Sylvester Stallone, héroe de la clase obrera, de David Da Silva

Las películas de Sylvester Stallone te podrán gustar más o te podrán gustar menos, pero tienes que admitir que, tanto su trabajo como él mismo, son un icono dentro de la cultura popular.

Como hombre hecho a sí mismo, ha llevado su filosofía y modo de ser a la mayoría de los personajes que ha interpretado, a pesar de que no siempre ha sido entendido por parte de crítica y público.

Sus personajes más emblemáticos, el boxeador Rocky Balboa, y el excombatiente de la guerra de Vietnan, John Rambo, han sido los máximos exponentes sobre esta cuestión. Mientras que en sus primeras apariciones, Rocky (1976), de John G. Avildsen y Acorralado (1982), de Ted Kotcheff, fueron personajes muy queridos y admirados por las clases sociales trabajadoras, sus sucesivas entregas estuvieron más politizadas y relacionadas con ideas más derechistas, al igual que la mayoría de personajes a los que encarnaría en siguientes producciones como Cobra, el brazo fuerte de la ley (1986), de Geroge Pan Cosmatos o Yo, el halcón (1987) de Menahem Golan.

David Da Silva, doctor en estudios cinematográficos, historiador y productor de cine de acción, ha publicado varios libros en los que analiza la obra de diversos artistas y géneros, siendo el ensayo que nos ocupa hoy el primero que publicó. Posteriormente lo ha ido actualizando de forma casi paralela a la filmografía del actor, director y guionista, es por ello que la edición que nos presenta la editorial Malpaso, está actualizada hasta el último trabajo que ha realizado el actor en el presente.

Curioso que un principio, Da Silva, lo que pretendía era realizar su tesis para un máster en el Institut Français de Presse de París. Su profesor lo incitó a que lo convirtiera en libro por las posibilidades que vio a dicho estudio, puesto que no existía ninguna obra de referencia sobre Stallone. Afortunadamente le hizo caso, haciendo disfrutar el resto de este magnifico análisis de uno de los cineastas más controvertidos de los últimos cincuenta años.

El libro comienza con un entrañable y nostálgico prólogo por parte del director de cine Régis Dubois, en el que muchos nos vemos reflejados en esa descripción de lo que significan las películas de Stallone desde nuestra niñez. De cuando íbamos con ilusión al videoclub de la esquina a alquilar una de sus películas un viernes por la tarde, la cual veíamos hasta la extenuación durante todo el fin de semana.

Con una carrera repleta de altibajos, que está igual de colmada tanto de éxitos como de fracasos, su obra esconde mucho más de lo que vemos a simple vista. La mayoría no ve más que entretenimiento.

David nos muestra los paralelismos que surgen entre personajes tan dispares como los que interpreta en Rambo: Acorralado parte II (1985), de George Pan Cosmatos o Copland (1997), de James Mangold. Papeles de perdedores que tratan de redimirse. Tal vez esta ha sido la fórmula que mejor le ha resultado a lo largo de su carrera, ya que cuando sus personajes se alejan de este perfil, normalmente ha sufrido un batacazo en la taquilla. Y es que ese es su propio perfil. Un chico que soñaba con ser actor y que para ello debía recorrer un camino difícil, aceptando papeles insignificantes, e incluso en alguna producción erótica.

Por su aspecto físico tampoco lo ha tenido fácil debido a los prejuicios, dando la imagen de cabeza hueca. Un musculitos que para colmo tenía un defecto facial que le impedía vocalizar correctamente, pero el autor de este libro nos demuestra que Sylvestre no es lo que aparenta, y que puede ser un intelectual que desde el principio de su carrera escribía guiones e incluso dirigía.

En este exhaustivo trabajo sobre la obra de Stallone, nos señala no solo qué pretendía con cada una de sus películas, sino lo que significa para la sociedad la obra de Sly. Desde el análisis social donde demuestra su apoyo al proletariado a través de sus personajes, a las malas interpretaciones y oportunistas tomas de su obra por parte de políticos que la veían y utilizaban para sus propios beneficios partidistas.

Da Silva divide el libro en capítulos en los que repasa esas obras proletarias, las usadas por políticamente por Reagan e incluso la Guerra Fría. A la vez, estos se dividen en subcapítulos en los que analiza de forma metódica cada una de estas cuestiones. Siempre de forma amena, consiguiendo que leamos este ensayo con fluidez y curiosidad por la cantidad de datos y anécdotas que esconde tan interesante autor. Se trata de un libro de apenas doscientas páginas, que leeremos casi sin darnos cuenta.

Todo ello bien diferenciado de lo que es obra del autor y lo que son declaraciones sobre Stallone o extractos de entrevistas y testimonios del propio actor, diferenciando la fuente y con sus breves notas a pie de página en las que especifica el origen de las mismas, como debe ser en todo ensayo. Pero ya digo, de forma muy abreviada, y en las que más se expande merecen ser leídas por su valor anecdótico. Muchas de ellas serán muy apreciadas por los aficionados, que presumo serán todos los que adquieran este libro, sería absurdo meterse en esta obra si detestas al actor.

Un libro que hará las delicias de todo aquel que admire o haya admirado a Sylvester Stallone, el cual podría haber hecho más segura su carrera si se hubiese limitado, como la mayoría de las estrellas coetáneas del cine de acción, a lo seguro, pero Sly quiso utilizar el cine, no solo como entretenimiento, sino también como vehículo para mostrar su modo de entender el mundo.