«José María Micó logra infundir a los versos una pulcra y elegante sencillez, despojada de arcaísmos y coloquialismos». Manuel Gregorio González, Diario de Sevilla |
Con Jerusalén liberada, Torquato Tasso se propuso escribir un poema épico a la altura de la Ilíada y la Eneida, pero no inspirado en la mitología, sino en un hecho histórico: la conquista cristiana de Jerusalén durante la Primera Cruzada. El sitio de la ciudad ofrecía el marco para la restauración de la epopeya clásica, pero la imaginación poética le infundió su pathos, porque Tasso jamás renunció a la voluntad de asombrar al lector ni a la convicción de que el verso era el medio para lograrlo. Mezclando verdad y ficción, armas y amores, fábula y tragedia, creó una epopeya moral sublime, reflexiva y melancólica, y no sólo cantó la gloria de los vencedores, sino que puso la poesía al servicio de los vencidos. Publicada en 1581, la obra no tardó en convertirse en una de las más leídas y apreciadas de Europa, e inspiró a generaciones de pintores, músicos y escritores: de Tintoretto a Delacroix, de Monteverdi y Händel a Dvorák, y de Milton y Rousseau a Goethe y Byron, todos sucumbieron a los encantos de esta extraordinaria gesta que los melódicos versos de José María Micó logran verter al español con precisión y desenvoltura. |
Torquato Tasso (Sorrento, 1544 – Roma, 1595), poeta y dramaturgo, se cuenta entre los mayores autores del Renacimiento tardío. Tras estudiar Leyes en Padua y Bolonia, en 1565 se estableció en Ferrara, donde sirvió en la corte de los Este y se consagró a la escritura. Entre sus obras se cuentan el drama pastoral Aminta, sus Rimas y Jerusalén liberada, considerada de manera unánime su obra maestra, con la que contribuyó a la renovación del poema épico y caballeresco. Murió en Roma poco antes de su coronación poética. |