La biblioteca de los nuevos comienzos de Michiko Aoyama
La novela japonesa sobre el poder de los libros que está cautivando al mundo. Más de 300.000 ejemplares vendidos. Un libro puede cambiarte la vida
En el corazón de Tokio hay una pequeña biblioteca donde trabaja la señora Komachi. Teclea en su ordenador a velocidad de vértigo y en sus momentos de ocio crea pequeñas figuras de fieltro que luego regala a los visitantes más especiales, a los que les pregunta: «¿Qué es lo que buscas?». La respuesta parece sencilla, pero la señora Komachi no es como otros bibliotecarios. Ella puede adivinar cuáles son los sueños, los deseos y los pesares de la persona a la que escucha.
Y es así como una recomendación suya les puede cambiar la vida. Solo hace falta que se entreguen a la lectura de un libro inesperado.
La biblioteca de los nuevos comienzos es una oda al poder de los libros que nos enseña que, si se escucha con el corazón y se tiende una mano amiga, todos podemos alcanzar nuestros sueños.
La librería en la colina De Alba Conati
La librería en la colina, publicada el 26 de enero por Lumen, es la inspiradora historia de una librera y su librería que se ha convertido en un fenómeno editorial. Un memoir personal y entrañable que relata la historia de una niña infeliz salvada por los libros en un entorno de cuento de hadas. El libro ha sido publicado en catalán por Edicions 62 con el título La llibrería del turó.
«Un libro maravilloso y único, unas memorias, un poema familiar, pero también la historia de una aldea de montaña y una novela de aventuras. […] Leedlo y recomendadlo. Estoy segura de que irradiará más magia».
Cristina de Stefano, Elle
Huyendo de la agitación de la ciudad, Alba Donati decidió cambiar el rumbo de su vida y regresar a su Lucignana natal, un pueblo de ciento ochenta habitantes en la campiña toscana. Tras lanzar una campaña de crowdfunding y pedir una donación de libros a las editoriales de Italia, en 2019 abrió las puertas de la librería Sopra la Penna. Su día a día transcurre entre recomendaciones de lecturas, pedidos e ideas para hacer de esa cabaña cerca del bosque un lugar único donde, además de las novedades literarias que Alba elige con mimo, el visitante se sumerge en un universo lleno de sorpresas: una estantería pirata para libros olvidados, calcetines con citas de Orgullo y prejuicio, calendarios de Emily Dickinson, o meriendas con un té que lleva el nombre de Charlotte Brontë y una mermelada que sabe a Alicia en el país de las maravillas . Y a su alrededor gravita otro universo: el de los clientes, amigos, ayudantes, vecinos y familiares para los que la librería en la colina, con su hermosa ventana al valle, se ha convertido en una enorme ventana al mundo.
‘Rialto, 11’, de Belén Rubiano (Libros del Asteroide)
Un día de principios de otoño de 2002, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio. En la sucesión de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías. Ante todo, la valía de estas páginas, que el lector recorrerá entre la carcajada libre y la más profunda empatía, reside en la vitalidad y el personalísimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoción por los libros y de cómo uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueño.
‘La librería ambulante’ de Christopher Morley
Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero. Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedule
‘La librería encantada’, de Christopher Morley
Los entrañables Roger y Helen Mifflin han dejado de recorrer los campos y pueblos con su librería ambulante y se han instalado en pleno Brooklyn, como siempre soñara Roger. Ambos regentan La Librería Encantada, un «parnaso en casa» al que acuden, de un lado u otro de Nueva York, todo tipo de personajes singulares, incluidos jóvenes publicistas, farmacéuticos alemanes y guapísimas herederas; por no hablar de sus amigos libreros, que se reúnen allí cada poco para disfrutar la tarta de chocolate de Helen y los discursos incendiarios, y a la vez llenos de sensatez, del pequeño gran Roger. Parece que todo está en calma en esa librería encantadora (nunca mejor dicho) y en la placentera vida de estos personajes insólitos… pero no es así: nos encontramos justo al final de la Primera Guerra Mundial, en medio de una época convulsa, llena de avances técnicos, emociones contradictorias y mucho suspense. Porque, aunque hace tiempo que acabaron sus aventuras rurales, nuestros personajes seguirán protagonizando situaciones tan divertidas como rocambolescas en la gran ciudad, una ciudad magistralmente dibujada, con ese toque de humor refinado que ya cautivó a los lectores de La librería ambulante
‘La librería’, de Penelope Fitzgerald (Impedimenta)
«La librería» es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología librera. Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por «lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de «Lolita» de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.
‘Nuestras riquezas’, de Kaouther Adimi (Libros del Asteroide)
En 1935, Edmond Charlot, un joven de veinte años, regresa a Argel desde París con la idea de fundar una librería y una editorial. Su minúscula librería, que bautiza como Las Verdaderas Riquezas, se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras como Antoine de Saint-Exupéry y André Gide. Allí publica también el primer texto de un autor desconocido: Albert Camus. Pero Charlot ignora que dedicar la vida a los libros no le eximirá de verse zarandeado por los infortunios de la historia: en vísperas de la segunda guerra mundial, una revuelta está a punto de estallar en Argelia.
En 2017, Ryad tiene la misma edad que Charlot en sus comienzos, pero a él no le interesa la literatura. Estudiante de ingeniería en París, acepta el encargo de vaciar y repintar una polvorienta librería argelina que su propietario quiere convertir en una buñolería.
En Nuestras riquezas, Kaouther Adimi mezcla pasado y presente, realidad y ficción, para hablarnos de la historia de Argelia y, sobre todo, de un oficio que no se entiende sin el amor a los libros y que es fundamental para la supervivencia de la literatura
‘Fahrenheit 451’, de Ray Bradbury (Debolsillo)
En un futuro sombrío y turbador, Montag forma parte de una extraña brigada de bomberos cuya misión no es sofocar incendios, sino producirlos para quemar libros. Y es que en su mundo está prohibido leer, porque lo que se quiere suprimir es la capacidad de pensar. Una vez que Montag lo comprenda, alertado por una organización secreta dedicada a memorizar volúmenes enteros, sabrá que ha llegado el momento de elegir entre la obediencia y la rebeldía. En esta nueva traducción, que captura mejor que nunca toda la fuerza del original, la clásica distopía de Ray Bradbury sigue alertándonos sobre las peores facetas del conformismo moderno.
‘84, Charing Cross Road’, de Helene Hanff (Anagrama)
En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros… y las librerías. 84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.