
Maeva Noir sigue deleitándonos con esta saga protagonizada por Maisie Dobbs, la encantadora e inteligente psicóloga e investigadora, capaz de ayudar a esclarecer misterios al mismísimo Scotland Yards.
Entre los olvidados es la sexta entrega de la serie creada por Jacqueline Winspear. Británica afincada en Estados Unidos. Quedó impresionada por los recuerdos de la Primera Guerra Mundial que marcaron a su abuelo, lo que la llevó a crear al personaje de Maisie Dobbs, enfermera destinada en Francia durante la contienda, y que una vez acabada esta, se convirtió en investigadora privada gracias a su mentor Maurice Blanch. Sus casos están relacionados con las secuelas que la guerra dejó no solo en los soldados que participaron en ella, sino en la misma sociedad.
La fuerza de esta saga es precisamente el nexo común de los casos que Maisie debe resolver, las secuelas de la Primera Gran Guerra. Un conflicto que marcaba un antes y un después en la relación de civiles con los grandes conflictos bélicos.
Situada en el periodo de entreguerras, la autora trata de manera inteligente las distintas secuelas que sufrieron tanto población como tropas, tratadas de forma individual en cada entrega. Esta vez no son las físicas, le llega el turno a las heridas que no se visualizan.
Hoy día, afortunadamente, se habla cada vez más de la salud mental y de su importancia, huyendo de tópicos y de la estigmatización. Pero no siempre fue así, en realidad hasta hace relativamente poco se trataba de forma despectiva o simplista, tachadas de locura.
Al acabar la Primera Guerra Mundial, se empezó a conocer lo que eran los trastornos mentales que padecían quienes lucharon en ella. Aquí Maisie debe hacer frente a las amenazas anónimas contra la población que lanza quien se sospecha es un excombatiente, que reclama pensiones y cuidados para todos aquellos hombres que sufrieron secuelas, pero que el Gobierno no cree tener que proteger, pues ellos mismos pueden ganarse la vida por sus propios medios al no tener heridas a simple vista.
Dado el alto riesgo de quien parece ser una mente brillante, capaz de elaborar gases mortales utilizados con antelación en el campo de batalla, Scotland Yard pide ayuda a la investigadora, para tratar de localizar a tan peligroso individuo antes de que cumpla sus amenazas.
De manera sutil, Winspear no deposita solo en los soldados el riego de sufrir trastornos mentales, personificando en la esposa de su ayudante Billy la depresión; o de la millonaria Pricilla Evernden, la mejor amiga de nuestra protagonista, que también acusa accesos de nostalgia a pesar de tenerlo todo a ojos de los demás, señalando que nadie está a salvo de padecer estas enfermedades, independientemente de su clase o status social. A través de estos personajes nos muestra el tipo de tratamientos que empleaban en las instituciones denominadas como manicomios, la mayoría de ellos crueles, debido al desconocimiento del campo de la psiquiatría por entonces.
Esta vez la escritora elimina el hilo romántico, demostrando que una mujer siempre ha podido ser independiente y segura de sí misma pudiendo prescindir del romanticismo. Aquí se centra más en la necesidad de la amistad.
Para los que ya estamos enamorados de la sagaz investigadora, la llegada de una entrega más siempre es una buena noticia. El estilo de Jacqueline Winspear sigue siendo adictivo, con tramas ágiles que dejan al lector enganchado hasta su final. La ambientación, tanto por vehículos, viviendas, vestuario, etc, sigue demostrando la gran labor de investigación por parte de la autora, y el abanico de personajes, cada vez más amplio, da más vitalidad a la saga.
Esta novela fue publicada por primera vez en 2009, llegando ahora a nuestro país, y estamos de enhorabuena, porque siendo la sexta entrega, esta escritora aún la mantiene viva, habiendo publicado un libro casi por año, llegando en 2024 al número 18 de la saga, así que gracias a Maeva Noir, tendremos a Maisie Dobbs para rato.