- Recuperamos la obra culmen de la ciencia ficción soviética que ha marcado a generaciones.
- Un clásico a caballo entre la crítica social y la reflexión filosófica al que no le faltan grandes dosis de humor.
Tras una serie de breves e inexplicables visitas a la Tierra, los alienígenas prosiguen su viaje sin mostrar el más mínimo interés por la humanidad: no se comunican, no invaden, no destruyen. Los extraterrestres simplemente pasan un rato y se marchan sin más, como excursionistas descuidados, dejando tras de sí un rastro de objetos incomprensibles y peligrosos. Los lugares donde aterrizan se convierten en epicentros de fenómenos extraños, sellados por gobiernos y codiciados por científicos, militares y contrabandistas.
Redrick Schuhart, técnico de laboratorio en el Instituto Internacional de Culturas Extraterrestres de Harmond, se adentra en la Zona fuera del horario oficial. Es un stalker: alguien que arriesga su vida para apoderarse de artefactos alienígenas con los que después comercia en el lucrativo mercado negro. Pero cada expedición transforma algo en su mente, en su destino. A medida que la Zona revela sus secretos, Redrick se obsesiona con encontrar la Bola Dorada, un objeto mítico que –según dicen– es capaz de conceder aquello que una persona desea sin siquiera saberlo.
Pícnic extraterrestre es mucho más que una novela de ciencia ficción: es una parábola existencial, una crítica velada al totalitarismo y una exploración profunda sobre el conocimiento, la ambición y los límites de lo humano.
«Vivaz, atrevida y disfrutable… Imaginativa en sus acontecimientos, rica en detalles y sofisticada desde el punto de vista ético e intelectual».
Ursula K. Le Guin
«Una obra maestra inquietante de la ciencia ficción filosófica, cargada de ambigüedad moral y existencial. Como si Kafka y Tarkovski se hubieran unido para escribir sobre alienígenas».
The Guardian