Nieves Concostrina nos acerca a la época de posguerra huyendo de posicionamientos políticos, dando protagonismo a las personas, a la gente de la calle, que sobrevivieron en medio de la desgracia y la miseria. Y lo hace tomando como referencia la figura de Antonia, una mujer cuya historia quedó grabada en la mente y el corazón de la autora cuando la escuchó diez años ago. Para darle vida de forma narrativa ha contado con los recuerdos de la protagonista pero también con una labor de documentación para contrastarlos y contextualizarlos en la época.
El resultado, una lectura deliciosa, que nos hace mirar al pasado para no olvidar de dónde venimos, quiénes son los verdaderos héroes que construyeron nuestro presente, alejados de las portadas y los libros de historia. Crisis, hambre, analfabetismo, miseria, dolor, son muchos los obstáculos que la protagonista tuvo que superar hasta que llegó la estabilidad y el bienestar. Y la autora lo relata sin perder la espontaneidad, el humor y la frescura que encontramos en sus obras anteriores.
La narración se remonta al nacimiento de la protagonista, donde destaca la figura de su madre, una verdulera del Madrid castizo, superviviente, luchadora, fajándose con la necesidad y con el vivales de su irresponsable y maltratador marido. La autora nos dibuja un detallado retrato de la época, de los personajes que recorrían las calles de la España de antes, durante y después de la Guerra Civil. Nos acerca a la vida cotidiana del pueblo, las relaciones sociales y familiares, el peso de la religión, las penurias que enfrentaban, las preocupaciones cotidianas, las costumbres, la picaresca y el ingenio para salir adelante en medio de la adversidad.
Hay mucho dolor, sufrimiento y tristeza, pero sobre todo hay esperanza y fe para sobreponerse a los contratiempos. De esta forma, el libro se convierte en un homenaje a las mujeres que se enfrentaron a la desgracia y a la adversidad, endurecidas en la lucha, y preparadas para volver a soportar de nuevo el peso de la crisis y la necesidad que vivimos en la actualidad, convertidas en baluartes de la sociedad, sosteniendo un tejido que entre inútiles y corruptos no se cansan de deshilachar.
Me encanto lo que leí, espero que este libro llegue a Chile, si lo encuentro lo compraré en seguida o al tiro, felicito a la escritora ya que los sucesos que son tristes ella le da un toque divertido lo que hace grato leer las experiencias ingratas de la vida, y la hace ver, desde otro punto de vista, dándonos optimismo para enfrentarla. Gracias por permitirme leer esta primera parte, quedé enganchada, saludos.