En el ámbito de la novela negra no resulta fácil encontrar algo difente e interesante, algún argumento que saque punta a las historias repetidas tantas veces de asesinos seriales perversos e investigadores policiales a los que no se les escapa detalle. En medio de ese maremágnum de novedades del género negro nos permitimos destacar Trampantojo siniestro, la segunda novela de Javier Arto, que es capaz de darle un giro audaz y entretenido a las manidas tramas detectivescas y colocarlas en un emplazamiento inédito, la ciudad de Zaragoza.
Zoilo Heredia acaba de ser trasladado a Jefatura Superior de Policía de Aragón, sita en Zaragoza por motivos políticos. Lo que él tomará como un retiro acomodaticio y tranquilo se ve perturbado puesto que su llegada coincide con la escalada de crímenes acaecidos al amparo de la niebla propia de la ciudad del Ebro. El encargo de la investigación le hace salir de su ensimismamiento y con su equipo de colaboradores se dispone a localizar a los autores de esos asesinatos. Diferentes modus operandi, emplazamientos separados, incluso signos de que son varias personas las autoras de los asesinatos oscurecen el caso.
Cuando se demuestra que todos están conectados y que se siguen repitiendo según una pauta determinada los indicios apuntan a un grupo sectario conectado con la biblia. Sin embargo Zoilo, ve como poco a poco los avances se van embarrando más y más y que el autor o autores de los homicidios solo está jugando con ellos.
Javier Arto dibuja unos investigadores humanos, no unos superdotados capaces de ver más allá de lo normal, quienes usando las prácticas habituales de la Policía intentarán desentrañar la cadena de crímenes. Escribe perfectamente las conexiones entre los diferentes estamentos policiales incluso las pautas a seguir en aras de gestionar bien la información con los medios y los habitantes de la ciudad para que todo pueda ser gestionado de forma correcta.
En el lado asesino, da al lector la posibilidad de ir por delante y conocer quien está detrás de todo e ir desgranando los motivos de su actuación. Algo -el móvil de los crímenes- que perturbará a los investigadores quienes son incapaces de ver el motivode todos estos asesinatos.
La forma de contar la investigación es clásica, no se diluye en múltiples giros y vueltas de tuerca que enredan al lector. Quien lee Trampantojo siniestro sabe con quien está tratando en todo momento. Sin embargo, lo que hace que cobre valor esta historia criminal es su desenlace. Algo que es, sin duda, el gran valor de esta novela, un final sumamente ingenioso que permite que el lector acabe la lectura satisfecho de haber sido engañado dulcemente por el autor y no haber sabido el leit motiv de lo acontecido hasta el final.
Por lo demás Javier Arto refleja la sociedad actual, con sus miserias en todos sus niveles, desde mendigos a políticos influyentes todos demuestran las mismas carencias humanas que les impiden no solo disfrutar de la vida sino siquiera congraciarse con los suyos y consigo mismos. También presenta la realidad de que el vacío existencial es una plaga entre la mayoría de las personas de hoy día, y la dificultad que todos tienen de gestionarlo correctamente.
En definitiva Trampantojo siniestro es un soplo de aire fresco en el género negro actual, con un final a la altura de una trama que se vuelve adictiva con cada página leída.