Mr. Mercedes de Stephen King

Mr Mercedes (ed. Plaza & Janés, 2014) es la última novela de Stephen King, un giro en la carrera del maestro del terror quien, después de sorprendernos en 22/11/63 con una historia amor y redención en la que se mezclaban géneros como la ciencia ficción, la novela histórica, la costumbrista y el thriller, se adentra ahora en el género de la novela negra con una historia tensa, dura, angustiosa, una compleja cacería que muestra la eterna lucha entre el bien y el mal, recurrente en las obras del autor, pero esta vez sumergiéndose en lo más oscuro y tenebroso de la naturaleza humana.

En este frenético duelo tenemos en primer lugar a Bill Hodges, inspector de policía jubilado hace seis meses que arrastra los fantasmas de su pasado familiar y profesional mientras intenta sobrevivir al vacío producido por la nueva etapa que se abre en su vida. Tanteando la idea del suicidio mientras le da vueltas a casos y errores antiguos, recibe una carta que despertará nuevamente su interés por vivir, por lo menos de momento. El remitente se confiesa el autor de un atentado comteido un año antes en el que fallecieron ocho personas y a cuyo responsable Bill no pudo atrapar, en un caso que aún hoy le seguía atormentando.

La provocadora carta supone un empujón para Bill que tardará poco en calentar la máquina de investigador y las capacidades que le habían llevado a ser uno de los policías más condecorados de su ciudad, alabado por sus compañeros por su capacidad para resolver crímenes. Comienza así una investigación para analizar el perfil psicológico del asesino y descubrir su identidad, mientras comienza a repasar paso a paso la investigación del trágico caso que todavía le obsesiona. Se da así nuevamente inicio a la caza del “Asesino del Mercedes”.

Un año antes, en plena crisis económica, encontramos una estampa tristemente reconocible, una larga cola de desempleados esperando a las puertas de la Oficina de Empleo, después de una fría noche de espera para conseguir uno de los mil puestos de trabajo ofertados. Sus esperanzas se ven truncadas por la llegada de un Mercedes que arremete contra ellos en dos ocasiones, dándose a la fuga dejando ocho muertos y quince heridos, a los que posteriormente se añadirá también un suicidio.

El “Asesino del Mercedes” sigue libre y Bill tiene la oportunidad de descubrir su identidad y atraparlo. Pero el lector tendrá una ventaja sobre Bill y es que sí que conocerá quién es el asesino desde el principio. Brady Hartsfield, de 28 años, que trabaja como informático y heladero y arrastra también un oscuro pasado que iremos conociendo. Vive con su madre alcohólica con la que mantiene una tortuosa relación e intenta llevar una vida de ciudadano modelo, mostrándose a buenas con todo el mundo. En su carta afirma que no piensa volver a repetir algo semejante, pero sus intenciones son muy diferentes, y es que considera que tiene una cuenta pendiente con Hodges que quiere saldar.

Y esta es la base argumental de una novela que se sumerge en las entrañas de una mente perversa, enferma, un manipulador de sentimientos. Aunque todo gira en torno al incidente inicial con un coche, que nadie espere una novela de terror al estilo de Christine, con un automóvil poseído. Aquí estamos ante una novela policíaca, lo cual no quiere decir que el horror y el miedo no estén presentes en una trama con una atmósfera asfixiante, que nos acerca de forma magistral a un duelo entre el bien y el mal en el que las fronteras entre ambos aparecen cada vez más difuminadas. Un juego entre el gato y el ratón cada vez más siniestro y con peligrosas implicaciones para las personas que rodean a los protagonistas. Otra gran novela de un autor que hace ya tiempo que ha dado un salto de calidad y de variedad para llegar a todo tipo de lectores.

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