La sombra de la novela negra sueca es alargada. Ya la nórdica en general se ha ganado un puesto importante entre los lectores de este género, pero particularmente Suecia es terreno abonado para gran número de autores y autoras del noir. Supongo que en esos meses donde la luz del sol no es más que un recuerdo,deben despertar la imaginación y no con pensamientos alegres precisamente.
Mari Jungstedt es una de las autoras más prolíficas que ha dado tan fría tierra. Periodista muy conocida en su país por haber trabajado en radio y televisión, dejó su carrera cuando esto de escribir ocupaba todo su tiempo, o al menos en parte, porque compagina la profesión de escritora con la de embajadora de la ONG Children Village.
Cuando la defino como prolífica no exagero, puesto que No te pierdo de vista es la decimoquinta entrega de la denominada serie Gotland, que es el nombre de una gran isla y provincia sueca situada en el mar Báltico donde sitúa sus tramas y en la cual, el comisario Anders Knutas y la subcomisaria Karin Jacobsson tratan de desentrañar los asesinatos que en su geografía se comenten, acompañados por el periodista Johan Berg. Rostros que también han aparecido en la pantalla, puesto que muchos de los libros de esta autora se han adaptado a la televisión.
Esta saga comenzó su andadura en 2003, cuya primera novela llevaba por título Nadie lo ha visto, en la que conocíamos a los protagonistas. Después de quince entregas, imaginaos la evolución de dichos personajes y el cariño que le profesan ya los lectores fieles que han seguido sus casos a los largo de estos años.
Esta vez se les plantea un caso más complicado, si cabe, que en anteriores ocasiones. Se trata del asesinato de tres jóvenes que se encontraban de excursión y que parece ser no tienen ninguna lógica, más cuando ha sobrevivido una cuarta chica que los acompañaba. Esta no sabe qué ha ocurrido, y lo poco que podía saber lo ha olvidado debido al shock de descubrir sin vida a sus amigos. La trama actual se va intercalando con hechos del pasado que en un principio no parecen estar relacionados, pero que a medida que avanzamos en la lectura iremos descubriendo la importancia del pasado en los hechos del presente.
Que esta serie sea longeva no debe espantar al nuevo lector que se adentre en ella. Yo mismo he de confesar que no conocía todo el universo gotlandés, y no por ello he perdido el rumbo. La historia de los personajes recurrentes no intercede en la trama, y es fácil adivinar el rumbo que han ido tomando, con alguna alusión a novelas anteriores que ni desubican al lector que no las conozca, ni lo sacan de la historia. Una trama que resulta adictiva en todo momento, con una prosa sencilla y un ritmo que no decae, compuesta de cortos capítulos que agilizan la lectura.
También se agradece que, a pesar de los cruentos asesinatos, la autora prescinde de detalles escabrosos como en otras obras que se antojan gratuitos y ponen a prueba el estómago del lector. No siendo en su obra el caso.
Mari Jungstedt no ha inventado la pólvora, tampoco es esa su intención. Con su serie volvemos a la fórmula clásica en la que acompañamos a unos personajes habituales con sus vidas y relaciones como hilo conductor que unifica cada libro en los que en cada uno han de resolver un crimen, eso sí, cada vez más intrincado, que los pone a prueba. Si te gusta esta fórmula y quieres acudir a lo seguro, te gustará, ya que consigue mantenernos pegados a sus páginas hasta llegar al final del libro, donde con un giro bien estudiado, nos sorprenderá.