El próximo 5 de septiembre Alfaguara publicará El problema final, la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte, una novela-problema clásica que sirve de homenaje a uno de los detectives más importantes de todos los tiempos, Sherlock Holmes, a su autor, Arthur Conan Doyle, y al actor que le dio su rostro y su imagen, Basil Rathbone. Ambientada en 1960, también hay en la historia un homenaje al cine y, en última instancia, a la ficción y a su indiscutible influjo en la realidad.
«Lo he dicho en varias ocasiones: considero que Sherlock Holmes, con Don Quijote y con los tres (cuatro) mosqueteros
son los personajes más grandes, fascinantes y originales de la literatura universal».
Arturo Pérez-Reverte
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
—Haría falta un policía —sugirió alguien—. Un detective.
—Tenemos uno —dijo Foxá.
—Todos siguieron la dirección de su mirada.
—Eso es ridículo —protesté—. ¿Se han vuelto locos?
—Usted fue Sherlock Holmes.
—Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.
—Que usted encarnó de manera admirable.
—Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.
Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé El perro de Baskerville.
Sus obras precedentes, Sidi, Línea de fuego (galardonada con el Premio de la Crítica 2020) y El italiano han alcanzado ventas de más de 300.000 ejemplares cada una. Su última novela, Revolución fue uno de los libros del año en 2022 con más de 200.000 ejemplares vendidos.