Los 11 libros recomendados de la semana

Marigold de Louise Glück

Louise Glück (Nueva York, 1943), Premio Nobel de Literatura 2020, nos presenta en Marigold y Rose (2022) lo que la poeta Fiona Sampson ha calificado como «un retrato de la artista en dos mellizas». Desde una perspectiva singular, en una serie de poemas en prosa (o de prosa poética), la autora explora el mundo interior de dos hermanas con personalidades muy distintas durante el primer año de sus vidas. Si Marigold es frágil, callada e introvertida, Rose es protectora, bulliciosa y sociable. Cada una a su manera, ambas reaccionan al misterio del tiempo y el lenguaje, a las rutinas diarias, al comportamiento de los adultos y a las pérdidas que signan la existencia humana. Las mellizas no saben hablar, pero sin duda saben pensar, y también comunicarse entre ellas; Marigold, además, escribe un libro en su cabeza. «Miramos el mundo una sola vez, en la infancia», había escrito la poeta en Meadowlands (1996), y esa mirada es precisamente la columna vertebral de un libro que, con su tono sencillo y su delicadeza, con pasajes donde no falta el humor y la ternura, desafía toda categorización, conservando la fuerza de su poesía.

¿Por qué has dejado solo al caballo?; Estado de sitio de DARWISH, MAHMUD

Mahmud Darwish (Birwa, Palestina, 1941-Houston, EEUU, 2008) es una de las más importantes figuras de la literatura árabe contemporánea. Considerado el poeta del pueblo palestino, compuso una poesía de fuerte compromiso ético y político, que supo hundir sus raíces en la tradición árabe al tiempo que abordaba las urgencias sociales del presente y los conflictos propios de la modernidad histórica. Los dos libros que reúne este volumen sintetizan la tensión superadora que caracteriza el conjunto de la obra de Darwish. Entre lo antiguo y lo moderno, lo local y lo universal, el canto y la lucha, la épica y la lírica, “¿Por qué has dejado solo al caballo?” supone, según su mismo autor, una autobiografía personal y poética, pues contiene rasgos biográficos y estilísticos de toda su trayectoria, mientras que “Estado de sitio” representa el esfuerzo por atrapar un presente demolido por bulldozers.

El geólogo de Paul Theroux

Paul Theroux seduce al lector con este apasionante ‘thriller’ psicológico que explora una intensa relación fraternal

Pascal Belanger, «Cal», odia a su hermano mayor, Frank, tan dominante y manipulador que le hace dudar incluso del origen de su animadversión. Él es la razón por la que escapó de Littleford, su ciudad natal, y puede que motivase su vida nómada desde entonces. Ambos tienen una historia en común, pero ninguna de sus anécdotas parece coincidir. ¿Cal rescató a Frank de ahogarse un verano o fue al revés? ¿Frank le debe dinero a su hermano o no? Mientras que Frank ha vivido siempre en la misma ciudad, donde ejerce como abogado y encarna el papel de hijo atento, su hermano se ha convertido en un geólogo experimentado y se ha pasado años viajando por el mundo. Cuando se instala por fin en Littleford con su mujer, Vita, Cal debe ausentarse a menudo por razones de trabajo, una circunstancia que su adversario aprovecha para acercarse a ella. ¿Es Frank el buen tipo que todos creen?

Voces al amanecer de Clara Pastor

El poder del silencio, de lo no dicho y callado, es el núcleo de este segundo libro de relatos de Clara Pastor

Cuatro relatos, ambientados en escenarios distintos pero similar atmósfera, integran el microcosmos que Clara Pastor recrea con maestría y sensibilidad en este volumen, hecho de los merodeos de la memoria, que se ramifica en infinitas sendas, y de los tanteos de los personajes por salvar la distancia—a veces un abismo—que a menudo los separa de las personas más cercanas. La red protectora de la familia y los hogares de la infancia se convierten así en anhelado refugio del recuerdo ante los desencantos de la vida adulta, pero también en telarañas invisibles. Sutiles y sugerentes, los cuentos de Voces al amanecer se revelan al lector con la familiaridad de un secreto compartido.

El rey de Varsovia de Szczepan Twardoch

Violencia, crimen y muerte: Szczepan Twardoch retrata la frágil Polonia de entreguerras

En el cuadrilátero, Jakub Szapiro inspira respeto entre la comunidad judía, que lo considera un héroe, pero en las calles de Varsovia, donde opera como sicario de una poderosa organización criminal, despierta auténtico pavor. Sin embargo, la violencia y la intimidación tienen sus ventajas: Jakub vive rodeado de lujos, deleitándose en todos los privilegios que el mundo del crimen ha puesto a su alcance mientras el nazismo se cierne sobre el país. Y aunque es consciente de la situación, como se siente intocable se niega a abandonar la ciudad que considera su reino. ¿Será capaz de mantener la jerarquía imperante hasta entonces o sucumbirá ante este nuevo y siniestro orden mundial? Aplaudido tanto por el público como por la crítica polacas, El rey de Varsovia es un libro extraordinario, heredero de la mejor novela negra, que traslada al lector a los bajos fondos de la Varsovia de la década de 1930 aunando rigor histórico y pericia narrativa.

La vía de la narración de Alessandro Baricco

Alessandro Baricco, escritor y maestro de escritores, reflexiona sobre el arte de la narración.

Baricco reflexiona sobre las narraciones y trata de desentrañar sus misterios. ¿Cuál es su sentido último y su mecánica interna? La narración tiene algo de jeroglífico y algo de mapa. Su alquimia surge en las esquivas y enigmáticas fronteras entre la magia y la ilusión óptica, entre el evento místico y el proceso químico. ¿Se puede enseñar a narrar? ¿Se puede aprender a hacerlo?

Archipiélago de Mario Bellatín

En estos relatos de ambientación japonesa, el mexicano Mario Bellatín se destaca como un elegante maestro de pausas y elipsis

Con el paso del tiempo, la obra narrativa de Mario Bellatin ha ido trazando un mapa divergente —un territorio mítico sobre el que se proyectan las sombras tutelares de Murasaki Shikibu, Junichiro Tanizaki, Ryunosuke Akutagawa u Osamu Dazai, entre otros— cuyo interés genuino por la cultura asiática es tan sólo un pretexto para inquirirse a sí misma por la naturaleza del hecho literario. Esa escritura nómada, de infatigable vocación experimental, abre un espacio deslocalizado en el que todo es posible: vidas imaginarias y autores «injertados» en nuestro propio canon de modo incontrovertible, identidades y realidades cambiantes, prácticas ancestrales fortalecidas por el poder de la fábula, sutiles distorsiones que son a un mismo tiempo homenaje y parodia de una desconocida tradición milenaria cuya historia se nutre en no poca medida de lo que suponemos e inventamos de ella. ‘Archipiélago’ aúna cuatro breves ficciones de ambientación japonesa que habían contado hasta ahora con una escasa circulación en España: ‘El jardín de la señora Murakami’ (2000), ‘Shiki Nagaoka: Una nariz de ficción’ (2001), ‘Bola negra’ (2003) y ‘El pasante de notario Murasaki Shikibu’ (2010), inédita en nuestro país. Del juego intertextual a la biografía apócrifa, del escolio al montaje de documentos y materiales bizarros, Bellatin nos sumerge en uno de los viajes más fascinantes de la literatura hispanoamericana contemporánea.

El don de Vorace de Félix Francisco Casanova

Según las anotaciones en su diario íntimo, tardó cuarenta y cuatro días en escribir El don de Vorace. Entre el 9 de junio y el 23 de julio de 1974. El autor tenía diecisiete años.

Bernardo Vorace constata, tras varios intentos frustrados de suicidio, que es un hombre inmortal. El descubrimiento lo lleva a cabo en la primera página de la novela, tras despertarse con un agujero de bala en la sien. El resto del relato consiste en la deriva criminal de un hombre a quien la imposibilidad de morir ha despojado de principios morales. Desea anularse a cualquier precio, sin que fructifique ninguna de sus tentativas.

Félix Francisco Casanova nació en Santa Cruz de la Palma el 28 de septiembre de 1956 y murió en Santa Cruz de Tenerife el 14 de enero de 1976, a los diecinueve años. A pesar de la brevedad de su vida, tuvo tiempo para desarrollar obra extraña, intensa y original, y alcanzó logros de asombrosa madurez en el campo de la poesía y la prosa experimental. Amante de la música, fundó el grupo de rock y movimiento literario Equipo Hovno. En 1973, a los diecisiete años, obtuvo con su libro El invernadero el principal premio de poesía de Canarias, el Julio Tovar. En 1974 ganó el Pérez Armas de novela con El don de Vorace. Un mes antes de su muerte ganó, con el poemario Una maleta llena de hojas, el concurso organizado por el periódico La Tarde. Según las anotaciones en su diario íntimo, tardó cuarenta y cuatro días en escribir El don de Vorace. Entre el 9 de junio y el 23 de julio de 1974. El autor tenía diecisiete años.

Vidas paralelos de Phyllis Rose

Un ensayo repleto de jugosas anécdotas que nos interpela y nos invita a revisar nuestra visión del matrimonio, el amor y la intimidad.

En toda relación sentimental existen dos relatos, dos versiones casi siempre superpuestas y algunas veces coincidentes. A partir de esta premisa, Vidas paralelas se asoma a la intimidad de cinco ilustres parejas de la época victoriana, cuando el divorcio era motivo de escándalo y el «hasta que la muerte nos separe» se tomaba en un sentido literal.

Combinando la erudición histórica y literaria, la crítica feminista y el «chismorreo de altura», Phyllis Rose somete a examen el desastroso matrimonio de Charles Dickens y Catherine Hogarth, pero también el romance de George Eliot con George Henry Lewes, curiosamente la pareja más feliz del libro y la única que no pisó el altar. Entre ambos extremos aparecen John Stuart Mill, empecinado en encarnar la igualdad de género; John Ruskin, incapaz de consumar el matrimonio en la noche de bodas, y Thomas Carlyle, que tuvo que leer los diarios de su esposa muerta para comprender lo desdichada que había sido a su lado. 

Desde que se publicara en 1983, Vidas paralelas se ha convertido en un clásico de culto y un referente para escritoras de la talla de Hilary Mantel, Nora Ephron, Jia Tolentino y Sheila Heti. Su agudo análisis del matrimonio, como institución social y política, no ha perdido un ápice de vigencia y, todavía hoy, nos interpela y nos invita a cuestionar un molde narrativo que «ha determinado la historia de nuestras vidas en mayor medida de lo que solemos admitir.»

La extraña soy yo de Julia Franck

Aclamada y premiada en Alemania, Julia Franck desgrana en esta dura y emotiva novela su peculiar vida y la compleja historia de su familia

El estremecedor relato autobiográfico de la gran autora alemana: una historia de supervivencia, de autoafirmación y de amor.

Todo arranca de un recuerdo: una soleada mañana de mayo de 1992, en un pequeño apartamento de Berlín donde reinan los libros, las solicitudes de prestaciones sociales, las fotos en blanco y negro que empieza a hacer y un primer ordenador. Julia, universitaria, recibe una llamada de Stephan, el chico con el que sale, urgiéndola a verse. A partir de ahí, Julia viaja adelante y atrás en el tiempo, para narrar no solo su vida sino la de las generaciones que la precedieron, en particular la de las matriarcas de la familia. Como la de su madre, una actriz de carácter inestable que llevó a sus hijas (entre ellas, Julia y su hermana gemela) desde el Berlín Oriental al Occidental, primero al centro de acogida de emergencia de Marienfelde y después a Schleswig-Holstein; pero a los trece años Julia dejó la caótica granja en la que vivían y se trasladó sola a Berlín. Gracias a ayudas sociales y a las casas en las que limpia, puede ir al instituto. Entretanto, conoce a su padre e inmediatamente lo pierde; para entonces, Julia ya sabe que ha crecido en una familia extraña, y que ella misma es tan extraña como los mundos que la rodean. Entre otros, el mundo de Stephan, su gran amor. Ese Stephan que llama ahora con apremio.

Junto al pozo del vivir y del ver de Charles Reznikoff

Apenas conocido en España, Charles Reznikoff fue uno de los mayores exponentes de la poesía objetivista

Existen, dijo alguien, poetas del aspaviento y poetas del sigilo o, en otros términos, poéticas que anclan en la provocación y la altisonancia, y otras que lo hacen en una lengua de aparente sencillez que oculta su artificio. A este segundo grupo pertenece, sin dudas, Charles Reznikoff, un poeta que pasó prácticamente desapercibido en vida y, desde la periferia de los circuitos literarios, construyó una obra que, despojada de toda forma de estridencia lírica, entronca con el objetivismo. En la tradición del flâneur, Reznikoff deambuló durante años por las calles de Nueva York, desde el Bronx al extremo sur de Manhattan, capturando a su paso instantes de cotidianidad urbana: el diálogo de dos desconocidos en un bus, un mendigo haciendo su ronda diaria por el vecindario, las mercancías de una ferretería o el trajín de pájaros, insectos y paseantes en el parque de la ciudad.