La elección de las mejores novelas escritas por mujeres puede variar según los gustos y las preferencias de cada persona. Sin embargo, a continuación, te presento una lista de diez novelas aclamadas y ampliamente reconocidas, escritas por mujeres, que han dejado una huella significativa en la literatura:
“Orgullo y prejuicio” (1813) de Jane Austen
Jane Austen ocupó un lugar preminente en la literatura británica. Reivindicada vehementemente por Rudyard Kipling y Edward Said, la elegancia estilística de su prosa, su ironía y, sobre todo, su perspicacia para el retrato social convierten sus obras en una referencia ineludible de la literatura del siglo XIX. Orgullo y prejuicio, su novela más conocida, narra cómo Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy se enfrentan a sus prejuicios movidos por el amor que, contra pronóstico, surge entre ellos. “Es una verdad reconocida universalmente que a todo hombre soltero que posee una gran fortuna le hace falta una esposa.”
“Cumbres borrascosas” (1847) de Emily Brontë
Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë, una de las tres hermanas Brontë, contiene la quintaesencia de la novela romántica inglesa decimonónica. En sus páginas se suceden los amores apasionados limítrofes con el incesto, los odios agriados que se prolongan durante generaciones, los celos, las apariciones espectrales y las tormentas, todo ello narrado con una fuerza y un brillante retrato de personajes que la han convertido en un clásico imperecedero.
“Jane Eyre” (1847) de Charlotte Brontë
Marcada por su temprana orfandad materna, la escritora británica Charlotte Brontë, que a lo largo de su corta vida (1816-1855) acumuló muchos lutos, revela en su obra el apasionado deseo de encontrar un lugar en el mundo. Jane Eyre, la obra que consagró su éxito fulminante, tiene los ingredientes de una novela gótica, pero rebasa con mucho las convenciones del género. Jane, la protagonista, nos muestra un nuevo modo de descubrir la realidad, y con su reflexión la acompañamos en un viaje hacia la autenticidad.
“Mujercitas” (1868) de Louisa May Alcott
El señor March se encuentra sirviendo como capellán en la Guerra Civil Americana y sus hijas y esposa leen emocionadas las cartas que éste les envía desde el frente. Esta novela sigue las aventuras de sus cuatro hijas, Meg, Jo, Beth y Amy, que crecen al calor del amor de su madre y tratan de sobrellevar las adversidades que su condición de familia pobre acarrea.
Pensando en acercar la obra al lector más joven, Austral ofrece una versión reducida de la historia de las cuatro hermanas March. A través del texto de Rosa Navarro, cuyo objetivo ha sido preservar la belleza, el atractivo, la amenidad y toda la fuerza reivindicativa de la novela, accedemos a las aventuras de esta familia entrañable que ha dejado una marca indeleble en tantas generaciones de lectores.
“Matar a un ruiseñor” (1960) de Harper Lee
Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor.
Este es el consejo que da a sus hijos un abogado que está defendiendo al verdadero ruiseñor del clásico de Harper Lee: un hombre de color acusado de violar a una joven blanca. Desde la mirada de Jem y Scout Finch, Harper Lee explora con humor y una honestidad insobornable la actitud irracional que en cuestiones de raza y clase social tenían los adultos del Sur profundo en los años treinta. La conciencia de una ciu-dad impregnada de prejuicios, violencia e hipocresía se enfrenta con la fortaleza y el heroísmo silencioso de un hombre que lucha por la justicia.
“El color púrpura” (1982) de Alice Walker
Esta es la historia de dos hermanas: Nettie, que ejerce como misionera en África, y Celie, que vive en el Sur de Estados Unidos, casada con un hombre al que odia y abrumada por la vergüenza de haber sido violada por quien cree que es su padre. A lo largo de treinta años ambas mantienen el recuerdo y la esperanza de reencontrarse y vuelcan sus sentimientos en unas cartas conmovedoras. Pero la dramática existencia de Celie cambiará cuando entre en su vida la amante de su marido, una extraordinaria mujer llama Shug Avery.
Alice Walker traza en esta ya clásica historia, narrada en formato epistolar, un crudo y sin embargo bello relato del abuso hacia las mujeres y la comunidad afroamericana en los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX. El relato de ambas hermanas, merecedor del Premio Pulitzer y del National Book Award en 1983, se convierte en símbolo de una lucha que aún a día de hoy no hemos acabado de librar.
“El cuento de la criada” (1985) de Margaret Atwood
Amparándose en la coartada del terrorismo, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela -o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir- le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo.
Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.
“La casa de los espíritus” (1982) de Isabel Allende
El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido con mano de hierro un imperio privado que empieza a tambalearse con el paso del tiempo y un entorno social explosivo. Finalmente, la decadencia personal del patriarca arrastrará a los Trueba a una dolorosa desintegración. Atrapados en unas dramáticas relaciones familiares, los personajes de esta poderosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte del siglo XX.
Con impecable pulso narrativo y gran lucidez histórica, Isabel Allende ha creado un fresco en el que conviven lo cotidiano con lo maravilloso, el amor con la revolución y los ideales personales con la dura realidad política.
“Middlemarch” (1871-1872) de George Eliot (seudónimo de Mary Anne Evans)
Middlemarch es la historia de tres parejas sujetas a los frágiles hilos del saber y del error, entretejida con la crónica minuciosa de los destinos de toda una comunidad en una época de cambios y reacción.
“En el tiempo de las mariposas” (1994) de Julia Álvarez
Ellas eran lasa cuatro hermanas Mirabal—símbolos de una esperanza desafiante en un país ensombrecido por la dictadura y la desesperación. Sacrificaron sus vidas, seguras, y confortables, en nombre de la libertad. Ellas eran “las Mariposas,” y en esta novela extraordinaria, Patria, Minerva, Maria Teresa, y Dedé nos cuentan, a través de las décadas, sus propias historias. Desde anécdotas sobre lazos para el pelo y secretos enamoramientos al contrabando de armas y las torturas en la cárcel. Con ellas aprendemos los horrores cotidianos de la vida bajo el dictador dominicano Trujillo.
A través del arte y la magia de la aclamada e imaginativa novelista Julia Alvarez, la dramática y vibrante vida de estas martirizadas mariposas toma forma en una historia cálida, brillante y desgarradora en la que se nos muestra el incalculable coste humano derivado de la oppresión política.
Estas novelas han sido aclamadas por su estilo literario, su impacto cultural y su relevancia en la exploración de temas universales. Sin embargo, hay muchas otras obras notables escritas por mujeres, y la lista podría variar dependiendo de las preferencias individuales y los criterios utilizados.