su pensamiento, vinculado de forma íntima y cotidiana con la tierra y con su defensa. El tiempo parece haberle dado la razón. Filósofo, novelista, poeta y campesino, es una figura absolutamente referencial en Estados Unidos, a la manera de una conciencia ecológica del país que parece hablar con la sabiduría, la calma y la lucidez imprescindibles para enfrentarnos a un tiempo marcado por el ecocidio.
Berry desafía las categorías ideológicas tradicionales: las nociones asumidas de activismo y movimiento social, la eficacia misma de la política a escala nacional y global. Hacia la derecha, denuncia el poder de las empresas y del capital que devora la naturaleza; hacia la izquierda, critica el individualismo desarraigado que privilegia la movilidad y el cosmopolitismo en detrimento de lo rural. En este conjunto de ensayos, Berry nos habla de autosuficiencia (material, pero también moral), de las luchas en defensa de la cultura local, de la sobriedad feliz, del placer del trabajo de la tierra, de su rechazo absoluto a cualquier noción de progreso, del abandono de la arrogancia, de la recuperación del asombro frente a la naturaleza… Su fórmula para una buena vida es sencilla, y afortunadamente no pretende ser original: ve más despacio, presta atención, realiza acciones y produce cosas que merezcan la pena, quiere a tus vecinos, ama tu hogar, no te alejes demasiado de él, confórmate con menos, disfrútalo más.
Traducción de David Muñoz Mateos
14 x 21,5 cm / 480 páginas / 23 € / 978-84-17800-46-8
En librerías a partir del 27 de enero
Es filósofo, novelista y poeta, pero también, no lo olvidemos, campesino. Su obra conforma una de las defensas más coherentes y sólidas de un modelo de vida apuntalado en la autogestión, la soberanía alimentaria, y la recuperación de las responsabilidades del ser humano para con la tierra. Es autor de más de sesenta libros: entre sus ensayos cabe destacar A Place on Earth, The Art of the Commonplace o The Way of Ignorance; entre sus novelas, Jayber Crow, The Memory of Old Jack o A World Lost; entre sus poemarios, A Timbered Choir: The Sabbath Poems, The Mad Farmer Poems o The Gift of Gravity. Ha sido reconocido con múltiples galardones, entre los que destacan el Premio T. S. Eliot de poesía y el Premio R. C. Holbrooke Literatura de la Paz, así como la Medalla Nacional de las Humanidades, recibida de manos de Barack Obama, o el National Book Critics Circle a toda su carrera.