Escrito en el tiempo, de Adrián González Bravo

Vivimos tiempos extraños. Puede sonar a frase hecha, pero no por ello deja de ser menos cierta. No hay más que echar un vistazo al panorama actual para lo acertado de dicha afirmación.

El mundo de la literatura no se queda atrás. Novelas, sin importar la calidad de su contenido, que tan solo por llevar el canto pintado tienen ventas multitudinarias y se convierten en objetos de especulación; “lectores” que se saltan páginas centrándose solo en los diálogos; libros autopublicados escritos por gente que nunca ha leído, o lo que es peor, escritos por IA…

Otro hecho destacable es la cantidad de literatura de calidad eclipsada por la poco relevancia o eco social que reciben debido a la inmensa vorágine de obras que llegan cada día a las librerías. Autores que han de luchar por ser leídos que desgraciadamente no conseguirán salir del circulo formado por amigos y familiares, esto en el mejor de los casos.

Afortunadamente, en esos mares revueltos encontramos islas de tranquilidad, remansos en forma de pequeñas editoriales en las cuales todavía prima la calidad, el trato cercano con el autor y hacen posible que sus obras traspasen esos círculos cercanos. Lugares para los que aún resisten, trascienden a las modas y para los que la lectura sigue siendo un placer y no una moda.

Hilatura es una de esas rarezas. Una editorial en la que prima la calidad, es por ello por lo que es de las pocas en las que podemos encontrar obras como Escrito en el tiempo, un librito que encierra mucho más que su contenido: relatos, poemas, reflexiones que su autor recopiló durante años, para al fin decidir compartirlo con el mundo. Al menos con los que comparten la sensibilidad suficiente para sumergirse en sus páginas, y dejarse llevar por sus escritos a sitios confortables dentro de uno mismo.

Adrián González es un tipo con muchas inquietudes. Nacido en Santiago de Compostela, la historia, el cine y la literatura han sido los motores de su vida. Graduado en Historia, el cine lo llevó hasta Córdoba para luego trasladarse a Lisboa, ganándose la vida escribiendo y trabajando alrededor del séptimo arte, para acabar en Tenerife, donde ha materializado este su primer libro.

Dividido en siete partes, donde aparecen textos relacionados con cada una de ellas, en las que encontramos desde relatos breves, reflexiones, pensamientos y poemas fugaces, hasta historias más extensas. Todos con el nexo común de que surgen de lo más profundo, que nos hacen pensar, recapacitar, pero sobre todo disfrutar. Es una obra que hay que tomarla a sorbos pequeños, disfrutarla sin prisas.

Acompañando estos escritos, encontramos las fantásticas ilustraciones realizadas por el propio autor. En blanco y negro, surrealistas unas, abstractas otras, simplistas algunas, maravillosas y acertadas todas cuando se trata de remarcar lo escrito, porque a veces las palabras se quedan cortas, y al final todo el arte comparte el mismo fin: expresar.