Finalista del Booker International Prize 2020 y del Premio Médicis (2021) con Las aventuras de la China iron,
Gabriela Cabezón Cámara regresa con Las niñas del naranjel.
La novela se publicará, hasta la fecha, en más de 10 territorios, entre ellos Alemania, UK, USA e Italia.
Abordaje lírico e irreverente del personaje histórico de la Monja Alférez, que nació en España como niña en 1592 y se sumó travestida como varón a la Conquista de América.
« Tan aguda, tan urgente, tan valiente. Gabriela Cabezón Cámara es una de las voces más auténticas escribiendo en español en este momento, y de todos sus talentos hay uno cada día más difícil: no solo hurga y desafía, no solo se anima a la oscuridad, sino que entrega a cambio la subversiva valentía de pensarnos más humanos,
más vivos y luminosos que nunca».
Samantha Schweblin
«Una voz poderosa, que hay que tomar en serio».
Library Journal
«La poética cautivante de Cabezón Cámara nos demuestra cómo experimentar con la historia
puede ser a la vez mágico y áspero».
The New York Times
«Una figura fundamental de la literatura latinoamericana que alcanzó un registro pleno».
Ariane Singer, Le Monde
Para cumplirle a su Virgen del naranjel, que lo ha salvado de la horca, Antonio huye de un cuartel militar con dos niñas hambrientas capturadas por los españoles. Junto a estas criaturas que esconde como puede entre sus ropas, un par de monos que se prenden a sus piernas, dos caballos y una perra que los sigue, se adentra en la selva, y en medio de un verdor exuberante comienza a escribir una carta para su tía, priora del convento de San Sebastián el antiguo, de donde Antonio escapa siendo aún la novicia Catalina de Erauso. Arriero, tendero, alférez, grumete y paje en la corte de Felipe III, a lo largo de su existencia Antonio cambia nombres, oficios y nacido mujer pero travestido como hombre, empuña la espada, hunde la daga, se une a la conquista del continente americano, regresa a Europa, aquí y allí comete todo tipo de crímenes, y vuelve a embarcarse rumbo a América, esta vez quizá para perderse.
De sus muchas aventuras y no pocos infortunios trata la carta que escribe para confesarse y contar una vida cuyo único fin, de pronto, parece ser volverse relato, mientras Mich? y Mitãkuña, las niñas guaraníes, lo interrumpen una y otra vez con sus preguntas difíciles y esa curiosidad infantil que no se agota. Antonio cuida de ellas, las alimenta con los frutos que les ofrecen los árboles, les habla de la creación en su versión cristiana, descubre en él una ternura hasta entonces desconocida y a su lado aprende a nombrar en una lengua ajena la belleza de ese mundo con el que, tras una vida entera huyendo, siente un deseo irreprimible de fundirse. Entre el rumor incesante de la naturaleza y el canto de los indios que se esconden a su alrededor, su refugio bajo los árboles es nostalgia de casa y un paraíso para la redención, a la par que no muy lejos de ellos, el capitán del cuartel y sus soldados, impulsados por la sed de oro, preparan una ofensiva que podría convertir la selva en páramo.
Desde la publicación de La Virgen Cabeza en 2009, Gabriela Cabezón Cámara ha ido definiendo un lugar propio dentro de la literatura latinoamericana con sus historias protagonizadas por personajes que habitan en los márgenes de la sociedad y que están contadas con una lengua de singular musicalidad que es amalgama de voces y registros.
(c) Alejandra López
Gabriela Cabezón Cámara nació en San Isidro, Buenos Aires, en 1968. Es autora de las nouvelles Le viste la cara a Dios (2011) y Romance de la Negra Rubia (2014), y de las novelas La Virgen Cabeza (2009) y Las aventuras de la China Iron (2017), finalista del International Booker Prize 2020 y del Premio Médicis (2021), y traducida a una decena de idiomas. Como periodista cultural ha colaborado con medios como Clarín, Página/12, Fierro, el blog de Eterna Cadencia y la revista Anfibia, y actualmente coordina talleres de escritura.