EL PUMA de de ALBERTO VAL. Un asesino que deja su firma. Una inspectora decidida a llegar hasta el final. Si creías haberlo visto todo… es porque aún no te habías cruzado con El Puma.

«Hace cuatro años, en verano de 2021, ideé el primer esbozo de la novela que ahora tienes entre manos. Mucho me ha cambiado la vida desde aquel entonces, tanto literariamente – ni siquiera tenía editorial ni agencia- como personal -en este periodo han nacido mis dos hijos, Pablo (de 3 años) y Carla (que acaba de cumplir uno)-.Puede parecer un poco banal esta información, pero os aseguro que gracias a Editabundo y Destino, El Puma luce de esta forma, y que, sin mis hijos, estas historias hubieran sido de otra manera.Lo que no ha cambiado es lo que me mueve a escribir: entretener. Me divierto haciéndolo y eso es lo que espero conseguir contigo, que pases un buen rato leyéndome. Y cuando comento esto siempre me viene a la mente el primer consejo que recibí como periodista. Tuve fortuna y entré en Cope Cuenca, donde iba a hacer el programa de deportes. Estaba sobrepasado en el plató, con el micrófono en la boca y con mi compañera enseñándome cómo manejar la mesa. Pero ella me serenó con una sola frase: “si tú disfrutas haciendo el programa, quien te escuche al otro lado también lo hará”.

Por eso estoy tranquilo, porque disfruto escribiendo y estoy convencido de que, de una u otra manera, eso se traslada en la experiencia lectora.

Gracias por tu confianza.

Espero que disfrutes de El Puma

Alberto Val, uno de los nuevos nombres del thriller españolentró a formar parte de la escudería más negra de Ediciones Destino con la publicación de La Perra en 2023. Ahora el autor llega a las librerías con una nueva dosis de adrenalina y misterio con la segunda parte de esta saga criminal protagonizada por Guiomar Aguilera y situada en la isla de Tenerife, un paisaje isleño idílico que se convierte en el lugar perfecto para dar rienda suelta a las pasiones más oscuras del ser humano.
LOS LECTORES DE LA PERRA
HAN DICHO:


«El autor sabe muy bien cómo lograr engancharnos a la lectura de principio a fin.»

«Muy coherente y entretenida… ¡Me ha tenido pegado hasta terminarla!»

«Narrativamente impecable, dejando los descansos necesarios al lector para poder asimilar los capítulos de acción, que se desatan en un final lleno de fuerza.»

En esta segunda novela, la inspectora recibe un encargo muy especial: investigar el asesinato no resuelto de Rafael Barrientos, a quien encontraron muerto en la piscina de su domicilio hace año y medio. ¿El problema? Aunque el crimen se cometió en una localidad dentro de la jurisdicción de su comisaría, pertenece a la Guardia Civil y lleva meses estancado bajo sus manos. Aguilera se verá obligada a colaborar con el teniente coronel José Carlos Cornejo, quien guarda una vinculación particular con el caso.

La víctima, un guardia civil prejubilado, se hizo famoso por participar en la Gala Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria, dándose a conocer como el Drag Benemérito. Una participación que causó gran revuelo entre los compañeros del cuerpo de policía y que le hizo ganar algunos enemigos.

Un año atrás, la investigación se centró en su pareja, Liberto Melide. Aunque este logró demostrar que no se encontraba en el escenario del crimen cuando murió su compañero, estará en el punto de mira de la inspectora Aguilera desde el principio.

«—Creemos que lo mataron porque participó en aquel festival, pero nadie nos hace caso.

—¿Insinúan que el asesinato tiene un cariz homófobo? —cuestiona Morales.

—Lo que quieren decir mis clientes —arguye la abogada, también presente en la videoconferencia— es que tienen el pálpito de que detrás de la muerte de Rafael está su pasado artístico.

—Pero el único investigado fue Liberto Melide —responde Morales.

—Es imposible que fuera él —contesta el padre, autoritario

Aguilera y su equipo de la Brigada Judicial se pondrán manos a la obra para hallar nuevas pesquisas que ayuden a resolver el misterioso fallecimiento sin imaginar la peliaguda deriva a la que se verán sometidos.

Todas las pistas llevarán al equipo hacia el centro de conservación de animales de El Arca de Garachico, donde se recuperan, cuidan y almacenan diversas especies exóticas que han sido incautadas por maltrato o tenencia ilegal. El Arca es una de las atracciones turísticas más importantes de la isla de Tenerife, pero cuando el recinto se cierra al público, abre las puertas para que los instintos más animales salgan a relucir.

«Con Morales a su lado como copiloto, Santos siente una presencia más al fondo: el Teide. Aunque circulan cerca del mar, los acompaña el pico más alto del país. Con el cielo despejado y sin tráfico, el volcán parece más imponente que nunca. «Una tierra diferente», piensa, contemplando la cima. Cuando lo destinaron a Canarias, no imaginó que un territorio tan pequeño —apenas dos mil kilómetros cuadrados— pudiera encerrar tantos contrastes: mar por todos lados, pero sin un solo río; climas distintos entre norte y sur; playas con arenas que van desde el dorado sahariano de Las Teresitas hasta el negro volcánico de Playa Jardín. Incluso la gente parece distinta: los tinerfeños suelen ser sensibles, serviciales, charlatanes y, sobre todo, tranquilos. Muy lejos de las prisas de la península. Aunque, claro, siempre hay excepciones. Y Santos lo sabe bien

Un complicado crimen que se vuelve más siniestro y peligroso con el paso de las horas, en el que emergerán las perversiones más salvajes del ser humano y que conducirá a Guiomar Aguilera al límite de su cordura.

Un asesino que deja su firma. Una inspectora decidida a llegar hasta el final. Si creías haberlo visto todo… es porque aún no te habías cruzado con El Puma.

«Tras el mordisco, el hombre lo retira.

—Buen trabajo —dice mientras acerca la navaja al cuello del animal—, aunque el único depredador que hay aquí soy yo.

Sierra con violencia la cabeza del murciélago y tira el cuerpo inerte al suelo. Coge otra vez la maza y se coloca junto a la cabeza del joven. Este intenta hablar, calmarlo, pero solo emite carraspeos.

—¡Para… ya… de… toser! —grita el hombre, golpeando con la maza su rostro con cada palabra.

Hace una pausa. Mira la maza: tiene salpicaduras de sangre.

—Cuando veas a Viracocha, dile que venga a hablar conmigo —dice antes de seguir golpeándolo.

Una vez lo deja inconsciente, ajusta la máscara, se acerca al oído del joven y le susurra:

—Nunca enfades al Puma

PERSONAJES PRINCIPALES

GUIOMAR AGUILERAInspectora de la Brigada Judicial de Puerto de la CruzSaltó a la fama tras destapar una sádica red que se dedicaba a organizar peleas a muerte y extorsionar a los asistentes, un caso que aún la persigue.Después de enfrentarse a esta investigación y de que su marido la abandonara con un hijo enfermo a su cargo, la inspectora transitó un momento personal complicado que aún acarrea. Por si fuera poco, ahora deberá hacer frente a las intromisiones de la Guardia Civil en sus investigaciones.Le cuesta aceptar cambios, más aún si vienen de otro cuerpo. Está acostumbrada a seguir su ritmo —marcado a menudo por la salud de su hijo— y sus normas —dictadas por el instinto—. A ningún cuerpo le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Y mucho menos que se metan en sus asuntos…«Aguilera ya no recuerda cuál fue el último caso que inició junto a su marido, y por eso no lo echa de menos en la sala. Lo necesita en casa, o en las consultas con el médico de su hijo Thiago, no aquí. En el trabajo, su ausencia es anecdótica.»

 RAFAEL BARRIENTOSGuardia civil prejubilado que se hizo famoso por participar en la Gala Drag Queen de Las Palmas. Conoció a su pareja, Liberto Melide, en una intervención policial en el circo en el que trabajaba este último.Fue asesinado un año atrás. Encontraron su cadáver flotando en la piscina de su casa con un folleto publicitario de una tienda de animales exóticos dentro de la boca.«El saldo del incidente fue brutal para Liberto: sus padres, encarcelados como responsables del espectáculo; el circo, clausurado; su corazón, enamorado. Porque entre los agentes del Seprona que se encargaron de investigar la muerte del activista y las condiciones de los animales en el circo, estaba él: un joven bigotudo y de facciones marcadas llamado Rafael Barrientos. Empezó como un amor clandestino, en el que ambos se dejaron llevar sin pensar en el qué dirán. Quizá por el morbo o tal vez por la osadía. Siguió como una droga, adictiva y reconfortante, quizá por la atracción física o tal vez por el cariño. Continuó como un noviazgo inesperado, cuando se atrevieron a hablar de su orientación sexual a sus allegados, quizá por valentía o tal vez por reivindicación. Y desde que lo conoció, su pareja se convirtió para Liberto en su único circo, ese por el que estaba dispuesto a recorrer toda España, siguiéndolo a cada lugar donde lo destinaran.»

 LIBERTO MELIDEHijo de una acróbata y un domador de leones, se crió en el Circo Asombroso entre espectáculos y animales, viajando por todas las provincias de la Península.  Se dejó llevar por el dinero rápido, convirtiendo El arca de Garachico del que es responsable en un negocio fraudulento basado en la taxidermia de lujo.Estará en el punto de mira de la policía por la muerte de Barrientos desde el principio. «Al día siguiente, el rinoceronte blanco había fallecido por una misteriosa reacción alérgica y el cuerno acabó en posesión del empresario británico. Y Liberto, veinte mil euros más rico, supo que había cruzado una línea y que ya no había vuelta atrás. Avergonzado, decidió no contarle nada a su marido. Pero la culpa se diluía cada vez que recordaba la cantidad ingresada en su cuenta y lo fácil que había sido obtenerla.» 

ÁLEX HIDALGOSubinspector de policía experto en narcotráfico y pareja de Guiomar Aguilera. Su aspecto altamente camaleónico lo hace perfecto para infiltrarse y mezclarse entre criminales. Desapareció meses atrás para infiltrarse en una banda y su regreso trastocó la vida de la inspectora.«Román escucha cómo Hidalgo ríe de manera irónica. El subinspector, todo un experto en operaciones contra el narcotráfico, le explica que se trata del procedimiento habitual. —Ya los narcotraficantes gallegos aprovechaban las aguas de las islas Canarias para recibir la droga procedente de Colombia —cuenta Hidalgo al agente, como si de un alumno se tratara—. Un barco sale limpio desde alguna de las islas y acude a unas coordenadas concretas, espera la llegada de otro navío y, en la oscuridad de la noche, intercambian la mercancía. En general, va escondida entre palés de pescado o similares. Cuando regresa a Canarias, nadie se preocupa en exceso de revisar la carga. Y si alguien lo intenta, basta con sobornarlo para que no busque más.»

 JOSÉ CARLOS CORNEJOTeniente coronel de la Guardia Civil con el que debe trabajar Guiomar. En su momento, no se implicó en la investigación del asesinato de su compañero Rafael por intereses personales, propiciando que el caso quedara estancado e irresuelto. «—Sé que esto no es agradable —responde Cornejo—. Su equipo recibiendo un caso que empezó en la Guardia Civil, y ahora obligados a colaborar… —Modula el tono como quien ya ha dicho esto muchas veces y sabe cómo sonar convincente—. El jefe solo quiere colgarse una medalla, sin preocuparse del cómo. Pero ese cadáver es uno de los nuestros, y yo solo quiero saber quién lo mató. Hacer justicia. Para eso estamos aquí, ¿no?» 

EL PUMA: Sádico asesino que ronda por El arca de Garachico y que oculta su rostro bajo una máscara de puma. Da de comer sus víctimas a las bestias del centro de conservación.Juega con los límites. Y nadie sabe hasta dónde puede llegar.«El olor metálico de la sangre impregna la habitación. También la ropa militar del hombre, repleta de salpicaduras irregulares como si la hubieran rociado con un espray. Se quita la máscara de puma y la deposita en la camilla, junto al cuerpo inconsciente del joven al que acaba de golpear con una maza. Aprovecha la inmovilidad del chico para examinarlo. El rostro está desfigurado por fracturas en ambos pómulos. Uno de los ojos se ha hinchado tanto que ya no se distingue, y el contorno ha tomado un tono violáceo. Respira con dificultad, tal vez por una rotura nasal. Pero no es la cara lo que más le interesa. Esas heridas son solo el reflejo de lo que puede hacer cuando le domina la rabia. Lo que realmente le importa es la rodilla. Se agacha y observa dos pequeñas incisiones circulares, rodeadas de un leve derrame. Sonríe satisfecho: el murciélago ha cumplido su misión. A diferencia de los golpes, estas marcas son obra del control.»

 SAAD MANSOUR: Joven de origen marroquí que llegó a España en patera buscando una vida mejor. Se entregó a la vida delictiva y pasó a trabajar para El Puma.«Después de trasladar varios objetos a Villa Melbar, y mientras espera que el Puma aparezca con otra orden —ojalá la última del día—, Saad se pregunta, una vez más, por qué aceptó ese trabajo. Por qué no vio venir que acabaría siendo propiedad de un hombre enmascarado. Siempre llega a la misma conclusión: estaba desesperado. Aquel Saad del pasado solo buscaba evitar la cárcel. A ese no puede reprocharle nada.» 

ISKAY SARMIENTO: Colombiano, de Orito, forma parte de un importante cartel de droga liderado por Jerónimo Figueroa. Se vio obligado a cambiar de identidad y huir hacia España.«Siguió al miembro del cártel que más se le parecía físicamente. Lo abordó al salir de casa —«necesito tu ayuda»— y lo llevó a un descampado, supuestamente para incinerar unos cadáveres. Allí descargaron bidones de gasolina y, en cuanto el joven le dio la espalda, Iskay le clavó un machete en el cuello y lo mató. Después lo desvistió, le puso su ropa, dejó a su lado una mochila con el móvil y los documentos, y quemó el cuerpo para dificultar la identificación.
Para completar el engaño, compartió la ubica” ción de Figueroa con un clan rival. Así se quitaba también a su posible perseguidor.A la mañana siguiente volaba a Tenerife. Al aterrizar, leyó con satisfacción el titular de un periódico digital: «Sanguinaria noche en Orite», anunciaba el asesinato de Jerónimo Figueroa y dos de sus hombres. Más abajo, entre noticias que analizaban el caos por venir, encontró la que buscaba: «El peligroso sicario Iskay Sarmiento, decapitado e incinerado».»