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Gail Honeyman ha creado un personaje que parece la hermana pequeña de Bridget Jones (El diario de Bridget Jones) y de Ignatius J. Reilly (La conjura de los necios’). Porque Eleanor Oliphant, protagonista de esta novela, despertará al principio el mismo rechazo que el personaje de John Kennedy Toole, pero acabará conmoviendo a los lectores de la misma manera en que lo hizo la solterona creada por Helen Fielding.
Eleanor Oliphant está perfectamente cuenta la historia de una treintañera que, durante su infancia, sufrió un trauma al que todavía no ha conseguido enfrentarse. A los diez años presenció un hecho absolutamente aterrador y hoy, cuando vive con una identidad falsa en la ciudad de Glasgow, continúa arrastrando las consecuencias de ser la hija de una mujer a quien la prensa bautizó como ‘la bonita cara del diablo’.
Sin embargo, en el entorno de Eleanor Oliphant nadie sabe que pasó parte de su infancia en centros sociales y parte de su adolescencia en hogares de acogida, que ningún terapeuta ha conseguido sacar los demonios que lleva en su interior, que su madre sigue acosándola por teléfono cada miércoles por la noche. De nada de esto tienen noticia los compañeros de la empresa de diseño gráfico donde trabaja como contable, y como les falta esta información, sólo ven en ella a la mujer antisocial que cada mañana entra en la oficina.
Porque Eleanor Oliphant es un auténtico bicho raro. No tiene amigos, no tiene familia, no tiene ni siquiera una correcta higiene. Como ella misma dice: ‘Soy una superviviente solitaria: soy Eleanor Oliphant. No necesito a nadie: no hay un gran vacío en mi vida, no falta ninguna pieza en mi puzle particular. Soy una entidad autosuficiente’.
Pero tanta soledad no le ayuda a superar los problemas mentales que arrastra desde la infancia. De hecho, los incrementa. Y es por eso que, necesitada de algo de compañía, generará una obsesión malsana hacia un tal Johnnie Lomond, un cantante de un grupo musical de poca monta en quien Eleanor ve al amor de su vida. Espoleada por este repentino sentimiento que ha florecido en su interior, la protagonista de esta novela se convertirá en una suerte de acosadora que investiga, persigue y acecha a un músico que ni siquiera sabe de su existencia.
Y esta obsesión podría llegar a convertirse en algo peligroso si no se cruzara en su camino otro chico (Raymond), un informático que le ofrece su amistad. Lentamente, este personaje irá consiguiendo que Eleanor vaya abriendo su corazón y que empiece a mirar la vida –y sobre todo al resto de personas- desde otra perspectiva.
Su universo de soledad también se irá extinguiendo cuando aparezca un anciano (Sammy Thom) que, agradecido por la ayuda que ella le brindó en cierta ocasión, le abrirá las puertas de su casa y le convertirá en parte de su familia.
Raymond y Sammy serán las únicas personas que sabrán escudriñar en el corazón de Eleanor Oliphant, percibiendo que, detrás de esa mujer que sólo puede dormir cuando bebe vodka y que rechaza cualquier tipo de contacto humano, se esconde una niña que sufrió un trauma. Y ella, al percibir ese calor con el que nunca había tenido contacto, se dará cuenta de que no puede seguir viviendo en soledad y cambiará su comportamiento –y su aspecto- para convertirse, más o menos, en una mujer normal.
Sin embargo, Eleanor Oliphant caerá de nuevo en el oscuro abismo de su mente cuando se dé al fin cuenta de que el cantante del que se ha enamorado ni siquiera sabe que ella existe y cuando su madre, con quien mantiene conversaciones telefónicas todos los miércoles, lance un nuevo ataque contra su autoestima. Será entonces cuando, apoyada por sus nuevos amigos, decidirá tomar cartas en el asunto y acudirá al psicólogo. Allí, sentada ante su nueva terapeuta, conseguirá recordar cierto ‘incidente’ acaecido cuando ella tenía diez años, cuando su madre, un auténtico monstruo con piel de cordero, encendió una cerilla y miró a sus dos hijas. No en vano los medios de comunicación describieron la crueldad de aquella mujer con dos simples palabras: ‘Mamá asesina’.
Gail Honeyman ha escrito una novela en cuyo interior hay una frase que la resume: ‘A veces la vida te sorprende cuando no te lo esperas’. Efectivamente, Eleanor Oliphant está perfectamente es la historia de una mujer de lo más desagradable que abandona toda su acritud cuando un día, sorpresivamente, alguien le tiende la mano. Un libro de humor agridulce que termina convirtiéndose en un auténtico homenaje a la amistad, el compañerismo y la empatía.
-¿QUÉ LE OCURRE A ELEANOR OLIPHANT?
Eleanor Oliphant es una joven de veintinueve años que, pese a estar licenciada en Clásicas, trabaja desde hace nueve años como contable en una empresa de diseño gráfico. Sus compañeros de oficina se burlan de ella, le hacen el vacío, la evitan. Es una mujer extraña, arisca, solitaria, y nadie quiere acercarse a ella. Una extraña cicatriz recorre una de sus mejillas, usa guantes blancos para evitar el contacto con las personas, tiene una única amiga que es una planta doméstica. Además, Eleanor se pimpla una botella de vodka cada noche, vive en un piso de protección social y se alimenta de pizzas compradas en el supermercado.
‘A menudo tengo la sensación de no estar aquí, de ser solo un producto de mi imaginación. Hay días en que siento una conexión tan frágil con la tierra que veo los hilos que me atan al planeta como una telaraña con consistencia de algodón de azúcar’.
Eleanor vive obsesionada por la opinión de su madre, a quien nunca ve pero de quien recibe una llamada cada miércoles por la noche. Se trata de una mujer cruel que siempre la machaca y que, según se va descubriendo a medida que avanza la novela, cometió un crimen que traumatizó a su hija hasta el punto de convertirla en el ser solitario que es hoy.
‘Te crees muy lista, ¿no?, con tu trabajo y tus nuevos amigos. Pero no lo eres, Eleanor. Eres de esas personas que decepcionan a los demás, que no son de fiar, que fracasan en la vida. Sí, sí, yo sé muy bien cómo eres. Y sé cómo acabarás’.
Pero las desgracias no terminan aquí. Desde los diez años, Eleanor Oliphant ha estado bloqueada y siempre se ha enfrentado al mundo con el convencimiento de que ella no valía nada, de que era una mujer detestable, de que merecía todo lo malo que le pudiera ocurrir. Por eso, mientras estaba en la universidad, se ennovió con un maltratador (Declan) que la enviaba al hospital cada dos por tres y que la trataba como un objeto llamado a satisfacer sus apetitos sexuales.
‘Por supuesto, Declan y yo manteníamos relaciones sexuales con cierta regularidad, cada vez que él quería, pero en realidad nunca me tocó, tocarme de verdad. Me obligaba a tocarlo a él, me decía cómo, cuándo y dónde, y yo obedecía, no tenía alternativa. Pero recordé que en esos momentos me sentía otra persona, como si no fueran ni mi mano ni mi cuerpo. Tan solo tenía que esperar a que acabara todo’.
Elanor Oliphant soportó las palizas de aquel hombre porque está convencida de que su vida no tiene ningún valor. Y esto le ha llevado a aceptar que merece tener una existencia solitaria, que merece los insultos de su madre y que merece, en definitiva, todo lo malo que pueda ocurrirle. Vive alejada de la realidad, no intercambia pensamientos con nadie, se ha inventado un mundo tan personal que incluso será capaz de convencerse a sí misma de que se casará con un cantante que ni siquiera sabe de su existencia.
‘En el corazón tengo cicatrices igual de gruesas y feas que las de la cara. Sé que están ahí. Pero espero que quede algo de tejido sano, un pequeño retal por el que pueda entrar el amor y colarse dentro. Ojalá’.
Por suerte, la vida también será generosa con Eleanor Oliphant y, casi de un modo casual, le traerá a una persona (Raymond) que se preocupará por ella. Cuando este informático le brinde su amistad, y sobre todo cuando le muestre a otras personas que también están interesadas en su bienestar, la protagonista de esta novela no podrá más que echarse a llorar. Porque, en el fondo, y como todos nosotros, ansía gente que le quiera.
‘¡Mi primer colega! Vale, era un técnico de averías poco presentable pero… ¡colegas! Desde luego, me había costado mucho, mucho tiempo conseguir uno; era bien consciente de que la gente de mi edad suele tener por lo menos uno o dos amigos. No había intentado rehuirlos pero tampoco los había buscado; siempre me había resultado difícil conocer gente afín’.
-LA AUTORA:
Gail Honeyman se graduó en las universidades de Glasgow y Oxford. Vive en Glasgow (Escocia). Escribió su primera novela, Eleanor Oliphant está perfectamente, mientras tenía otro trabajo y fue seleccionada para el Lucy Cavendish Prize en la categoría de ‘work in progress’. Además, mereció el Scottish Trust’s Next Chapter Award 2014, fue incluida en las listas de la BBC Radio 4 Lines y preseleccionada para el Bridport Prize.
Eleanor Oliphant es su novela debut, que ha sorprendido a media Europa y ha sido vendida a 27 idiomas. Actualmente trabaja en su segunda novela, que también publicará Roca Editorial.
-Teorías sobre el amor: ‘Sin embargo, había algo más que me inquietaba. Todos los estudios demuestran que las personas tienden a buscar compañeros que sean, a grandes rasgos, igual de atractivos que ellas; Dios los cría y ellos se juntan, como dice el refrán’.
-Los guapos: ‘Compadezco a la gente guapa. Desde el momento en que poseen belleza, se les escapa de las manos, es efímera. Debe de ser difícil tener que demostrar continuamente que eres algo más, querer que los demás vean bajo la superficie, que te quieran por ti mismo, y no por tu cuerpo imponente, tus ojos brillantes o tu melena espesa y lustrosa’.
-La maternidad: ‘Incluso en mi más tierna infancia comprendí que la reproducción asistida era la antítesis de la maternidad despreocupada, espontánea y sin planificar, que no existía decisión más deliberada, tomada por mujeres que se entregaban seriamente y se dedicaban en cuerpo y alma a la búsqueda de ser madres’.
-Soledad: ‘Una pregunta filosófica: si se cae un árbol en medio del bosque y no hay nadie cerca para oírlo, ¿cómo suena? Y si una mujer totalmente sola le habla en ocasiones a una planta en una maceta, ¿está para que la encierren? Estoy convencida de que hablar con una misma de vez en cuando es de lo más normal’.
-El infierno de la música pop: ‘Evidentemente, el Infierno no existe pero, de lo contrario, la música de fondo para los chillidos, los zarpazos de las horquetas y los gemidos infernales de las almas condenadas sería una selección en bucle de éxitos de los grandes musicales de todos los tiempos. En el abismo infernal se representarían ininterrumpidamente las obras completas de Lloyd Webber y Rice, con un público de pecadores al que obligarían a verlas —y escucharlas— durante el resto de la eternidad. Los peores, los violadores de niños y los dictadores genocidas, tendrían que representarlas’.
-La soledad de Jane Eyre: ‘Jane Eyre, una criatura extraña, a la que cuesta querer. Una hija única y solitaria. Desde muy joven se ve obligada a sobrellevar mucho dolor: las secuelas de la muerte, la falta de amor’.
-Sobre ‘Sentido y sensibilidad’: ‘Me encanta la historia de Elinor y Marianne, cómo se va desplegando tan primorosamente. Al final todo acaba bien, algo harto irrealista, pero he de admitir que satisfactorio en lo narrativo, y puedo entender por qué Austen se adhirió a la convención literaria’.
-El alcoholismo: ‘Supuse que la idea era proteger a los alcohólicos de sí mismos durante al menos unas horas al día; aunque, desde un punto de vista racional, no tenía sentido. Si yo fuera química y psicológicamente adicta al alcohol, me aseguraría de tener siempre reservas a mano, comprando en cantidad y almacenándolas. Era una ley ilógica; porque, de verdad, ¿cuál era la diferencia entre comprar vodka a las nueve y diez de la mañana y comprarlo a las diez y diez?’.
-Le falta el amor: ‘Ya había cumplido los treinta años, y nunca había andado por la calle cogida de la mano de alguien. Tampoco nadie me había masajeado los hombros cargados ni acariciado la cara. Me imaginé a un hombre rodeándome con sus brazos y abrazándome con fuerza cuando estaba triste, cansada o enfadada, su calidez, su peso…’.
-El éxito social: ‘Pero, gracias a la observación cuidadosa desde los márgenes, había deducido que muchas veces el éxito social se basa en fingir un mínimo. En ocasiones la gente popular se ve obligada a reírse por cuestiones que no le parecen muy graciosas o a hacer cosas que no les gustan especialmente, con gente cuya compañía no disfrutan mucho’.
-La soledad: ‘Hoy en día la soledad es el nuevo cáncer: algo vergonzoso, bochornoso, que tú misma te infringes si bien de un modo poco claro. Algo temible e incurable, tan espantoso que no te atreves a mencionar; la gente no quiere oír la palabra en voz alta, por miedo a verse también infectada, o a tentar a la suerte y que caiga sobre ellos un horror similar’.
-Los familiares de los asesinos: ‘Cuando leemos sobre «monstruos», nombres muy conocidos… nos olvidamos de que tenían familias. No salen de la nada. Nunca se piensa en la gente que dejan ago para lidiar con las secuelas de sus actos’.
LA CRÍTICA HA DICHO…
-«Los lectores brindarán por Eleanor mientras se enfrenta a su oscuro pasado y se encamina hacia su luminoso futuro.» Booklist
-«El maravilloso debut de Honeyman es un thriller medio cómico medio emocional, con su porción de historia de amor. Hilarante, implacable e irresistible.» Kirkus Reviews.
-«Un debut cautivador. Una extraordinaria historia que hará reír a los lectores y que alentará a Eleanor a asumir que el pasado no dicta el futuro y que la felicidad también puede estar a su alcance. Una lectura obligada para todos aquellos que aman a los personajes estrafalarios.» BookPage
-«Como una Jane Eyre moderna, Eleanor Oliphant es una mujer marcada por la soledad y por la sombra de una niñez angustiosa que ni siquiera quiere recordar (…). Me ha encantado esta novela.» Paula McClain, autora de The Paris Wife y Circling the Sun
-«Eleanor Oliphant es toda una revelación.» Jonathan Evison, autor de This Is Your Life, Harriet Chance
-«Eleanor Oliphant engaña al lector con su encanto personal y su voz inescrutable. Una narración compulsiva y adictiva que se mueve hacia la compasión y la luz.» Mona Awad, autorade 13 Ways of Looking at a Fat Girl
-«Desgarradora y hermosa.» Nina Stibbe, autora de Paradise Lodge
-«Eleanor Oliphant es un artefacto literario realmente original: divertido, conmovedor e impredecible. La travesía que recorre para salir de las sombras más oscuras está magistralmente urdida y atrapa hasta el final.» Jojo Moyes, autora de Yo antes de ti, nº 1 de la lista de los más vendidos en The New York Times
-«Me encanta esta novela. Honeyman sabe arrastrarte con mucho tacto hasta el mundo de Eleanor, divertido, osado y, en ocasiones, totalmente desolador. Una historia sobre lo peor y lo mejor de lo que somos capaces los humanos que, sin saber cómo, te hace reír en voz alta a la vez que te va provocando una sensación acechante de miedo, para luego noquearte con el espectacular giro en la trama. Un debut impresionante como pocos.» Eleanor Wasserberg
-«Me ha encantado. La historia es fantástica y los personajes perfectos, pero lo más asombroso es la bondad tan arrebatadora con la que está escrita. Me cuesta pensar en un personaje que me haya calado más hondo que el de Eleanor Oliphant. Además, está escrita con tanta maestría y tanta perspicacia que consigue que el mundo de Eleanor te resulte familiar desde la primera página. Un debut arrollador y un serio candidato a mi libro del año. ¡Todo lo bueno que diga de esta novela se queda corto!» Jo Cannon
«La Eleanor Oliphant de Gail Honeyman, una Jane Eyre contemporánea, es una mujer marcada por una tremenda soledad y por la sombra de una infancia desgarradora que ni siquiera soporta recordar. Poco a poco, haciendo gala de una valentía extraordinaria, Eleanor empieza a apartar las capas del entumecimiento con el que se protege y a dejar que los demás se le acerquen, alargando la mano para coger la vida que creía no merecer. Hábil, compasivo y profundamente conmovedor, el debut de Honeyman hace que estés deseándole lo mejor a Eleanor a cada página que pasas. Me ha encantado esta historia.» Paula McClain, autora de Mrs. Hemingway en París, entre los más vendidos en The New York Times
-«A las pocas páginas, esta historia, de una belleza y una tristeza insólitas, me tenía prendada y para cuando terminé estaba perdidamente enamorada. Espero que todos los lectores se cuelguen por Eleanor Oliphant como me colgué yo.» Revista Stylist
-«No puedo dejar de pensar en Eleanor… Su historia nos habla de resiliencia y fortaleza, pese a una vida llena de tragedia y duelo. Eleanor le da voz a todas esas personas invisibles que sufren solas. Pero su humor, su gracia y su dignidad nos aseguran que, en el fondo, Eleanor está perfectamente, y nosotros también lo estaremos.» Susan Hans O’Connor, propietaria de la librería Penguin
-«Eleanor Oliphant vive una vida muy estructurada. Tiene una mentalidad anticuada a pesar de ser joven. La gente la irrita. Hasta que el destino interviene encarnado en Raymond, un compañero de trabajo, el informático greñudo de la oficina. Juntos conforman una extraña pareja a través de diversas circunstancias y será Raymond quien consiga horadar el caparazón de Eleanor. Es divertida, mordaz, y las páginas pasan volando. ¡Tú puedes, Eleanor!» Valerie Koehler, propietaria de la librería Blue Willow