Hablar del éxito de la novela negra nórdica resulta ya redundante. De sobras es conocido su éxito entre los aficionados al género, y es a ella a la que acuden como baza segura.
Uno de sus referentes más reconocidos es la sueca Mari Jungstedt, no en vano lleva publicadas quince novelas solo de la Serie Gotland, protagonizada por los inspectores Anders Knutas y Karen Jacobsson. Esta serie, cuyos escenarios son la isla que le da nombre, es una de las favoritas de los lectores, contando sus protagonistas con el cariño de los mismos. Pero si hay otro lugar que enamoró a la autora es nuestro país. De esta pasión nace la saga a la que pertenece esta segunda novela.
Mari visitó nuestro país por primera vez en 1978, para pasar unas vacaciones en Ibiza. Se sintió atraída por nuestra cultura hasta el punto de aprender nuestro idioma en el instituto Cervantes, formándose, a continuación, como guía turística, lo que le permitió realizar guías por Estocolmo en inglés y español. Se siente tan cómoda entre latinos que ella misma se denomina como una española en el cuerpo de una sueca. Posteriormente pasó largas temporadas en la provincia de Málaga, llegando incluso a vivir allí, por lo que conoce muy bien las poblaciones, bares, negocios y restaurantes en los que transcurren sus tramas.
Al igual que la pareja protagonista de Gotland, la protagonizada por Málaga, ha conquistado a sus lectores. Lisa, la sueca residente en Benagalbón, localidad a la que decidió trasladarse tras su divorcio, para así poder empezar de nuevo en un lugar diferente. En la primera entrega conoció al inspector viudo y taciturno Héctor Correa. Ambos acudían a clases de flamenco, donde el profesor los emparejó, naciendo así la amistad entre ambos, para pasar a ser colaboradores gracias a la labor esporádica de interprete que realiza Lisa para la policía cuando hay ciudadanos suecos de por medio en alguna investigación.
En esta segunda entrega, una pareja, formada por un sueco y una española, es asesinada en una granja al norte de Suecia. Parece que fue mientras celebraban la nochevieja dentro de un jacuzzi. El inspector Héctor Correa viajará al lugar tratando de recabar información sobre lo sucedido. Requerirá de nuevo de los servicios de Lisa, la cual está consiguiendo rehacer su vida después de su traumático divorcio.
La pluma de Jungstedt sigue siendo ágil. Con descripciones breves y concretas, hace que la trama avance de forma rápida. No da tregua al lector, cuya narración provoca que devoremos sus páginas sin apenas darnos cuenta mientras tratamos de adivinar el desenlace. Pero la escritora siempre va un paso por delante, dejándonos esas migas de las que somos incapaces de dejar de seguir, sorprendidos de nuevo por los giros inesperados de la trama.
Si no has leído la primera entrega, tampoco pasa nada, enseguida captamos la historia de nuestros protagonistas gracias a las sutiles pinceladas de la anterior que va aportando la autora para hacer que no nos perdamos mientras nos pone en antecedentes sin spoilers. Después seguro que acudiréis a la esa novela, porque sus protagonistas os habrán conquistado y querréis saber como fue el inicio de esa tensión sexual no resuelta entre ellos.
Lectura perfecta en este tiempo estival para los que, con suerte, se pasarán en la piscina o la playa el tiempo. Pero una advertencia, si os introducís en esta lectura, las vacaciones se os antojarán muy cortas.