‘Gente que conocemos en vacaciones’ (Emily Henry)
Poppy y Alex. Alex y Poppy. No tienen nada en común: Ella lleva vestidos estampados; él, pantalones de pinza. Ella es un espíritu aventurero; él prefiere quedarse en casa leyendo. Y, a pesar de todo, son mejores amigos. Durante la mayor parte del año viven separados —ella en Nueva York, él en su pequeño pueblo—, pero cada verano, desde hace ya una década, se toman una semana de vacaciones juntos. Hasta hace dos años, cuando todo cambió.
Ahora Poppy tiene todo lo que siempre había soñado, pero está atrapada en la rutina. Cuando alguien le pregunta cuándo fue feliz por última vez, sabe, sin ninguna duda, que fue en ese último y fatídico viaje con Alex. Por eso decide convencer a su mejor amigo para viajar juntos una vez más. Tienen una semana para arreglarlo todo, ¿qué puede salir mal?
«Esta deliciosa novela brilla por las hábiles observaciones, los diálogos hilarantes y, sobre todo, los personajes. Divertidos, patosos y entrañables, vale la pena acompañarlos en este maravilloso viaje.» The Wall Street Journal
‘Sundial’ (Catriona Ward)
Todo lo que Rob quería era una vida normal. Y casi la consigue: un marido, dos hijas, una bonita casa en las afueras. Pero bajo este barniz de normalidad, Rob teme por sus hijas: por Callie, que colecciona pequeños huesos y susurra a amigos imaginarios; por Annie, y lo que Callie podría hacerle. Rob ve en Callie algo oscuro que le recuerda a la familia que dejó atrás y decide llevar a Callie a Sundial, la casa de su infancia en el desierto de Mojave. Callie tiene miedo a su madre. Rob ha empezado a mirarla de forma extraña, a contarle secretos de su pasado que la inquietan y la excitan. Y Callie empieza a preguntarse si una de las dos no saldrá viva de Sundial.
“No te pierdas este libro”. Stephen King
‘La chica que vive al final del camino’ (Laird Koenig)
Una obra maestra del gótico americano. Una novela de culto, tensa y aterradora, que inspiró la película protagonizada por Martin Sheen y por una jovencísima Jodie Foster.
Rynn acaba de cumplir trece años y lo celebra sola en su casa. Nadie sabe mucho de ella. Solo que se hace la interesante, no habla con nadie, cobra los cheques de viaje de su padre y da esquinazo a las visitas inoportunas. En su casa hace lo que quiere: fuma cigarrillos, se entrega a la poesía de Emily Dickinson y establece una amistad peculiar con un muchacho cojo que dice ser mago. Hace tiempo que su padre no se deja ver por el pueblo, y los vecinos empiezan a hacer preguntas: ¿dónde está su padre? ¿Qué se oculta en esa casa que se alza al final del camino? Laird Koening nos ofrece con esta oscura novela una obra maestra de la literatura gótica americana, que inspiró la película protagonizada por una joven Jodie Foster y por Martin Sheen. Una vuelta de tuerca al género de lo inquietante.
‘Todos en mi familia han matado a alguien’ (Benjamin Stevenson)
Una reunión familiar es siempre un asunto de vida o muerte.
La mejor novela negra del año por The Sunday Times.
A Ernie Cunningham nunca le han gustado las reuniones familiares. Aunque algo tiene que ver el hecho de que hace tres años viera a su hermano, Michael, matar a alguien y lo denunciara a la policía, un ultraje que la familia nunca le ha perdonado. Ahora han decidido reunirse para una ocasión especial: pasarán un fin de semana en un hotel en la montaña para celebrar el reencuentro con Michael. Pero los Cunningham no son una familia que se pase el fin de semana bajo la manta contemplando el paisaje. El día en que llegue Michael encontrarán el cadáver de un hombre en las inmediaciones del hotel. Cuando la policía sea incapaz de resolver el crimen, quedará en manos de Ernie deducir si el culpable es uno de sus familiares… antes de que sea demasiado tarde.
«Todos los miembros de mi familia han matado a alguien. Algunos, los más eficientes y productivos, hemos matado a más de uno.»
‘Lengua dormida’ (Franco Félix)
La fascinante crónica íntima del descubrimiento del pasado oculto de la madre del autor tras su muerte
«Luego la máquina se apagó. Y se apagó ella». Después de un accidente doméstico en apariencia intrascendente que a la postre resultó fatídico, Ana María pasó tres años entrando y saliendo de una clínica en Hermosillo, ciudad en la que culminó la última de sus vidas. Tras su muerte, la biografía secreta de su pasado reveló una de las primeras: muchos años antes vivió en Ciudad de México, tuvo un marido, cuatro hijos y lo abandonó todo. Las hebras que engarzan ambas existencias están contadas en este libro que es al mismo tiempo una investigación detectivesca, un caleidoscopio del duelo, una carta de amor, una búsqueda y un hallazgo. Lengua dormida es un acto reflejo frente a la orfandad, el recorrido mental de un hijo buscando a su madre muerta. De manera caprichosa e inestable, como es la memoria, la narración está poblada tanto con anécdotas en apariencia balad.es –la fijación de Ana María con Australia– como con digresiones sobre el tiempo y el lenguaje. Sin embargo, nada es gratuito en la escritura de Franco Félix, capaz de vincular los momentos más álgidos de la historia con aquellas miniaturas domésticas que dotan de cuerpo y personalidad a una vida, incluso después de que se haya extinguido.
‘Generaciones’ (Lucille Clifton)
«No quería que te murieses, papi. Siempre decías que te nos aparecerías si te morías». Tras la muerte de su padre, la poeta Lucille Clifton comienza a desempolvar conversaciones, álbumes de fotos, recuerdos propios y ajenos para reconstruir la historia de su familia, los Sayles, descendientes de feroces amazonas guerreras, las mujeres dahomeyanas. Sus páginas invocan, entre otros, a mamá Ca’line, que con ocho años caminó desde Nueva Orleans hasta Virginia y acabó vendida como esclava; a Lucy, la primera mujer negra juzgada y ahorcada legalmente en Virginia por matar a un hombre blanco; a Genie, un huérfano salvaje de piel canela a los que todos tildaban de loco. Generaciones es un relato sobre esclavitud, pero también un luminoso canto de amor a los que nos preceden. El formidable don poético de la autora emerge aquí en prosa para brindarnos unas memorias de una belleza impactante y austera que ya son una pieza clave de la literatura afroamericana. En palabras de Toni Morrison, la obra de Clifton es «seductora porque tiene la sencillez de un átomo, es decir, tremendamente compleja, explosiva bajo su aparente quietud».
‘Jara Morta’ (Ángela Segovia)
Estaba deseosa de subir al claro, así que no esperé mucho. Hacía tiempo ya que no iba por ese camino. Todo era igual y nada era lo mismo. Las jaras se caían derrumbadas hacia los lados del camino, la mayoría grisáceas ya. En medio de aquello, en el borde tras el cual empieza a descender el valle, un pequeño mirador secreto, estaba la antigua cabaña del abuelo. Me sorprendió ver que todavía quedaban vestigios. Un círculo de piedras. En mis primeras visitas apenas pude hacer nada aparte de mirar. Poco a poco aquel paisaje se me fue metiendo por el cuerpo. Durante varias largas mañana me dediqué a recoger ramas secas y llevarlas junto al círculo de piedras. Las ramas se enganchaban unas a otras como si se abrazaran. Empecé a advertir lo que estaba apareciendo. Una guarida. En todo ese tiempo yo iba escribiendo un cuaderno y anotaba todas las cosas que sucedían. Hablaba del miedo que pasaba estando en ese paisaje tantas horas, sola, en silencio. Luego hablaba del recogimiento que sentía cuando empecé a meterme en la guarida. También algunos poemas empezaron a aparecer bajo el título de Mi paese salvaje.
‘Gladiadoras’ (Juan Tranche)
Año 124 d. C. Helena y Valeria son dos jóvenes romanas procedentes de mundos muy distintos: una esclava, la otra noble. Sin embargo, ambas tienen que tomar decisiones que ponen a prueba su valentía. Cuando el emperador Adriano se enamora del esclavo Antinoo, el gran amor de Helena, la joven se ve obligada a convertirse en la mejor gladiadora de todos los tiempos, algo nunca visto para los romanos, y así tratar de acercarse a Antinoo. Por su parte, Valeria, hija de un abogado de renombre, sueña con vencer al destino que le espera como esposa y madre en una época gobernada por la voluntad de los hombres.
Año 131 d. C. El pueblo de Roma celebra el combate de gladiadoras más increíble que jamás se haya visto. Movidas por el anhelo de libertad y la venganza, dos mujeres se enfrentan en un duelo definitivo. El duelo de la eternidad.
‘Una carpa bajo el cielo’ (Liudmila Ulítskaya)
Una carpa bajo el cielo recorre la vida de tres jóvenes a lo largo de cuatro décadas de historia soviética. Iliá, Misha y Sania se conocen durante los primeros años de colegio y, desde ese momento y hasta bien avanzada la edad adulta, los unirá un anhelo común de belleza y de verdad que a menudo chocará con las constricciones del poder soviético y que los llevará a explorar sus propios itinerarios en el terreno del arte: la literatura, la fotografía y la música. Una multitud de personajes fascinantes pueblan esta novela coral, acompañando a sus protagonistas en episodios que, a modo de instantáneas, ofrecen una visión de la cotidianidad soviética y de la disidencia durante los difíciles años que van desde la muerte de Stalin hasta el desplome de la URSS: el samizdat, los interrogatorios del KGB, los pisos comunales, las deportaciones… Una ventana a una época convulsa que, de forma inexorable, marcará las vidas de los tres amigos. Una carpa bajo el cielo es una historia de historias, un retrato magistral de la psicología humana que plantea complejas cuestiones vitales y filosóficas como el perdón, el coste (a veces insoportable) del paso a la madurez, la lealtad, la amistad y el amor. Liudmila Ulítskaya es una de las autoras rusas contemporáneas más reconocidas en la actualidad y Una carpa bajo el cielo, traducida a más de veinte idiomas, es un homenaje al arte y a todos aquellos que desde primera línea lucharon por defenderlo, una novela profundamente humana que, de forma incuestionable, continúa la tradición de los grandes clásicos rusos.