
Germinello Alvi es un economista italiano con alma de poeta. Colaborador de los principales medios de su país, como son Léspresso, Il Giornale, Corriere della Sera y La Reppublica.
Autor de varios ensayos, esta vez llega acompañado de cuarenta y dos personajes históricos que pasaron a la Historia no por ser excéntricos, pero que gracias a ello trascendieron. Germinello realiza un breve repaso por sus biografías, destacando qué les hizo famosos, pero centrándose en esa excentricidad que los hizo únicos.
Al inicio me he referido al alma poética de este autor porque no estamos ante una obra biográfica convencional, como erróneamente podríamos creer en un principio. Tal vez nuestro autor también tenga ese punto de excentricidad, y es gracias a ella que se ha materializado este librito que parce pequeño a simple vista, pero que esconde, no solo muchas vidas, sino mucho más.
No se trata de biografías breves al uso, sino de un corto viaje para contemplar las vidas de estos excéntricos en un acto de excentricidad. Unas ocupan hoja y media, otras más del doble; unas pragmáticas, otras con un estilo de prosa poética sobre un onírico matiz.
El autor es un ensayista con aires de escritor romántico. A medida que avanzas la lectura, vas siendo consciente de que se dedica al ensayo porque quiere, por que su pluma perfectamente se habría adaptado al género que le hubiese dado la gana, porque de su puño, hasta el ensayo suena romántico.
Desde personajes tan conocidos como James Stewart, Cary Grant, Greta Garbo, Oliver Hardy… hasta algunos no tan conocidos por la mayoría. Todos tienen cabida en esta obra junto a las excentricidades entrelazadas a sus destino.
Usando un estilo diferente en cada una de ellas, Alvi hace alarde del dominio del arte de narrar, jugando en cada biografía con el estilo que mejor conjuga con los actos que los marcaron.
Sirva de ejemplo la vida del joven recluta Geroge G. Ritchie, el cual, según él, experimentó un viaje astral tras experimentar su propia muerte. Viaje a través del que fue consciente de nuestra limitación impuesta, revelándole que nuestras almas trascienden a lo material, pues murió para luego regresar a su cuerpo. Con los años se convirtió en un reputado psiquiatra que nunca ocultó su fascinante experiencia, el cual plasmó en un libro. Aquí la narración se sustenta sobre ese viaje astral, donde el autor hace que acompañemos el alma del sujeto a través de éter.
O como la vida de Carlo Collodi, que la narra como si de un cuento de hadas se tratase: un soldado asqueado del mundo adulto que terminó creando el maravilloso cuento de un niño de madera que se hace real; la narración en primera persona de Pancho Villa, cuya vida nos la hace llegar con una prosa preciosista, dando mayor énfasis a una vida repleta de aventuras y vicisitudes.
Unas vidas contadas al uso, desde el nacimiento o la niñez, otras desde el acto que la hizo inmortal, como a la gran Garbo durante el rodaje de Ninotchka, o James Stewart, cuyo contexto es su actuación a través de la propia vida de George Bailey, personaje que encarno en la sempiterna ¡Qué bello es vivir!
Cada vida que nos cuenta, no solo nos sorprenderá por lo transcurrido en ellas, también por la manera en la que el autor nos la traslada, no dejándonos indiferente en ninguna, ya sea por su estilo, sea por su curiosa narrativa. Un libro que encantará no solo a aquellos lectores a los que gusten las biografías, también a aquellos que amen la buena literatura. Pero sobre todo, para aquellos que admiran vidas fascinantes que trascendieron su época.